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Thanos #001

“Thanos Returns”

Thanos #001

Son tiempos extraños en las oficinas de Marvel. Ayer nos enterábamos que Black Bolt tendrá su primera serie regular propia, en una insistencia más de parte de la editorial por empujar a los Inhumanos como “The Next Big Thing”. De pronto tenemos series como Foolkiller, Solo y Slapstick. Los clones de Spider-Man vuelven a estar de moda, los X-Men parecen por fin tener un futuro un poco más seguro… y aparece Thanos.

Pero no es primera vez que el Titán Loco protagoniza una serie. Ya lo hizo el año 2003 bajo la pluma de su padre y quien mejor sabe escribirlo, Jim Starlin, seguido de un inspiradísimo Keith Giffen a toda máquina creativa. 12 números que abrieron paso al megaevento Annihilation y toda la explosión cósmica que vino después.

Recientemente, Thanos regresó de su destino en Secret Wars en las páginas de la serie The Ultimates, de la mano de Al Ewing, quien ha estado proponiendo intrigantes ideas sobre el nuevo orden cósmico del Universo Marvel. A causa de esto, albergaba esperanzas que el guionista inglés pudiera hacer algo entretenido con el Titán Loco, pero el anuncio de su serie regular guionizada por Jeff Lemire mató mis ilusiones. O así debió ser, pues por alguna razón había olvidado por completo su anuncio hasta la semana pasada que salió el primer número.

El cómic tiene un sabor cósmico innegable. Corvus Glaive (secuaz de Thanos) la Black Order (grupo de mercenarios al servicio de Thanos), Champion (uno de los Elders of the Universe, como Collector, quien perdiera alguna vez la Power Gem ante Thanos), Starfox (hermano de Thanos), Thane (hijo de Thanos) y Death (antiguo amor de Thanos), todos hacen su aparición en este concurrido número y, como pueden darse cuenta, todo guarda estrecha relación con nuestro protagonista. Lamentablemente, el guion de Jeff Lemire no se siente como una creación de su pluma; en cambio, se lee como un cómic muy genérico, bien lo pudo haber escrito Sam Humprhies, Nick Spencer o cualquier otro guionista promedio de Marvel. Pese a su buen ritmo general, la narrativa se siente monótona, y los hechos forzados y predecibles.

La Black Order bien podría no existir, pues prácticamente todos sus ilustres miembros han muerto. Supergiant fue detonada junto a una bomba; Black Dwarf fue asesinada por Ronan; Ebony Maw comenzó a disciplinar a Thane para luego perderse en su subconsciente — o… algo así… reconozco que este sujeto es bastante confuso — ; y de Proxima Midnight no se sabe nada desde que Castle Doom fuera destruido con ella dentro en Secret Wars. El único remanente aparte del Titán, Corvus Glaive, hace su reaparición en esta entrega, pero lamentablemente no es para quedarse, lo que me resulta en un desperdicio enorme pues el concepto de la Black Order aún presentaba mucho potencial.

Ahora bien, lo último que supe de Thanos antes de este debut fue en The Ultimates #011, donde fue neutralizado por el equipo; ya que no estoy siguiendo Civil War II, desconozco si pasó algo relevante con él en dicho evento o es que simplemente se dará el salto con el personaje de estar tendido en el suelo del Triskelion a recuperar el control de la Black Order sin mayores explicaciones, pero me da la sensación de que cualquier evento anterior reciente será ignorado por esta serie. Espero equivocarme.

El diseño de viñetas que utiliza Mike Deodato es uno muy cuadrado, con rectángulos y líneas divisorias sin ton ni son que a mi juicio no terminan de funcionar, y es un recurso que usa durante casi todo el número. Me recuerdan un poco al juevo de viñetas que se ha puesto de moda en la editorial por artistas como David Aja, Chris Samnee y ahora Andrea Sorrentino, pero a diferencia de aquí, generalmente tienen una razón de ser. El trabajo de Deodato me gusta lo suficiente como para disfrutar el número — aunque a ratos se ve demasiado oscuro — pero sus viñetas con tanto recuadro innecesario me desagradaron bastante.

Por otro lado, Thane, quien parece será la amenaza principal de nuestro protagonista — al menos en un inicio — me emociona menos que bailar con la hermana. Su creación fue producto de imposiciones editoriales sobre Jonathan Hickman en su evento Infinity, en el crossover The Black Vortex su presencia fue pésimamente aprovechada y aunque sé que en la miniserie digital Thanos: A God Up There Listening su papel es más relevante, ni el guionista ni el artista me han convencido en el pasado así que decidí ignorarla por completo. Al final, lo único que me da curiosidad es ver qué interés tiene Death en él, y el grupo de secuases que se está reuniendo.

Entrando en terreno de spoilers, el giro final me pareció sumamente tibio, pues 1) amenazar con eliminar al protagonista y titular de la serie en el primer número casi nunca termina realmente en su muerte; 2) aunque se muera, Thanos ya ha regresado de la muerte y situaciones aún peores en varias ocasiones, por lo que morir no significa mucho para un personaje como él; y 3) lo más probable es que al final algo haga el Titán Loco que lo salve de su fin.

Eso sí, toda esta situación presenta unas cuantas dudas interesantes. Desde que regresara de la muerte poco antes de The Thanos Imperative, nuestro querido Thanos se veía imposibilitado de morir; que ahora esté muriendo lentamente es un cambio importante. ¿Está muriendo por culpa de Death? ¿Significa que por fin lo acepatará a su lado? Y si no depende de ella, ¿por qué parece querer ayudar a Thane a asesinarlo? Más aún, ¿realmente lo quiere muerto, o está simplemente manipulando a Thane para alcanzar un objetivo por ahora desconocido?

En definitiva, pese a no ser un número terrible, es muy olvidable en términos generales. Fue una decepción que espero mejore en entregas posteriores, pues el personaje es uno de los más atractivos de la editorial cuando es bien escrito, y los elementos presentados en el número dan para mucho.


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