Episodio 2: Diario de Discursos. La Salvación según Brigham Young.
Este es el primer discurso de toda la colección de tomos de Journal of Discourses o Diario de Discursos que estaré presentando de forma periódica en el Podcast. Junto a otros temas variados que me son interezantes de discutir.
El autor de este sermón no es ni más ni menos que Brigham Young, uno de los presidentes y profetas de la Iglesia SUD más elocuentes en sus discursos y presentaciones que leído o conocido, salvo quizás Bruce R. McConkie, un apóstol más moderno de la misma iglesia.
Desde el sitio web de la Iglesia (ChurchofJesusChrist.org) obtenemos de forma muy resumida la vida de este presidente de la iglesia.
Brigham Young nació el 1 de junio de 1801 en Whitingham, Vermont, el noveno de once hijos, hijo de John Young, un veterano de la Guerra Revolucionaria, y Abigail Howe, quien murió cuando Brigham tenía 14 años. Se crió en un asentamiento fronterizo, Brigham, que solo tenía 11 días de escuela, se convirtió en un consumado carpintero, ebanista, pintor y vidriero. Desde Nauvoo, Illinois, condujo a los pioneros al Valle de Salt Lake, donde llegó el 24 de julio de 1847. Más tarde ese año regresó a Kanesville (ahora Council Bluffs), Iowa, donde fue sostenido como segundo Presidente de la Iglesia el 27 de diciembre de 1847 en 46 años. Murió el 29 de agosto de 1877 en Salt Lake City, Utah, a los 76 años.
El historiador Leonard J. Arrington dijo de Brigham Young, “fue un constructor de reinos con sueños tan grandiosos como Sam Houston o John C. Fremont, pero a diferencia de ellos, tuvo éxito. Brigham Young era la paradoja estadounidense suprema, el genio empresarial de un Rockefeller con la sensibilidad espiritual de un Emerson. No era simplemente un empresario con un visión de América como la Tierra Prometida; él era un profeta, y construyó más allá de sí mismo “( Brigham Young: El Moises Americano [1985], xiii).
Brigham era tanto un buscador de contentamiento religioso personal como un pragmático que buscaba lo que él entendía como la iglesia primitiva del Nuevo Testamento. Después de confrontar por primera vez el Libro de Mormón cuando era un joven casado de 28 años, la de Brigham no fue una conversión repentina: “Examiné el asunto con detenimiento, durante dos años, antes de tomar la decisión de recibir ese libro. Sabía que era verdad, tan bien como sabía que podía ver con mis ojos, o sentir con el toque de mis dedos ... Si no hubiera sido así, nunca lo habría abrazado hasta el día de hoy ... Deseaba tener tiempo suficiente para demostrar todo para mí “(” A Discourse “, Deseret News Weekly , 2 de octubre de 1852, pág. 96).
Este es un discurso titulado como “Salvación” fue pronunciado en el Tabernáculo de Salt Lake City el 16 de enero de 1853.
El plan de salvación, o, en otras palabras, de la redención de los seres caídos, es un tema que debe ocupar la atención de toda inteligencia que pertenece a los seres caídos. No me gusta el término seres caídos, pero diré, inteligencia sometida, término que me queda mejor: sometido a la ley, el orden y el gobierno.
Para entender esto de los seres caído o el plan de salvación, hay que comprender primero un poco la teología mormona, que según dicta, todas las personas son hijos espirituales de Dios Padre, quienes después de los sucesos en el Jardín del Edén con Adán y Eva, todo ser humano se encuentra en un estado “caído” y alejado de la presencia de Dios. Además de enseñarse como un evento necesario para todo este plan divino, además se presenta como una serie de pasos a seguir para poder salir de ese estado caído, obviamente mediante la iglesia restaurada.
Todas las inteligencias están profundamente comprometidas con este gran objetivo; sin embargo, al no tener una comprensión correcta de su verdadero principio, vagan de un lado a otro, algunos hacia la derecha y otros hacia la izquierda. No hay una persona en este mundo que esté dotada de una parte común de intelecto, pero que esté trabajando con todo su poder por la salvación. Los hombres varían en sus esfuerzos por obtener ese objetivo, aunque sus conclusiones individuales son que finalmente lo conseguirán.
Las inteligencias que menciona Brigham Young, es principalmente lo que se entiende como el ente o la sustancia previa incluso a la existencia de nuestros espíritus y lo que nos diferencia especialmente en cuanto a la sabiduria y grandesa. Según el manual de clase Enseñanzas del Profeta Jose Smith, dice “Aprendí un testimonio acerca de Abraham, y él razonó acerca del Dios del cielo. Para hacer eso supongamos que tenemos dos hechos: que supone que puede existir otro hecho: dos hombres en la tierra, uno Más sabio que el otro, mostraría lógicamente que puede existir otro más sabio que el más sabio. Las inteligencias existen unas sobre otras, de modo que no tienen fin”. Se entiende entonces que cuando se habla de inteligencias, no es precisamente solo del intelecto si no de individuos.
El comerciante, por ejemplo, busca con incansable diligencia, de noche y de día, enfrentando las desgracias con una resistencia decidida y perseverante, soportando pérdidas por mar y por tierra, con una paciencia inquebrantable, amasar una cantidad suficiente de riqueza que le permita acomodarse tranquilamente en medio de la abundancia en alguna ciudad opulenta, que camine entre las clases más altas de la sociedad, y tal vez reciba un título mundano, o un honor mundano, y disfrute una libertad de toda la ansiedad de los negocios y la limitación de la pobreza, durante el resto de su vida. Entonces supone que ha obtenido la salvación. Desciende a las ocupadas clases medias que buscan riqueza, al grado más humilde de la sociedad, y síguelas en sus diversas ocupaciones y actividades, y cada uno de ellos estara buscando seriamente lo que imagina ser salvación.
El mendigo pobre, andrajoso, tembloroso, que el hambre y el frío obligan a sacar su débil cuerpo de algún cobijo temporal, a buscar un poco de pan, o una moneda de su prójimo más afortunado, si tan sólo consigue una pocas costras de pan para saciar el gusano del hambre que roe sus órganos vitales, y algunas monedas de cobre para pagar su alojamiento, ha alcanzado la cima de sus expectativas, de lo que buscaba para la salvación, y es comparativamente feliz, pero su felicidad se desvanece con las sombras de la noche, y su miseria llega con la luz de la mañana.
Básicamente lo que esta mencionando aquí es que todos, sin importar el estrato social o la ocupacion, estamos en la busca constante de lo que el llama “Salvacion”. Es decir, que la salvacion para el profano o mundano recae mas que nada en lo que podemos llamar “el objetivo de vida” o la felicidad.
Desde el casamentero hasta el comerciante, todos tienen un fin a la vista, que suponen les traerá la salvación. Rey, cortesano, comandantes, oficiales y soldados rasos, el comodoro y el marinero ante el mástil, el cristiano de piel clara y el salvaje de piel oscura, todos, en sus respectivos grados y ámbitos de acción, tienen un cierto punto de vista, que, si lo pueden obtener, suponen que los pondrá en posesión de la salvación.
Sin comentarios al respecto por la separación racial en esta parte del discurso. Al parecer en el sigo XIX, por esa década, era normal.
El Santo de los Últimos Días, que está lejos del seno de la Iglesia , cuyo hogar está en climas distantes, suspira y ora fervientemente cada día de su vida para que el Señor le abra el camino, para que pueda mezclarse con sus hermanos en Sion, porque supone que entonces su felicidad sería completa, pero en esto Sus expectativas serán en cierta medida vanas, porque la felicidad que es real y duradera en su naturaleza no puede ser disfrutada por los mortales, ya que está en total desacuerdo con este estado transitorio.
Si la capacidad de un hombre se limita a las cosas de este mundo, si no llega más lejos de lo que puede ver con sus ojos, sentir con sus manos y comprender con la habilidad del hombre natural, aún así está tan seriamente comprometido en asegurar su salvación como otros, que poseen un intelecto superior, y también están siguiendo el camino de la salvación, en su imitación, aunque resulte en nada más que un buen nombre, o los honores de este mundo; cada uno, de acuerdo con su capacidad, a la organización natural del sistema humano, que puede ser operado por las circunstancias e influencias que lo rodean, está tan ansioso por obtener lo que supone es la salvación, como yo lo estoy obtener la salvación en el mundo Eterno.
El objeto de una verdadera salvación, entendida correcta y minuciosamente, cambia el rumbo de la humanidad. Las personas que son enseñadas por sus maestros, amigos y conocidos, están tradicionalizadas, desde su juventud, en la creencia de que no hay Dios, o seres inteligentes, aparte de los que ven con el ojo natural o que comprenden naturalmente; que no hay más allá; que al morir, toda vida e inteligencia son aniquiladas. Estas personas son tan firmes en su creencia y tan vigorosas en sus argumentos, en apoyo de esas doctrinas, como otras lo están en la creencia de la existencia de un Dios Eterno.
Ahora yo creo que Brigham quizás pensaba muy drásticamente que si no eras miembro de la iglesia, realmente no sabias de Dios y estabas ignorancia total.
Las primeras costumbres y enseñanzas de padres y amigos, en mayor o menor grado, influyen en la mente de los niños, pero cuando están dispuestos a indagar de la mano de Aquel que tiene inteligencia eterna para impartirles, cuando su entendimiento se amplía, cuando sus mentes son iluminadas por el Espíritu de la verdad, de modo que puedan ver cosas que el ojo natural no ve, entonces pueden ser corregidos en su doctrina y creencia, y en su forma de vida, pero no, hasta entonces es enseñar al hombre natural, que no comprende nada más que lo que ve con el ojo natural.
¡Qué difícil le resulta creer! Cuán difícil sería la tarea de hacer que el filósofo, que durante muchos años se ha argumentado a sí mismo en la creencia de que su espíritu ya no existe después de que su cuerpo duerme en la tumba, crea que su inteligencia proviene de la eternidad, y es tan eterna, en su naturaleza, como los elementos o como los Dioses.
Aquí ya menciona sobre la pluralidad de Dioses, aunque para entender esto de mejor manera, no es precisamente que la Iglesia SUD crea en un panteon de Dioses, si no que al entender la vida y la muerte como un paso dentro de un progreso eterno, eventualmente cumpliendo los requisitos, cualquier persona puede a convertirse en un Dios. Es decir, que somos Dioses en potencia, y aparentemente Brigham lo plasmo en este sermón.
Tal doctrina por él (el filosofo) sería considerada vanidad y necedad, estaría completamente más allá de su comprensión. De hecho, es difícil quitar de la mente del hombre natural una opinión o creencia sobre la que se ha argumentado. Háblele de los ángeles, los cielos, Dios, la inmortalidad y la vida eterna, y es como un metal que resuena o un címbalo tintineante en sus oídos; no tiene música para él; no hay nada en él que encante sus sentidos, alivie sus sentimientos, atraiga su atención o atraiga sus afectos, en lo más mínimo; para él todo es vanidad.
Decir que la familia humana no busca la salvación es contrario a mi experiencia y a la experiencia de todas las demás personas que conozco. Todos son para la salvación, algunos de una manera y otros de otra; pero todo es oscuridad y confusión. Si El Señor no habla desde el cielo, y toca los ojos de su entendimiento por Su Espíritu, ¿quién puede instruirlos o guiarlos hacia el bien? ¿Quién les dará palabras de vida eterna? No está en el poder del hombre hacerlo; pero cuando el Señor da Su Espíritu a una persona, o a un pueblo, ellos pueden oír, creer y ser instruidos.
Un Elder de Israel puede predicar los principios del Evangelio, desde el principio hasta el final, según le fueron enseñados, a una congregación que los ignore; pero si no lo hace bajo la influencia del Espíritu del Señor, no puede iluminar a esa congregación sobre esos principios, es imposible. Job dijo que “hay un espíritu en el hombre, y la inspiración del Todopoderoso le da entendimiento”. A menos que disfrutemos de ese entendimiento en este período de prueba, no podremos crecer ni aumentar, no podremos familiarizarnos con los principios de la verdad y la justicia para ser exaltados.
Yo creo que esta inspiración con la que se dan charlas y lecciones, siempre las interprete como solo elocuencia al hablar.
Admitamos que el Espíritu del Señor debería darnos entendimiento, ¿qué nos probaría? Me probaría, al menos, y lo que puedo decir con seguridad a esta congregación, que Sión está aquí. Siempre que estemos dispuestos a entregarnos perfectamente a la justicia, a ceder todos los poderes y facultades del alma (que es el espíritu y el cuerpo, y es allí donde mora la justicia); cuando somos absorbidos por la voluntad de Aquel que nos ha llamado; cuando disfrutamos de la paz y las sonrisas de nuestro Padre Celestial, las cosas de Su Espíritu y todas las bendiciones que estamos capacitados para recibir y mejorar, entonces estamos en Sión.
¿Qué producirá lo contrario? Si una comunidad de personas está perfectamente dedicada a la causa de la justicia, la verdad, la luz, la virtud y todos los principios y atributos del santo Evangelio, podemos decir del pueblo, como el antiguo Apóstol dijo a sus hermanos: “¿No os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que seáis reprobados?” hay un trono para que el Señor Todopoderoso se siente y reine, hay un lugar de descanso para el Espíritu Santo, hay una habitación del Padre y del Hijo. Somos los templos de Dios, pero cuando somos vencidos por el mal al ceder a la tentación, nos privamos del privilegio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, de tomar su morada y de habitar con nosotros.
Somos el pueblo, por nuestra vocación y profesión, y deberíamos serlo por nuestras obras diarias, de quien verdaderamente debería decirse: “Vosotros sois los templos de nuestro Dios”. Permítanme preguntar, ¿qué hay para evitar que cualquier persona de esta congregación sea tan bendecida y se convierta en un templo santo apto para la morada del Espíritu Santo? ¿Algún ser en el cielo o en la tierra ha hecho algo para evitar que seas tan bendecido? No, pero ¿por qué la gente no es tan privilegiada?, dejaré que usted juzgue.
Ok. Entonces mas que nada quiere decir que para obtener la verdadera salvación es necesario vivir de acuerdo a principios que permitan que nuestro cuerpo pueda ser el receptáculo del Espiritu Santo, y asi actuar cada dia de una buena manera. Me recuerda mucho a el relato de un discurso sobre los Anillos HLJ, los anillos “Haz lo Justo” en la que un niño si no tenia el anillo en su dedo, entonces le pegaba a su hermanita porque no podia hacer lo justo. En fin.
Quisiera Dios que cada alma que profesa ser Santo de los Últimos Días tenga ese carácter, un templo santo para la morada del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, pero no es así. ¿Hay alguna persona dentro del sonido de mi voz hoy que haya recibido el Espíritu Santo a través de los principios del Evangelio y al mismo tiempo no haya recibido amor por ellos? Responderé a esa pregunta.
Espera a ver quién se cae por el camino; en quien se sembró la semilla de la verdad, pero no echó raíces; y entonces conocerás a las personas que han recibido la verdad, pero nunca han recibido amor por ella, no la aman por sí misma. Qué aspecto tan delicioso presentaría esta comunidad si todos los hombres y mujeres, viejos y jóvenes, estuvieran dispuestos a dejar sus propios pecados y locuras y pasar por alto los de sus vecinos; si dejaran de vigilar a sus vecinos por iniquidad, y ¡Cuídense de que ellos mismos se liberen de ella! si estuvieran tratando con todas sus fuerzas de santificar al Señor en sus corazones, y probaran, con sus acciones, que han recibido la verdad y el amor por ella. Si todos los hombres se cuidaran a sí mismos, de no hablar contra el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo, ni, en definitiva, contra ningún ser en el cielo o en la tierra.
Por extraño que parezca, ha habido hombres en esta Iglesia que lo han hecho, ¡y probablemente lo volverán a hacer! Si este pueblo tuviera cuidado de no hacer nada que desagradara a los espíritus de aquellos que han vivido en la tierra, y han sido justificados, y se han ido a descansar, y se comportan de tal manera que ningún ser razonable sobre la faz de la tierra podría encontrar fallas en ellos, ¿qué tipo de sociedad deberíamos tener?
Por que la boca de todo hombre se llenaría de bendiciones, la mano de todo hombre se extendería para hacer el bien, y cada mujer y niño en todas sus relaciones sexuales estaría alabando a Dios y bendiciéndose mutuamente. ¿No estaría Sión aquí? Lo sería. ¿Qué le impide hacer esto? ¿Qué está haciendo el Señor o el pueblo para que éste y aquél cometa pecado con mano poderosa, en secreto y en las calles abiertas?
Si los Elderes de Israel usan un lenguaje que no es apropiado para los labios de un Santo, tales Elderes están bajo condenación, y la ira de Dios permanece sobre ellos, los que lo hacen no tienen el amor de la verdad en sus corazones, no aman ni honran la verdad porque es la verdad, sino porque es poderosa, y desean para unirse con el partido más fuerte. ¿Aman la luz porque es luz? ¿virtud porque es virtud? ¿justicia porque es justicia? No.
Pero estos principios son todopoderosos en su influencia, y como el tornado en el bosque, barren todo delante de ellos, ningún argumento puede pesar en su contra, toda la filosofía, el conocimiento y la sabiduría de los hombres pueden estar en orden contra ellos, pero son como paja ante un viento impetuoso, o como el rocío de la mañana ante el sol en su fuerza, tales Elderes abrazan la verdad porque es todopoderosa.
Cuando un hombre de Dios predica los principios del Evangelio, todas las cosas ceden ante él y algunos lo abrazan porque es muy poderoso. Pero poco a poco esos personajes se caerán por el camino, porque el suelo no tiene profundidad para nutrir las semillas de la verdad. Lo reciben, pero no el amor por ello; muere y se apartan. Si toda persona que ha abrazado el Evangelio lo amara como ama su vida, ¿no llevaría la sociedad un aspecto diferente al del presente?
No pretendo entrar en un relato detallado de los actos del pueblo, ellos mismos estan familiarizado con ellos; la gente sabe cómo hablan ellos mismos y cómo hablan sus vecinos; cómo el marido y la mujer convienen en sus propias casas y con sus vecinos; y cómo conviven padres e hijos. No necesito decir estas cosas, pero si todo corazón estuviera decidido a hacer lo correcto, entonces deberíamos tener a Sión aquí. Les daré mi razón para pensar eso. Es porque lo he tenido conmigo desde que fui bautizado en este reino. No he estado sin él desde ese día hasta hoy. Por tanto, tengo una buena razón para la afirmación que he hecho.
Aquí se demuestra la elocuencia de este hombre, por eso mucha gente le siguio aunque algunos quizas a regañadientes. Brigham al parecer siempre demostró seguridad en cada uno de sus postulados, y era tan firme en sus posturas publicas que no daba pie a una duda por parte de sus oyentes. Incluso para cuando era autoreferente.
Vivo y camino en Sión todos los días, y también lo hacen miles de personas en esta Iglesia y reino, llevan a Sión con ellos, tienen uno propio y está aumentando, creciendo y extendiéndose continuamente. Supongamos que se esparce de corazón a corazón, de barrio en barrio, de ciudad en ciudad y de nación en nación, cuánto tiempo pasaría antes de que la tierra se revolucionara y el trigo se recogiera de entre la cizaña. Sin embargo, el trigo y la cizaña deben crecer juntos hasta la cosecha. No estoy Por lo tanto, dispuesto a separarlos todavía, porque si arrancamos la cizaña antes de la cosecha, podemos destruir parte de la buena semilla, por lo tanto, déjelas crecer juntas, y pronto llegará la cosecha.
Hay otra cosa, hermanos: que deseo que tengan constantemente presente en sus mentes, es decir, con respecto a sus viajes en la vida. Habéis leído en las Escrituras que los hijos de los hombres serán juzgados según sus obras, sean buenas o malas, si los días de un hombre se llenan de buenas obras, recibirá la recompensa correspondiente. Por otro lado, si sus días se llenan de malas acciones, recibirá de acuerdo con esos actos.
Esto prueba que estamos en un estado de exaltación, prueba que podemos agregar a nuestro conocimiento, sabiduría y fuerza, y que podemos agregar poder a cada atributo que Dios nos ha dado. ¿Cuándo se dará cuenta la gente de que este es el período de tiempo en el que deben comenzar a sentar las bases de su exaltación por el tiempo y la eternidad, que este es el momento de concebir y producir del corazón fruto para el honor y la gloria de Dios, como lo hizo Jesús, ¿creció como lo hizo desde niño, llegó a ser perfecto y estará preparado para ser levantado a la salvación?
Encontrará que este período de prueba es el lugar para aumentar cada poco que recibimos, porque el Señor da línea por línea a los hijos de los hombres. Cuando Él revele el plan de salvación, entonces es el momento de llenar nuestros días de buenas obras; llenemos nuestros días de utilidad, hagamos el bien unos a otros y dejemos de todo mal. Que todo malvado abandone su maldad. Si es malo en sus palabras o en sus tratos, que abandone esas prácticas y siga un curso de rectitud. Dejemos que cada hombre y mujer haga esto, y el resultado será la paz y la alegría.
Unas pocas palabras más sobre el tema de la existencia eterna del alma. Es difícil para la humanidad comprender ese principio. Los filósofos del mundo reconocerán que los elementos de los que tú y yo estamos compuestos son eternos, pero creen que hubo un tiempo en el que Dios no existía. No pueden comprender cómo es que Dios puede ser eterno. Déjame preguntarle a esta congregación: ¿Puedes darte cuenta de la eternidad de tu propia existencia? ¿Puedes darte cuenta de que la inteligencia que recibes es eterna? Puedo comprender esto tan bien como puedo que ahora lo poseo. Es tan fácil para mí comprender que existirá eternamente como cualquier otra cosa.
Deseo grabar en sus mentes la realidad de que cuando el cuerpo que está organizado para la inteligencia, muere y regresa a su madre tierra, todos los sentimientos, sensibilidades, facultades y poderes del espíritu siguen vivos, nunca mueren, pero en ausencia del cuerpo son más agudos. Están organizados para una existencia eterna. Si esta congregación pudiera comprender que la inteligencia que hay en ellos es eterna en su naturaleza y existencia; si pudieran darse cuenta de que cuando los santos pasan por el velo, no están muertos, sino que han estado poniendo los cimientos en estos tabernáculos para la exaltación, poniendo los cimientos para llegar a ser dioses, sí, hijos de Dios, y para las coronas que aún recibirán, recibirían la verdad en el amor de ella, vivirían por ella y continuarían en ella, hasta que recibieran todo el conocimiento y la sabiduría, hasta que crezcan en la eternidad, y se les quite el velo de delante de sus ojos, para contemplar las obras de las manos de Dios entre todos los pueblos, Sus andanzas entre las naciones de la tierra y para descubrir el gobierno y la ley por los que gobierna.
Entonces podrían decir de verdad: Reconocemos la mano de Dios en todas las cosas, todo está bien, Sión está aquí, en nuestra propia posesión. Así he resumido, de manera quebrada, lo que deseaba decir.
No somos capaces de comprender todas las cosas, pero podemos continuar aprendiendo y creciendo, hasta que todo quede perfectamente claro para nuestra mente, lo cual es un gran privilegio para disfrutar: la bendición de un aumento eterno.
Y el hombre o la mujer que vive dignamente se encuentra ahora en un estado de salvación. Ahora, hermanos, amen la verdad y pongan fin a toda especie de necedad. ¡Cuántos son los que vienen a mí para criticar y presentar quejas contra sus hermanos, por alguna insignificancia, cuando puedo ver, en un momento, que no han recibido ningún daño intencional! No tienen compasión de sus hermanos, pero, habiendo emitido su juicio, insisten en que el criminal será castigado. ¿Y por qué? ¡Porque él no llega exactamente a su estándar de bien y mal! Sienten que lo miden según el “principio de la cama de hierro”: “si es demasiado largo, debe ser cortado; si es demasiado corto, debe estirarse”. Ahora bien, este es el colmo de la locura. Encuentro que tengo bastante que hacer para mirarme a mí mismo. Es todo lo que puedo hacer para hacerlo bien, tratar bien y actuar bien. Si todos hiciéramos esto, no habría dificultad, pero en la boca de cada hombre estaría “Que el Señor te bendiga”.
Me siento feliz, como siempre te dije. El hermano Kimball me conoce desde hace treinta años, veintiuno de los cuales he estado en esta Iglesia; otros me conocen desde hace veinte años; y hay algunos aquí que me conocieron en Inglaterra; Entonces tenía a Sión conmigo, y la traje a Estados Unidos nuevamente, y ahora hago un llamamiento a todos los hombres y mujeres si no he tenido a Sión conmigo desde que ingresé a la Iglesia por primera vez, ¡hasta el presente! La luz se adhiere a la luz y la verdad a la verdad. Que Dios les bendiga. Amén.
El Dogma nos dice que hay que obedecer toda instrucciones de los lideres, principalmente de los profetas, ya que estos son lo que reciben directamente de Dios los preceptos por los cuales deben vivir los de su pueblo a fin de que puedan tener la Salvacion o perderla para caer en el lago de fuego y solo conformarse con una felicidad temporal. A pesar de lo anterior, mucho del discuros fue un llamado a la atencion de los Santos en Salt Lake para que sean buenas personas, que debian comenzar por eso primeramente, porque cualquier persona esta en la activa busqueda de su propia felicidad.