La gran perdedora
La infancia ha sido la gran perdedora de las últimas décadas en tanto a la construcción de la ciudad. No es que previamente se les diese una escuadra y un cartabón y se les permitiese trazar las vías principales de un barrio, pero sin lugar a dudas contaban con espacios que reclamar y hacer suyos, en ocasiones plazas y calles enteras. Hasta hace no muchas generaciones, era frecuente que los niños ocupasen espacios públicos comunes como calles para jugar a la comba o a la rayuela, o con una pelota. También era normal caminar por el centro de lo que ahora es la calzada o hacer uso de esta para avanzar en cualquier dirección (deambular incluido) montados encima de bicicletas.