<!DOCTYPE html> Con un enorme número de 80 páginas comienza Young Terrorists, aprovechando la longitud extra para presentarnos a los dos personajes principales, el mundo que habitan y los conflictos que se avecinan. Los números posteriores tendrán una longitud normal, pero ya de entrada tenemos harto material para analizar. El mundo de Young Terrorists está dominado por la política, el dinero y las influencias. La sociedad estadounidense se sustenta sobre tres pilares representados por tres familias: The Black Temple con Gregor Solomon a la cabeza; The Red Shield y Nicolae Roth como gran maestro; y Gold Annapolis con Chester James Crow de cabecilla. Entre ellos se reparten bancos, fuerza militar e influencia. El número se divide en tres partes. En la primera conocemos a parte de la familia Solomon, centrando nuestra atención en Sera, la heredera del imperio de The Black Temple. Sera es acusada de terrorismo, tras lo cual su vida toma un camino totalmente radical. La segunda parte se enfoca en César, un guatemalteco ilegal que busca sobrevivir en las carreteras de EE.UU. tras huir de un confuso incidente. En la tercera parte ambas tramas finalmente se conectan en un entramado mayor, donde un grupo disidente se toma un sector de Detroit. Se nota que Matt Pizzolo tiene una historia muy bien pensada sobre la que trabajar, con un mundo completamente desarrollado y unos personajes como piezas de ajedrez son colocados en su lugar, preparando la jugada que será la historia desarrollada en esta serie regular. A primera lectura, la transformación de Sera puede parecer un tanto apresurada pero, considerando que la longitud de este primer número es equivalente a casi 4 números regulares, un arco argumental promedio en las series de hoy, no es tan descabellado. En el arte está Amancay Nahuelpán, chileno nacido en Vancouver que ha desarrollado un estilo muy particular. En Chile lo vimos en Caleuche Cómics trabajando en su proyecto Hijos de P, y esta serie para Black Mask Studios sigue su línea temática y visual. En octubre debuta Clandestino, su siguiente proyecto para la editorial, esta vez como autor completo; aunque prometen que Young Terrorists será una serie mensual, me pregunto si Nahuelpán podrá llevar dos series paralelas o si tendremos que esperar tiempo extra entre número y número. Respecto a su trabajo, Amancay retrata un mundo sucio, corrupto, donde las conspiraciones gubernamentales son reales y el hacktivismo está presente y es casi una necesidad. Aunque no descuida los fondos, los personajes siempre resaltan sobre estos, donde el coloreado de Jean-Paul Csuka juega un papel crucial. El juego de contrastes y colores brillantes contra fondos más opacos hacen que la narrativa sea más clara, además de visualmente llamativa. Pero no todo es perfecto, pues las figuras de Amancay a veces tienden a ser inconsistentes, cambiando de tamaño o rostro, o fallando en algunas proporciones; además, creo que cuando utiliza una línea gruesa sus figuras funcionan mejor que con un trazo fino, perdiéndose los detalles en el fuerte coloreado. Como balance final, Young Terrorists presenta una fuerte propuesta por parte de un equipo creativo que tiene claro lo que quiere contarnos, y no escatiman en recursos para hacerlo. Con 80 páginas, esta cuasi-novela corta es una excelente carta de presentación. No se lo pierdan. La telaraña política se sigue extendiendo en East of West #020, cuando Doma es enviada desde The White Tower a negociar con The Endless Nation tras un puñado de fracasos diplomáticos, terminando siempre con la cabeza del embajador en una caja. Sin embargo, las negociaciones toman un giro inesperado cuando se involucran los Widowmaker enviados al lugar. Jonathan Hickman sigue construyendo un tapiz político colorido y variado, con sorpresas en cada rincón. Como ya es costumbre en la serie, las tramas avanzan de forma bastante lenta, por tener que equilibrar tantas historias a la vez, pero el tratamiento a fuego lento suele tener buenos resultados con Hickman así que esta lentitud es siempre recompensada con calidad. Además, con el arte de Nick Dragotta y el coloreado de Frank Martin los números siempre son un deleite, y la espera vale la pena. Ojalá los números salieran más seguido, pero si es por mantener el alto nivel que tiene la serie, es mejor darles el tiempo a Hickman y Dragotta a que hagan lo suyo. Y así termina probablemente la peor miniserie de Valiant hasta la fecha. El guion fracasa en casi todos los frentes posibles, fallando capturar la voz y personalidad de los personajes, en aprovechar la riqueza del universo Valiant, y principalmente, en entretener. El número anterior, con Beta-Max de protagonista, fue relativamente divertido y me dio ciertas esperanzas que el final fuera bueno, pero este número fue mero un trámite. Tras recibir la nota de Beta-Max, Neville envía a la detective Cejudo a investigar, topándose con la joven que había escapado con el virus… y aquí se torna un tanto confuso, pero sobre todo, aburrido y lineal. Resumiendo, salvan el día. Fin. Quisiera que algún otro guionista retomara las ideas de Ales Kot y las desarrollara, dándoles algún valor más allá de esta descartable miniserie, para que al menos no signifique un desperdicio total. Ni siquiera es que sea una miniserie horriblemente mala, el peor pecado de Kot es crear una historia que al final te da lo mismo. Al menos, el arte de Adam Gorham es hermoso. Espero con ansias verlo en algún otro título Valiant, acompañado esta vez de un buen guion. The Fist and the Steel 😢 Parece que estos “The Fall of…” serán bien lacrimógenos. Jeff Lemire nos emocionó ya con el final de Bloodshot, y Matt Kindt hace lo mismo en esta entrega, 100 años en el futuro. Pero lo más atractivo probablemente sea las pistas que entrega sobre el futuro de Valiant, desde el origen de Rai y New Japan, hasta el fin de Aric y el destino de Gilad. Todo ensamblado de forma lógica y entretenida, aprovechando a concho las posibilidades de este universo compartido. Trevor Hairsine hace un muy buen trabajo como siempre, fiel a su estilo; depende de si te gusta o no qué tanto disfrutarás sus páginas, pero las escenas de acción son un gusto de leer. La nota emocional la otorga la amistad entre Colin King y Gilad Anni-Padda, en un inesperado giro para estos personajes, que hoy se encuentran enfrentados en las páginas del evento principal, Book of Death. Cómo llegaremos de aquí a allá es algo que ahora necesito leer. Valiant, haz que ocurra. Raúl Allén 💙 Ayudado por Patricia Martin en el arte y por Borja Pindado en los colores, el trabajo de Allén es sobresaliente por su estilo y calidad, otorgando una identidad visual única. Ya me venía conquistando con sus portadas para la editorial, me enamoró en Bloodshot Reborn #005 y ahora terminó de maravillarme. Soluciones visuales minimalistas que recuerdan al trabajo de David Aja con una paleta de colores tan reconocible como inquietante y bella. Matt Kindt no se queda atrás, armando una entretenida historia unitaria donde conocemos a La Barbe, el próximo objetivo de Ninjak tras tomar el lugar de Kannon como cabeza de Weaponeer, mientras obtenemos más pistas sobre el pasado de Colin King y de la organización. Hablando de pasado, en el complemento “The Lost Files” tenemos esta vez a Stephen Segovia en las labores artísticas, reemplazando a Butch Guice de forma bastante efectiva; aquí comienza el entrenamiento de Colin para convertirse en Ninjak. Gran one-shot. En el próximo tendremos de vuelta a Juan José Ryp, quien ya se lució ilustrando el origen de Roku. A ver cómo anda esta vez.MicroReseñas Indies 030
MicroReseñas Indies 030
Young Terrorists #001
East of West #020
Dead Drop #004
Book Of Death: The Fall of Ninjak #001
Ninjak #006