<!DOCTYPE html> Ahora quiero que Raúl Allén ilustre todos los comics que leo. O que al menos los coloree. Este hombre tiene un estilo visual sumamente agradable, leer este número fue tan divertido como placentero y tranquilizante. Como nos lo venían anunciando hace rato, Bloodsquirt se toma el número. Jeff Lemire aprovecha esta entrega como una pausa necesaria para ordenar el estado mental de Ray, todo un caos desde que Kay McHenry removió los nanites de su cuerpo. La analogía del compañero alucinatorio en momentos de desequilibrio mental es bastante común, aquí no hay sorpresa; lo bueno es la forma en que Lemire aborda el tema, más allá del humor o el grafismo de Allén, los temas de fondo que toca sobre el personaje. Ray ha estado meses perdido en sí mismo, atemorizado de lo que alguna vez fue y paralizado en el punto que se encuentra. Al final hay catarsis para Ray y un punto y seguido en nuestra aventura junto a Magic. Calidad asegurada, señores. ¡Maravilla! Como vengo diciendo desde su debut, Imperium ha sido lo mejor que ha hecho Joshua Dysart en la editorial, no solo por la calidad de sus guiones sino que por lo arriesgado de su propuesta, que si bien no es completamente rompedora sí es una pocas veces vista. Los protagonistas no son antihéroes, villanos redimidos ni tienen un lado sensible con el que conectemos: son derechamente villanos, tipos malos intentando alcanzar sus metas. Lo más cercano a alguien bondadoso es Toyo Harada, quien busca mejorar el mundo para todos… pero en el proceso hará literalmente todo lo que sea necesario. La estructura de este número te atrapa poco a poco. Utilizando una suerte de analepsis, acompañamos a Harada a medida que va dándose cuenta de lo que ha ocurrido tras su enfrentamiento con Divinity. Poco a poco y de forma consciente, Harada da distintos saltos temporales hacia atrás, hasta que llega al “comienzo” de su misión. Puede que suene ambiguo, y es que realmente lo es; el poder de Divinity es tal que puede alterar el espacio-tiempo, lo que lo vuelve un ser extremadamente difícil de enfrentar. Pero incluso él tiene sus límites, los cuales irá conociendo lentamente Harada en su extraño viaje, retratado adecuadamente por Scot Eaton. Hay un panel que me pareció especialmente maestro, en que Harada confronta a un Divinity gigantesco con el cosmos de fondo, donde Eaton captura la tensión y energía de la escena de forma excelente. Realmente emocionante, ahora se viene lo bueno. Recomendación de la semana.MicroReseñas Indies 027
MicroReseñas Indies 027
Bloodshot Reborn #005
Imperium #007