<!DOCTYPE html> Una vez más Ales Kot nos sorprende con un comic indie, denso y ambicioso. ¡Este hombre no para! Antoine Wolfe, mejor conocido como Wolf, es un detective paranormal de Los Angeles que se ve envuelto en un caso de homicidio a través de la hija de las víctimas. Eso, en palabras simples. Pero Wolf #1 está muy, muy lejos de ser simple. Las páginas de apertura nos muestran con elegancia y una belleza única a nuestro protagonista con una camisa de fuerza y envuelto en llamas contemplando la ciudad sobre una colina mientras canta Hellhound On My Trail. Desde aquí, Wolfe nos lleva a un recorrido por el bajo y secreto mundo paranormal de Los Angeles, al mismo tiempo que somos testigos del asesinato de los padres de una pequeña rubia. Pronto sus historias se cruzarán, pero hasta entonces vamos conociendo parte del funcionamiento de este mundo oculto para los simples mortales. Wolfe es un personaje complejo, un veterano de guerra atormentado por la culpa y los fantasmas de su pasado, figurativos y literales. Kot construye un mundo paranormal en California y se mueve con soltura en él, sin caer en estereotipos simplones, tan típicos de este juego de mezclar mitología popular con el mundo real. Es un mundo muy definido, donde el calor de California se mezcla con la magia callejera, todo retratado por Matt Taylor con una soltura bastante agradable; no esperen una impecabilidad anatómica, Taylor apunta al estilo y el trazo orgánico por sobre la perfección y en esta historia funciona, especialmente por el excelente coloreado de Lee Loughridge, quien termina de vendernos esas preciosas páginas iniciales. Un número con el triple de extensión habitual, 58 páginas que le dan un espacio más que suficiente al equipo creativo para establecer personajes, tono y trama para la serie. No me queda más que decir… ¡la wea buena! Yuri Gagarin se reencuentra con su perra Laika, ahora un ser antropomorfo con capacidad del habla, en una lejana galaxia, y juntos se embarcan en una misión de transporte ilegal junto a un juez homicida con una dudosa interpretación de las leyes, un robot mercenario incapaz de mentir y un ser rocoso esférico flotante cambiaformas. Si esto no les llama la atención, fuera de aquí. Nick Pitarra le pone la cuota de humor con sus figuras deformes y poco cuidadas, característico de la serie. Su inventiva mente es clave para retratar un universo alocado. Mientras, Jonathan Hickman mejora lo visto en la entrega anterior entregándonos más acción y dinamismo a la historia, algo de lo que hizo falta en el primer número. The Sun Beyond the Stars #2 mejora lo ya visto en su #1, ahora mejoren la regularidad. La historia progresa de forma tan sutil y natural que… no estoy seguro qué decir al respecto… La vida de cada personaje sigue, los problemas y reflexiones se mantienen y… eso es todo. Pero no me malinterpreten, esto es algo bueno. El trato que Ales Kot tiene con sus personajes es sumamente respetuoso, crea a personas creíbles, con problemas reales, anclados en la misma realidad que se vive hoy en EE.UU. Kot deja referencias y datos que pueden enriquecer la lectura prácticamente en cada página, sea una canción para musicalizar una escena, un documental que profundiza en un tema, un estudio que analiza cierto tema, un artículo que informa de un suceso en particular… El pie de página me parece más significativo es el que utiliza en la historia del adolescente de raza negra: cada viñeta inferior (entiéndase, las tres viñetas de una grilla de 9 que están al fondo de la página) tiene un nombre bajo ella; estos nombres son personas reales fallecidas víctimas de la discriminación racial imperante en USA. El arte de Will Tempest es tan crudo como hasta ahora, tal vez más feo a ratos. Por esto mismo, que el uso de color, el encuadre en cada viñeta y las expresiones faciales de los personajes logren comunicar tan bien lo que ocurre en la historia y con los personajes mismos es algo digno de admiración. Donde Tempest sabe que flaquea, lo compensa con inteligencia y habilidad. Estoy fascinado por este cómic. Cuenta tan poco para hacer progresar algo que se asemeje a una historia específica, pero nos muestra tanto sobre la vida privada, interior, de sus protagonistas. Es claro que esta serie no será del gusto de todos, pero no creo que esto sea por falta de talento; más bien, me parece que es un tema de interés y afinidad temática y conceptual. Simplemente conecto. Y cuando conectas con un cómic no puedes pedir más.MicroReseñas Indies 026
MicroReseñas Indies 026
Wolf #001
The Manhattan Projects: The Sun Beyond the Stars #002
Material #003