<!DOCTYPE html> Las buenas sensaciones del número anterior se confirma en Master of Kung Fu #2, en especial por la excelente labor de Dalibor Talajić en el arte. La narración de Haden Blackman se desarrolla de forma natural, y aunque sigue un rumbo bastante predecible — es la clásica historia del héroe reacio, quien luego de una época oscura encuentra la motivación para redimirse en un grupo de jóvenes optimistas — lo realmente atractivo sigue siendo el mundo mismo. K’un Lun es una región de Battleworld ambientada en el oriente antiguo, con un gran emperador en el poder central y las escuelas de artes marciales como grandes núcleos de poder e influencia sobre la población. Mientras sigue la historia de Shang-Chi vamos conociendo más de la mitología que sustenta esta sociedad, así como el mundo que habitan en el hoy. Es una de las series que mejor ha sacado provecho a la reinvención de realidades, y espero que siga manteniendo el nivel de disfrute como hasta ahora. Una entretenida historia y otra un tanto aburrida. Blade el cazavampiros llega a New Quack City, Duck District, donde se encuentra con Drákula, un pato-vampiro. Durante su caza se topa con Howard y tras un pequeño malentendido (clásico team-up) unen fuerzas contra el vampiro. El arte de J.J. Kirby es divertido, canaliza cierta estética Disney en el rostro de los patos que le da un toque retorcidamente gracioso a la historia de David F. Walker. El remate final es chistoso, pero levemente desorientador, creo que pudo llevarse mejor. Aún así, como dije, una entretenida historia. No así la segunda, de Marco Turini y Doony Cates. El arte de Cates me recordó a ratos a Steve McNiven, pero mucho más genérico y sin el nivel de detalle y calidad artística que caracterizan al artista canadiense. Mientras, la historia, ambientada en el Killiseum de Arcade, tiene como personaje central al general Thaddeus “Thunderbolt” Ross, convertido en un cyborg y apodado War Machine. El gran giro es un tanto aburrido y no hay gran emoción, a pesar de tratarse de peleas gladiatoriales… ni siquiera un cameo del gladiador Captain Rogers tiene gran impacto para el lector. La verdad esperaba más. La verdad no tenía pensado leer Armor Wars, pero el nombre de James Robinson me convenció a darle una oportunidad y debo decir que… no estoy demasiado impresionado, pero creo que Robinson tiene algo interesante entre manos. En el contexto de las Secret Wars nos situamos en el territorio designado como Technopolis, donde todos deben usar armaduras para poder sobrevivir — no me queda del todo claro por qué, ¿es el calor? — y el barón Tony Stark se encuentra en un enfrentamiento empresarial con su hermano Arno, la llamada “Armor Wars”. Robinson hace un interesante uso del lore de Iron Man, con el cual no estoy muy familiarizado y creo que no es demasiado extenso, pero aprovecha los recursos que tiene para situar a personajes clave en intrigantes posiciones, casi preparando una jugada en su tablero de ajedrez. El arte de Marcio Takara es correcto, con diseños de armadura buenos pero poco variados, salvo por ese Spyder-Man que abre la historia. Como dije, no estoy demasiado impresionado, pero puede tener potencial para una buena historia. A ver si me convence. Reí mucho, reí con ganas, reí fuerte. Mientras la locura de Secret Wars invade cada rincón de la editorial, aparece esta entrañable serie para alegrarnos el día. Groot y su buen amigo Rocket van de viaje hacia la Tierra, pero en el camino quedan en pana y tienen que hacer dedo. Es una entretenida historia estilo “roadtrip”, donde tienen diversas aventuras a través de su viaje. De verdad me entretuve mucho leyéndolo, Jeff Loveness usa un humor bastante simple y directo, aprovechando el mal temperamento de Rocket sin caer en ridículos como ocurre con Bendis, y Groot es simplemente un encanto gracias a Brian Kesinger, que maneja muy bien sus expresiones para comunicar todo lo que su “I am Groot” no puede. Mi única razón por la que le doy 9 y no 10 estrellas es porque quiero ver a Groot en una historia más solitaria, a ver cómo se las arregla Loveness para llevar una historia casi sin diálogos. Tal vez lo veamos, tal vez no… pero es mi única “queja”. Aún así, hay muchas escenas divertidas, me encantaría comentarles alguna pero siento que no les haría justicia. Definitivamente, mi escena favorita por lejos es la de los Skrull. ¿Curiosidad? Los invito a leerlo, no se arrepentirán.MicroReseñas Marvel 019
MicroReseñas Marvel 019
Master of Kung Fu #002
Secret Wars: Battleworld #002
Armor Wars #001
Groot #001