<!DOCTYPE html> Debo partir por aclarar — en honor a la transparencia — que dejé de leer a Batwoman desde el debacle ocurrido con J.H. Williams III y W. Haden Blackman, y a DC Comics desde hace varios meses, por lo que, de cierta manera, esta es mi reconciliación con el personaje y la editorial. Ahora bien, habiendo leído Batwoman: Rebirth #001 y ahora Batwoman #001, siento como si no me hubiera perdido de nada, salvo por un par de detalles que parecen no tener mayor importancia en el gran esquema, pues los misterios que parecen realmente importarles a Marguerite Bennett y James Tynion IV surgen del llamado “Año Perdido”, un hueco en la continuidad estructurada hace años por Greg Rucka que convenientemente les da el espacio para zambullirse en nuevas aguas. En primer lugar, la misión de Kate Kane, encomendada por Batman nada menos, es detener los restos del “vemon monster” que quedaran tras el evento “Night of the Monster Men”, lo que lleva a nuestra pálida protagonista a través del globo tras su rastro. Acompañándola se encuentra Julia Pennyworth, quien oficia de central en las misiones y le da a alguien con quien interactuar durante la mayor parte del número. Mi primer reparo se encuentra justamente en Julia. Lo que podría entender como la intención de canalizar la refinada ironía de Alfred hacia su hija, termina siendo un tanto molesto al leer un intento de broma sarcástica tras otro en prácticamente cada una de sus intervenciones. Más allá de esto, que tampoco es un problema grave, su función se ve muy espejada en su padre, si bien cierto diálogo da a pensar que en sus intenciones hay más de lo que estamos viendo, lo que nos da una idea de algunos giros que pueden venir en el futuro para darle sabor. En cuanto a nuestra querida Kate, su actual misión la lleva a reencontrarse con una parte de su pasado que pareciera haber terminado de muy mala forma. este “Año Perdido” dará que hablar, solo queda preguntarnos si esto se solucionará en el primer arco o bien será una constante durante esta nueva etapa de nuestra heroína. Por el lado de los lápices, Steve Epting le pone talento con su estilo sobrio y realista, imitando de buena manera a un Williams III más minimalista principalmente en flashbacks o momentos clave. El artista estadounidense continúa la herencia artística de mejor manera que la segunda mitad del volumen anterior, lo cual se agradece muchísimo. En definitiva, nos encontramos ante un inicio entretenido y bastante prometedor, pero que deja varias dudas sobre los personajes nuevos y su desarrollo a largo plazo. Tengo ganas de disfrutar otra vez de Batwoman, no me decepcionen.Batwoman (2017) #001
Batwoman (2017) #001
“Sinnerman”
