Juan era un empresario exitoso que buscaba inversiones inmobiliarias. Había trabajado con varias empresas de asesoría, pero ninguna había podido ofrecerle un asesoramiento personalizado y adaptado a sus necesidades. Un día, Juan conoció a la empresa Residae Barcelona, una consultora inmobiliaria con una amplia experiencia y un profundo conocimiento de los mercados en los que operaba. Esta le ofreció un asesoramiento completo, desde el estudio de viabilidad de la operación hasta la firma de la operación ante el Notario. Gracias al asesoramiento de dicha empresa, Juan pudo identificar una oportunidad de inversión única. Se trataba de un edificio antiguo en el centro de la ciudad, que podía ser reformado y convertido en un moderno complejo residencial.