<!DOCTYPE html> Curioso, el número final me convenció más que la mayoría del crossover… Podría considerarse un punto positivo para “The Black Vortex”, ya que en los crossovers es más común encontrar finales mediocres a que ocurra lo contrario. Eso sí, teniendo en cuenta que el mentado evento nunca fue de mi completo agrado tampoco es decir demasiado, pero… credit where credit’s due. Ahora bien… en el último número vimos cómo Kitty Pryde decidía aceptar la digievolución cósmica del Black Vortex para poder salvar a todos los habitantes de Spartax atrapados en el ámbar de Thane, antes que las crías Broo pudieran poner sus huevos en los cráneos de sus indefensas víctimas. ¿Qué ocurre aquí? Ronan digievolucionado se enfrenta a los Slaughter Lords y jura venganza por la destrucción de Hala, mientras Kitty se vuelve un ser cósmico y salva a Spartax. Tras salvar el día, Beast, Cyclops, Iceman y Groot deciden abandonar sus poderes cósmicos… con extrañas consecuencias para estos dos últimos; por otro lado, Kitty, Angel y Gamora se quedan con sus poderes cósmicos (¡sí! ¡les dije que ese look le quedaba bien a Gamora!). Thane también conserva sus nuevos poderes, mientras el emperador J’Son queda atrapado en un pedazo de ámbar, siendo recogido por The Collector para su siempre creciente colección. Pero quizás la secuela más relevante que nos deja este evento cósmico es que Peter Quill le propone matrimonio a Kitty, a lo que ella, por supuesto, acepta. Esta relación sigue sin convencerme, pero si la van a llevar a este punto al menos muestra un compromiso con la idea. Ahora bien, algunas conclusiones del evento: Dentro de todo y siendo sensatos, el evento tenía una premisa interesante, introduciendo un nuevo artefacto que podría dar mucho juego para el rincón cósmico en las manos correctas. Lamentablemente esas manos nunca aparecieron aquí, la mayoría de los números no eran más que una excusa para “upgradear” a un personaje, llevarlos de un lugar a otro o mostrar alguna trifulca sin sentido, sin llegar a explorar realmente lo que significaba tener el poder del Black Vortex, su impacto en nuestros héroes ni el verdadero motivo de por qué el mentado poder corrompía a quienes lo aceptaban (como se dijo repetidas veces durante todo el evento). Al final parece que da lo mismo si Gamora y Angel se quedan con su poder cósmico porque no vemos un verdadero cambio más que el de su apariencia y poderes. Buen intento, Sam Humphries, pero no me has convencido. Hasta la próxima, nos veremos durante “Secret Wars”. Tengo una idea. Armen un nuevo equipo de Guardians, con personajes como Rocket, Groot, Bug, Pip the Troll, tal vez el nuevo Nova… todos los personajes “divertidos” del rincón cósmico Marvel. Y dénselo a Bendis. De seguro lo hace bien, una sitcom en el espacio con diálogos chispeantes, situaciones ridículas por doquier y mucho humor ligero. Pero por favor, POR FAVOR, ¡quítenle esta serie a Brian Michael Bendis! Es horrible ver cómo no entiende a los personajes por lo que son, a cambio los trata como carcazas a rellenar con la personalidad que más le “tinca”. Drax habla como si fuera Thor y no es más que un saco de músculos dispuesto a golpear a lo que sea con la mínima excusa, olvídense del noble guerrero perdido sin un propósito en la vida; Gamora es tan cambiante en su supuesta moral como inconsistente para con su retrato en la etapa anterior; Star-Lord es un pusilánime que busca la diversión y comodidad por sobre la nobleza de su hasta ahora más que perdida misión, siendo heroico sólo cuando la situación lo alcanza por las circunstancias; Rocket Raccoon no es más que bromas sobre violencia y garabatos galácticos inventados; y Groot… no aporta absolutamente en nada. Extraño al grupo que trabajaba proactivamente buscando y lidiando con los problemas que aquejaban el cosmos, intentando hacer un universo mejor para todos y enfrentando a la muerte en cada misión. Bendis ha tenido buenas ideas, algunos conceptos atractivos que podían dar excelentes historias, pero su inhabilidad de escribir personajes en un registro que no sea el suyo es pasmante. Lo mismo si estamos leyendo a sus manoseados mutantes preadolescentes en All-New X-Men que si leemos a los adultos veteranos de innumerables batallas en Guardians of the Galaxy, no hay diferencia. El número mismo retoma la trama anterior a “The Black Vortex” con Peter Quill siendo electo “presidente” de Spartax (¿no debería ser emperador?), y Quill negándose… pero no por humildad, sino que por flojera, porque no le acomoda. Luego de un montón de clichés hollywoodenses donde los “pobres” llegan a la “riqueza” por azares del destino y disfrutan de sus beneficios, ocurre algo que interrumpe este disfrute… y termina el número. Lo peor es que ni siquiera dan una pista de lo que ocurre, solo muestran un horizonte con una… ¿puesta de sol? ¿explosión? ¿acaso es un planeta sobre la ciudad? La verdad no queda claro, y uno queda preguntándose qué rayos debería esperar de esto, y si acaso a uno realmente debería importarle. Valerio Schiti siempre hace un buen trabajo, pero si no está acompañado de un buen guion a la larga pierde todo mi interés. Deseo de todo corazón que tras “Secret Wars”, Bendis abandone la franquicia (porque ni durante el evento estará a salvo, con su anunciada Guardians of Knowhere). ¡Sálvanos, Starlin! Seguimos con “Before Time Runs Out”, y Frank Barbiere hace lo que puede con lo poco que tiene. Ninguna maravilla, pero se agradece la expansión de lo que ocurrió en los 8 meses de salto en las cabeceras principales. Por supuesto, los aspectos más importantes los revelará en sus series el mismo Jonathan Hickman cuando estime conveniente, y lo demás queda a imaginación del lector para rellenar los vacíos… o para que Barbiere pueda inventarnos algunas aventuras lo más atractivas posible. Estar acompañado de Marco Checchetto tampoco le viene para nada mal. Insisto que el artista debería haber participado de “Time Runs Out” para aportar consistencia en el aspecto visual, aquí es talento un tanto desperdiciado. Shang-Chi va a Kobe, uno de los lugares donde cayeron Origin Bombs de Ex-Nihilo, recién en los primeros números de Avengers. Ya sabemos por los últimos números de Hickman que gracias a ese lugar tenemos un ejército de clones Shang-Chi; aquí Barbiere intenta explicar cómo es que el artista marcial logró “domar” el lugar y salir victorioso, aportando con artillería pesada (¿carne de cañón?) para la facción de Sunspot. Tal parece que nos queda un solo número de Avengers World, ojalá Barbiere y Checchetto se despidan ¿por ahora? con un bang.MicroReseñas Marvel 013
MicroReseñas Marvel 013
Guardians of the Galaxy & X-Men — The Black Vortex: Omega #001
“The Black Vortex: Chapter 13”
Guardians of the Galaxy #026
Avengers World #020