New Challengers (2018) #002
New Challengers es, irónicamente, un gran desafío para el lector. Sus bondades artísticas son pocas, su atractivo para el mercado actual es casi nulo y su propuesta supuestamente novedosa es, hasta ahora, aburrida.
New Challengers es, irónicamente, un gran desafío para el lector. Sus bondades artísticas son pocas, su atractivo para el mercado actual es casi nulo y su propuesta supuestamente novedosa es, hasta ahora, aburrida.
Leí este número el mismo día que salió.
Lo esperé, literalmente, por muchos años. Siendo S.H.I.E.L.D. una excelente serie que jugaba con conceptos elevados como nos había acostumbrado Jonathan Hickman, las expectativas eran muy altas.
Honestamente no podría decir qué es exactamente lo que esperaba. Probablemente explicaciones. ¿Cuál era el objetivo de toda esta historia? ¿Qué ocurre con Leonid hoy en día? ¿Cómo se reconcilian las acciones de Nathaniel Richards en esta serie con los vestigios de sus viajes vistos en otras, como Fantastic Four o Avengers, del mismo Hickman? ¿Cómo es que conecta esta serie con el resto del Marvel U?
Si Ben Grimm ha sido nuestro protagonista de la serie, esta vez el foco se lo roba Victor Von Doom, lo cual siempre es bienvenido. Chip Zdarsky se toma la oportunidad de un número anual —con más páginas que uno normal— para contar una parte de la historia del personaje que hasta ahora había permanecido en incógnito.
La dupla de Chris Sims y Chad Bowers continúan con su interesante exploración de Darkhawk, una franquicia que parece no importarle realmente a nadie, lo que les da, me imagino, bastante libertad de acción que espero aprovechen durante esta miniserie.
El ritmo narrativo baja considerablemente en esta entrega, estancándose la historia de los Guardians tras conseguir la Gema del Poder, mientras la trama de Warlock, Silver Surfer y Hank Pym / Ultron da pequeños pasos hacia adelante. Pasos que, siendo franco, como fan me dolieron bastante, ya que revierten uno de los aspectos más interesantes de los Ultimates de Al Ewing y vuelven a uno de los estados más repetidos en la editorial. Que nos lo vendan como una sorpresa o giro inesperado es casi insultante.
Llevando a cabo el plan desarrollado por un Victor Von Doom reformado y el Reed Richards de una realidad de un universo paralelo, el súper-equipo logra vencer al Doom-Galactus que amenazaba con el último planeta en existencia a la vez que restauran el orden de su universo.
Un más que necesario descanso es lo que encontramos en esta entrega. Estamos en la historia “de reconciliación”, donde Grant y Sara se ven, víctimas de una agencia de terapia de pareja interdimensional, forzados a reconectar con sus emociones y reflexionar sobre todo lo que han tenido que vivir, no solo desde el comienzo de la serie, sino que tras años de un matrimonio dañado por los egos y heridas de su pasado.
Un más que necesario descanso es lo que encontramos en esta entrega. Estamos en la historia “de reconciliación”, donde Grant y Sara se ven, víctimas de una agencia de terapia de pareja interdimensional, forzados a reconectar con sus emociones y reflexionar sobre todo lo que han tenido que vivir, no solo desde el comienzo de la serie, sino que tras años de un matrimonio dañado por los egos y heridas de su pasado.
Con todo el alboroto que ha levantado Infinity Countdown en el apartado cósmico de la editorial, es el momento perfecto para regresar con el Darkhawk original, Chris Powell.
Hasta ahora, la propuesta de Jeff Lemire no terminaba de cuajar para mí. El equipo tenía elementos interesantes, particularmente Plastic Man, pero tanto la química como la dinámica de equipo se escapaba de mis manos y no lograba enganchar con la serie. Puede que el guion haya encontrado por fin un buen equilibrio, pero sin duda el arte de Evan “Doc” Shaner ayuda muchísimo a elevar su nivel.