Death of the Inhumans (2018) #001
Hay un concepto en inglés que define muy bien este número: shock value. Este número es shock value de punta a cabo.
Hay un concepto en inglés que define muy bien este número: shock value. Este número es shock value de punta a cabo.
El enfrentamiento final entre Darkhawk y Talonar por la Tierra se ve interrumpido cuando Richard Rider, el célebre miembro del Cuerpo Nova y hermano de este último, se une a la batalla.
La conclusión de este two-parter es un tanto extraña, pues funciona más como puente para la serie Champions que como un verdadero desenlace para una miniserie autocontenida. Los jóvenes héroes logran detener la masacre perpetrada por Warbringer y consiguen safarse de lidiar con Thanos, pero no sin serias secuelas psicológicas para RiRi Williams. Tras la aventura, Sam Alexander es despojado inadvertidamente de su casco de Black Nova, lo que lo deja sin poderes de vuelta en la Tierra.
Tras el detour que significó el reciente número Annual, el viaje por el multiverso en búsqueda de la familia Richards continúa. Esta vez el Multisect los lleva a una realidad donde la diveregencia con el universo tradicional parece originarse en la Civil War original, donde un héroe decide eliminar a los líderes de ambos bandos para detener la rencilla superhumana, desembocando en una suerte de futuro Mad Max donde los seres con poderes se enfrentan en una suerte de coliseo bautizado Battleworld.
Darkhawk ha sufrido una serie de cambios drásticos en el statu quo de sus poderes en sus últimas apariciones — incluyendo el número de Marvel Legacy — y esta entrega no es la excepción. Tras ser arrebatado de su amuleto en favor de Talonar y ser abandonado para morir, Chris Powell tiene un nuevo coloquio con su alterego Razor, lo que desencadena en un inesperado efecto para nuestro héroe. Con un nuevo poder de su lado, Chris se prepara para un último enfrentamiento contra la Fraternidad de los Raptor y Talonar, antes de que destruyan toda la vida en la Tierra.
Tras regresar sin explicación aparente poseyendo la Gema del Espacio, Wolverine deja la preciada roca al cuidado de Black Widow, supuestamente muerta, quien debe lidiar con esta no solicitada carga a su manera. Este one-shot consiste en Natasha huyendo del hechicero James Braddock, quien esclaviza con magia a un grupo de niños parar que le den caza y así poder quitarle la gema; durante su huída cruza caminos con Merlin, el cual la ayuda a lidiar con los encantamientos que Jamie conjura en su contra.
La verdad tras este engañoso two-parter es que no es una historia de los jóvenes Champions, sino que de Sam Alexander, el Black Nova. Sam se entera que Warbringer está atacando al Nova Corps y decide ir a ayudar... aquí entra la excusa para incluir al resto de Champions, quienes deciden ayudar a su compañero con la situación.
Leí este número el mismo día que salió.
Lo esperé, literalmente, por muchos años. Siendo S.H.I.E.L.D. una excelente serie que jugaba con conceptos elevados como nos había acostumbrado Jonathan Hickman, las expectativas eran muy altas.
Honestamente no podría decir qué es exactamente lo que esperaba. Probablemente explicaciones. ¿Cuál era el objetivo de toda esta historia? ¿Qué ocurre con Leonid hoy en día? ¿Cómo se reconcilian las acciones de Nathaniel Richards en esta serie con los vestigios de sus viajes vistos en otras, como Fantastic Four o Avengers, del mismo Hickman? ¿Cómo es que conecta esta serie con el resto del Marvel U?
Si Ben Grimm ha sido nuestro protagonista de la serie, esta vez el foco se lo roba Victor Von Doom, lo cual siempre es bienvenido. Chip Zdarsky se toma la oportunidad de un número anual —con más páginas que uno normal— para contar una parte de la historia del personaje que hasta ahora había permanecido en incógnito.
La dupla de Chris Sims y Chad Bowers continúan con su interesante exploración de Darkhawk, una franquicia que parece no importarle realmente a nadie, lo que les da, me imagino, bastante libertad de acción que espero aprovechen durante esta miniserie.