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MicroReseñas Marvel 053


MicroReseñas Marvel 053

Captain Marvel #001–002

Cuando Carol Danvers y su equipo de Alpha Flight investigan una misteriosa nave espacial que apareció en la órbita terrestre, deberán lidiar con los misterios que esta nave abandonada alberga, así como los peligros que esperan a la vuelta de cada oscuro pasillo.

Tara Butters y Michele Fazekas toman el concepto de la nave espacial abandonada propia de Alien — de forma bastante explícita, con un monólogo interno de Carol mencionándolo — y le dan un toque propio, tomando las claves más divertidas de éste y adaptándolas a lo que la historia necesita.

A esto sumémosle el arte de Kris Anka, quien hace un trabajo fenomenal durante todo el número. Un excelente manejo de las sombras permite que nos adentremos de forma creíble en lo desconocido y perturbador de la misteriosa nave, pero con el delicado estilo de Anka y los vibrantes colores de Matthew Wilson, la narrativa no hace más que captar nuestra atención con un precioso trabajo artístico. El trazo blando y natural de Anka le viene de perillas al personaje.

Por otro lado, los diálogos resultan muy naturales, permitiendo que la historia fluya y la interacción entre los personajes sea realista y acorde al contexto y personalidades involucradas. En este sentido el trabajo de Butters y Fazekas cumple con creces, desarrollando además un conflicto diplomático paralelo que crece a medida que avanza la historia, y le otorga un papel relevante a Abigail Brand, una tarea a mi parecer necesaria para no volver a la hasta ahora comandante por default de todo lo relacionado con la defensa de incursiones extraterrestres frente al nuevo papel de la titular Captain Marvel.

La nave extraterrestre en cuestión realmente es alienígena para todos, con una estructura biológica y controles orgánicos que realizan interfaz con la misteriosa raza y son difíciles de entender, al menos en un primer contacto. A veces resulta ridículo con qué facilidad nuestros héroes pueden manejar cualquier tecnología alienígena, así que es de agradecer el que los guionistas no se fueran por recursos facilones al momento de abordar estas escenas y pudieran desarrollar y explicar los procesos para adaptarse a esta particular situación.

Puede que el cómic se llame Captain Marvel, pero esta es una serie coral con Carol Danverscomo líder de un grupo de personalidades diversas y vivaces, con un enorme legado en Alpha Flight y un cautivador temperamento en Brand, además de nuevos personajes como Wendy Kawasaki. Tras unos — para mí — aburridos volúmenes de la pluma de Gail Simone, por fin puedo decir que Captain Marvel es una lectura entretenida y recomendada.


Rocket Raccoon and Groot #002

La historia tras los grabados de Groot es finalmente revelada, y… no podía ser peor.

Es una historia que no es interesante, ni intrigante, ni entretenida, ni sorpresiva. Los grabados del árbol parlante favorito de los asistentes al cine se traducen en una suerte de cacería de pistas al más puro estilo Memento que nos conducen a través de toda la galaxia. A raíz de esto tenemos algunos cameos “sorpresa” que se notan a leguas no están ahí más que para hacer el chistecito fácil por una viñeta, lo cual resulta un tanto molesto por lo descaradamente comercial y formulaico que resulta.

Peor aún, todo esta narrativa y aventura se traduce finalmente en NADA cuando la pista que lo lleva al paradero final de su amigo se lo topa de casualidad en la tele. Así de ordinario. Sí, me imagino que probablemente esa era parte de la broma del número, pero como lector me resulta una pérdida de tiempo e interés por la serie. Dicho sea de paso, Lord Rakzoon es tan fome como insoportable. De nuevo, me imagino que es parte de la broma, pero conmigo no parece funcionar.

Espero que el próximo número, al parecer el final de este breve arco inaugural, repunte con un cierre digno para lo que han sido dos números que me han dejado mucho que desear.

Me pregunto si me puse demasiado amargado o exigente… No puedo ser solo yo, ¿o sí?


Nova #004

Súper fome. Cuando pensaba que la serie por fin se pondría interesante, Sean Ryan se esfuerza por decepcionarme con un blandísimo e irrelevante número. Se supone que Sam Alexander es un joven enérgico y divertido, optimista ante todo… y cómo me desagrada ahora, en solo 4 números.

La aparente amenaza del hijo de Mole Man se la sacude — me imagino que temporalmente, pero aún así — como si nada. La interacción con Ms. Marvel y Spider-Man se descarta en un pestañeo. El conflicto familiar queda en una predecible y poco atractiva pausa. Todo mal.

Por lo menos Cory Smith hace un trabajo más que aceptable en el apartado artístico, nuevamente destaco la habilidad del artista de retratar a los adolescentes como tales y no como adultos disfrazados de niños. En general el dibujo es más que correcto, aunque los colores de David Curiel no terminan de convencerme por completo.

Como dije, una completa decepción. ¿Tal vez esperé demasiado de la serie? Le doy hasta el fin de este arco para convencerme de quedarme.


Star-Lord #003

El joven Peter Quill debe lidiar de la mejor manera posible su nueva situación como conserje espacial en la nave de Yondu, a la vez que intenta ascender de posición entre su grupo de piratas y aprende poco a poco a desenvolverse en la sociedad intergaláctica.

La misión autoimpuesta de Sam Humphries para esta historia es la de aunar todos los orígenes conflictivos del cómic y el cine en uno solo, coherente y conciliador. Y debo decir que hasta ahora ha hecho un muy buen trabajo en ello. El origen místico y new age original de Steven Englehart ya no tiene sentido en el contexto cultural actual, y al momento de sumar al personaje a la continuidad principal de la editorial, la propuesta de Chris Claremont y John Byrne se sentía desactualizada al contrastarla con el panorama cósmico de la Marvel actual. Así que, contrario a lo que normalmente ocurre, este retconeo de orígenes es tan necesario como bienvenido.

Por otro lado, Javier Garrón como siempre se muestra espectacular. Logra entregarnos personajes expresivos, de lenguaje corporal claro, expresiones naturales y una fluidez en los movimientos que da gusto. El coloreado de Antonio Fabela cierra el círculo con una paleta llamativa y agradable, que se vale de colores brillantes y diversos para recordarnos constantemente que estamos lidiando con extraterrestres de todo tipo.

Aún está por verse cómo es que pasamos de un veterano y experimentado veterano de guerra cósmico dispuesto a todo por proteger la galaxia de potenciales amenazas a un bandido y mercenario caradura y picaresco — y de verdad espero que Humphries se atreva a darnos la explicación que el mediocre de Bendis jamás pudo — pero en lo que a orígenes se trata me declaro, por ahora, más que conforme.


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