<!DOCTYPE html> Visualmente, S.H.I.E.L.D. #004 tira cualquier pinta. A fin de cuentas Chris Sprouse es tan bueno como podría esperarse de él, con sus peras cuadradas y mentones pronunciados, siempre con una limpieza impecable en sus lápices. En cuanto al guion, Mark Waid sabe entregar un trabajo consistente y con cierta gracia, pero creo que esta serie no es para él. Por alguna razón estos team-up no le están resultando como deberían, carecen de interés y se vuelven algo aburridos. Me arriesgo a decir que es culpa de Phil Coulson, la constante en esta serie que no logra generar el apego que debiera generar en el lector, a pesar de haberlo logrado con tan pocas apariciones en el MCU y luego en su propia serie de TV. Aquí Coulson contacta a Sue Richards para una misión de extracción, utilizando sus habilidades de invisibilidad y creación de campos de fuerza para retirar a un prisionero de un lugar de difícil acceso. La misión se complica cuando accidentalmente Sue activa el detonador de una bomba alojada en el pecho de su misión, teniendo que hacer una intervención de urgencia para intentar extraer la bomba antes que detone. La solución es ingeniosa y la motivación que Coulson le da a Sue para proceder con la intervención es acertada, pero se siente todo muy aburrido y formulaico. Sabes que en este mismo número se va a solucionar el problema, por lo que no te preocupas al respecto. Rescato el número sólo por el arte, pero esta serie ha sido una decepción en general. Da para pensar, ¿qué es lo que hace Marco Checchetto en una serie que es claramente de menor perfil, en lugar de estar junto a Jonathan Hickman en los últimos números de su larguísima etapa? La suerte esta vez corre a favor de Frank Barbiere, que ha podido disfrutar de Checchetto embelleciendo sus guiones número a número en estas historias previas al salto de 8 meses. Roberto da Costa continúa reclutando aliados para detener el enfrentamiento entre Avengers e Illuminatis, llegando a pedir la ayuda de Hyperion y sus Zebra Kids para recuperar A.I.M. del botín que Monica Rappachini y Scientist Supreme montaron el número anterior. Por supuesto, todo ocurre como uno podría esperar, añadiendo algunos flashbacks de Bobby con su padre, reflejando las enseñanzas de su infancia en las decisiones que toma hoy como adulto. Como dije, Checchetto embellece unos números que, sin ser malos, se mantienen en una regularidad algo pobre. Próximo número tendrá a Shang-Chi como centro, al menos tenemos acción asegurada. Coincidentemente (o tal vez no) Ales Kot está narrando dos historias que juegan con nuestra percepción de lo que es real. Una es The Surface en Image Comics. La otra es Bucky Barnes: The Winter Soldier. Y curiosamente (o de nuevo, tal vez no), en ambas participa Langdon Foss. Aprovechando la idea del multiverso, nos cuenta por fin el trasfondo de este Crossbones multiversal, un despiadado asesino, dedicado a eliminar héroes de distintas realidades con un solo objetivo: darle a Bucky Barnes una lección. El número busca la “respuesta apropiada” a la realidad. ¿Es acaso tomar responsabilidad de tu propia vida? ¿Es buscar la felicidad plena? ¿O es una respuesta más oscura? ¿Violencia, tal vez caos? ¿Acaso existe una respuesta apropiada? Si se sintieron algo desorientados comprenderán a este Crossbones, quien tras una vida de búsqueda aún lo atormentan los fantasmas del pasado. Una enriquecedora exploración de lo que el multiverso puede ofrecernos, ligando a nuestro protagonista con su actual némesis de una forma mucho más personal y torcida de lo que hubiera sido posible si se quedaba en la Earth-616. Aplausos para Kot. Siguiendo la línea de las entregas anteriores, Angela: Asgard’s Assasin #005 nos entrega el mismo nivel de entretención y calidad que entregas anteriores. Por lo mismo, no puedo decir que destaque demasiado, aunque avance la trama lo suficiente, acercándose a la conclusión en el siguiente número. Angela, ayudad de los Guardians of the Galaxy, va a Heven para poder purgar la sangre de Surtur de su pequeña hermana. Odinson se entera y marcha con las tropas de Asgard a Heven; aquí logra por fin enterarse de las motivaciones de Angela… y el número concluye. Por supuesto, tenemos los siempre divertidos diálogos de Kieron Gillen, el siempre excelente arte de Phil Jiménez, y la participación de Marguerite Bennett y Stephanie Hans en medio del número para aportar un aire más mitológico a ciertas partes del relato. Como dije, más de lo mismo, lo cual es bueno, pero sin mayores sorpresas que lo vuelvan una entrega destacada. Ahora esperemos el final. Continuamos con Nico León en los lápices, un gusto ver sus paneles. El encuentro entre ambos grupos de Guardianes se extiende con su enfrentamiento con A-Sentience, muy divertido de leer y con algunos breves team-up que aderezan la batalla, hasta que nuestros héroes logran disipar el peligro inmediato y buscar respuestas de lo que realmente ocurre. Esto los lleva a Forest Hill, un lugar clave en el pasado de los Guardians clásicos (y de los Avengers, como Carol Danvers bien recuerda). Tal parece que esta serie derivará directamente a la miniserie Korvac Saga, parte de “Secret Wars”. Dan Abnett sabe utilizar sus cartas, manteniendo al lector entretenido mientras descarga toneladas de información en cada número. Además ha logrado de forma inteligente hacerse con el equipo de Guardians moderno que ayudó a formar, pudiendo disfrutar una vez más, aunque sea de forma indirecta, su versión de los personajes. La revelación final no deja espacio para mucha maniobra a los héroes. Veremos qué pasa. Meh. A ver, Kelly Sue DeConnick tiene un buen manejo de los tiempos, y se nota que conoce a su personaje bien, pero la historia en sí misma es demasiado ligera: Carol Danvers huye de los malos con el Black Vortex bajo el brazo, fin. Eso es todo lo que este número puede ofrecer, con la correspondiente tentación del Black Vortex a nuestra heroína entremedio, con el correspondiente enfrentamiento frente a alguno de los villanos, y termina con, igual que prácticamente todos los números anteriores. Nuestro héroe (heroína en este caso, Captain Marvel) llevando al Black Vortex del punto A a… camino al punto B. Sí, esta vez ni siquiera llegó. El arte de David López es muy agradable a la vista, se lee con facilidad y tiene un buen ritmo, pero no es particularmente destacable. A ratos deja paneles sin fondo, aunque lo compensa con un buen manejo de las expresiones. En definitiva, otro número regular más que nos regala el maldito Vortex. Pero no es culpa de Kelly Sue, a fin de cuentas hizo lo que pudo cuando en realidad no había nada que contar… ¿Cuándo se detendrá esta mediocre agonía?MicroReseñas Marvel 011
MicroReseñas Marvel 011
S.H.I.E.L.D. #004
Avengers World #019
Bucky Barnes: The Winter Soldier #007
Angela: Asgard’s Assassin #005
Guardians 3000 #007
Captain Marvel #014
“The Black Vortex: Chapter 11”