The New World (2018) #001
Estados Unidos se fue al carajo. Una serie de explosiones nucleares en distintos puntos del territorio dejan al país en ruinas, y la posterior guerra civil acrecienta aún más la precaria condición de sus habitantes. El lugar que mejor se adapta y termina sacando provecho de la situación es New California, la nueva superpotencia y bastión de los excesos americanos.
En este contexto conocemos a Stella Maris, joven y brillante policía con licencia para matar y estrella de un reality show que todo el mundo libre sigue para decidir quién vive y quién muere en cada operación policial. En el otro extremo se encuentra Kirby Shakaku Miyazaki, un joven hacker anarquista vegano straight-edge que busca desestabilizar el conformismo social y desbaratar el control político con diversos actos de ciber-terrorismo. Sus vidas pronto se complican cuando cruzan caminos y se vuelven el centro de atención de todo el estado de New California. Los autores nos prometen una historia que mezcla Mad Max con Romeo y Julieta, llena de acción, ciencia ficción, romance y ultraviolencia.
Ales Kot se permite desarrollar el entramado sociopolítico que conjuga The New World a través de diversos mecanismos, desde flashbacks informativos hasta diálogos expositivos integrados en la narración, aprovechando para ello las casi 60 páginas, casi el triple que el comic book usual. Con este holgado espacio, Kot nos explica el futuro cercano con lujo de detalles, facilitándonos entender a cabalidad el contexto en la historia se desarrolla. Esto, a su vez, nos permite conocer las vidas y el entorno en el que cada uno de nuestros protagonistas se desenvuelve, incluyendo el poder verlos en sus vidas cotidianas y el como se comportan en sus ratos de ocio. Otro punto a destacar es que los diálogos, pese a estar cargados de información, se leen — gracias a que toda esta info está dispersa en numerosas páginas — de forma muy ligera, rápida y natural. Las voces de cada personaje son identificables y se sienten muy normales, incluso cuando deben entregar información expositiva. El espacio extra es, entonces, una excelente oportunidad para presentar con lujo de detalles el mundo y los personajes de inmediato, sorteando problemas comunes que uno suele experimentar en el debut de series nuevas, donde se centran demasiado en presentar el mundo sin ahondar en los personajes o por el contrario conocemos a los personajes sin entender el conflicto central.
Cada página está llena de detalles. El arte de Tradd y Heather Moore cuida una línea pulcra, sin demasiado valor lineal, con colores planos y sin sombras, donde el volumen lo dan las formas, siempre hechas de exquisitas curvas con una sensibilidad muy orgánica. El contraste de áreas limpias contra otras áreas llenas de detalles hacen un atractivo juego visual, logrando llevar nuestra atención hacia uno u otro según lo requiere la narración. Tradd confía en su oficio y lo demuestra en lo mucho que es capaz de transmitir con pocas líneas, particularmente cuando dibuja el rostro de Stella en close-ups o en su traje blanco de cazadora. Pese a todo, las páginas con mayor impacto son las que utilizan un potente juego de colores, como en la primera misión que vemos de Stella, partiendo con escenas tranquilas y de colores opacos para de pronto estallar de forma enérgica en colores vibrantes y una energía kinética visual que casi estalla fuera de la viñeta. Sin duda el dibujo de Tradd es la gran estrella de la serie, y los colores de Heather complementan de excelente manera su trabajo.
Tenemos, en definitiva, un debut sólido, de enorme belleza visual y dotado de un mundo rico en detalles, que promete una miniserie llena de giros, acción a raudales y mucha diversión.
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