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The Multiversity (2014) #001

“House of Heroes”

The Multiversity (2014) #001

Cuando Grant Morrison se lo propone, puede ser tan accesible como quiera, y esta vez se propuso hacer un cómic que hasta lectores nuevos puedan entender.

Al menos esa impresión me deja, porque — además de haberlo dicho explícitamente en algunas entrevistas — distintos elementos de la historia se van explicando a medida que avanzamos en ella. Por supuesto, quedan cosas por descubrir y entender, pero esa es precisamente la gracia de la historia. En este tipo de historias siempre está presente el juego de reconocer referencias e identificar a personajes “oscuros” — entiéndase, poco conocidos — del pasado de la editorial. Dicho sea de paso, en futuras entregas vendrán anexos entregando más información de diversas Tierras paralelas y sus residentes, así que si no captaron a algún personaje es probable que sea identificado a posteriori.

Siempre agradezco cuando un guionista me hace pensar más allá de la simple lectura superficial, cuando me desafía intelectualmente y me pide un esfuerzo extra para procesar la información e interpretar lo que quiere decir. Guionistas como Jonathan Hickman o Grant Morrison son expertos en ofrecer lo que llamo el Efecto Epifanía, esa sensación cuando lees la última parte de la historia y todo lo anterior calza perfectamente en su sitio. The Multiversity #001 apunta a esa clase de historia, con un Nix Uotan, último Monitor del Multiverso, analizando un supuesto “cómic maldito”. Desde aquí en adelante Morrison nos entrega su particular visión metaficcional de lo que significan los comics en el Multiverso DC: un vehículo por el cual se pueden comunicar tierras paralelas, donde la realidad de uno es la ficción del otro. Esto, sumado a otros elementos, como que el Ultima Thule, la nave de Uotan para viajar a través de La Sangría hacia otras Tierras, sea comandada por un juego de cuerdas que determinan el destino por su frecuencia vibracional, y que el Multiverso mismo sea interpretado como una gran canción, nos hablan tanto de una reflexión muy particular sobre la física de los universos paralelos y temas como las teorías de cuerdas y membranas, así como de una dedicación y cariño por el medio definitivamente loables. Incluso si no te gusta el trabajo del guionista, es innegable que Morrison ama el medio en el que se desenvuelve, es un creyente del poder de las historias en las personas y su entorno, y se regocija siempre que puede en enrostrarnos la magia que significan las historias de ficción.

En el apartado artístico tenemos a un Iván Reis impecable como siempre, siguiendo un ritmo narrativo mayormente clásico basándose en una grilla de 9 viñetas por página, sabiendo cuándo romper este esquema sin afectar la legibilidad. El trabajo de retratar a tantos personajes y referencias en una sola entrega — si bien es un número doble — es admirable, otorgando personalidad a cada uno de nuestros protagonistas, y entregando especialmente una credibilidad a Captain Carrot que nos hace desear que Reis sea el encargado de una nueva serie regular del caricaturesco personaje. Lamentablemente deberemos esperar otros 7 meses para volver a ver el trabajo de Reis en The Multiversity #002, aunque con la cantidad de talentos que nos mantendrán ocupados hasta entonces de seguro harán la espera más llevadera.

Sin duda, estoy a bordo. Me uno a nuestros héroes en su viaje por el Multiverso en el Ultima Thule, ansioso por conocer el destino final. Espero que ustedes también. Disfruten el viaje.


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