Shadowman (2018) #001
Tras cuatro años sin serie propia y luego de una larga estancia en el Deadside, Jack Boniface por fin regresa al mundo de los vivos con una nueva serie de Shadowman.
La serie comienza posicionándonos junto a Alyssa Miles, antigua instigadora (abettor) de Jack y hoy la mambo de New Orleans, en ausencia de Shadowman, Punk Mambo o cualquier otro ser que pueda proteger a la población. Su misión actual la lleva a ser la clave para que Shadowman regrese desde Deadside al mundo real. Tras un peliagudo reencuentro, nuestros protagonistas se enfrentan al resurgimiento de Baron Samedi, quien les pondrá las cosas difíciles a un ya inseguro Jack y una desbordada Alyssa.
La caracterización de los personajes por parte de Stephen Segovia resulta muy adecuada. Suele ocurrir que el retrato de afroamericanos caiga un poco en una caricaturización no intencionada, pero el artista felipino se las arregla para salir airoso del desafío. Su trazo fino y enérgico a ratos recuerda al trabajo de Leinil Francis Yu, y digo esto como un elogio. Donde se siente más débil a nivel visual es en el coloreado de Ulises Arreola, aplicando una paleta muy apagada a la vez que algo dispersa, mezclando colores poco habituales en escenas donde no terminan de cuajar por completo. Pese a ello, el conjunto funciona lo suficientemente bien para lo que ofrece esta serie.
Por su parte, Andy Diggle parece tenerse propuesto aclarar las dudas que aún persisten tras el mito de Shadowman. ¿Por qué fue relamente exiliado su loa del panteón voodoo? ¿Cómo es que la línea de los Boniface está enlazada a este loa? Son preguntas interesantes de explorar y que pueden conducir al personaje y la serie en nuevas y atractivas historias que lo hagan evolucionar más.
El planteamiento a largo plazo parece prometedor, pero lo ofrecido en este número en particular se siente muy reiterativo respecto a lo que ya hemos visto hasta ahora del personaje: sufre por su condición de portador de loa, duda de su validez como agente del bien... Creo que tras los hechos en la miniserie Rapture esta era la oportunidad de probar un enfoque diferente con Shadowman, por lo que volver a las crisis existenciales me parece un despropósito. Sí, la serie parece apuntar hacia otro objetivo a largo plazo, pero al ser esta la carta de presentación tanto para antiguos como nuevos lectores, se siente como irse a la segura.
En definitiva, un comienzo correcto pero demasiado familiar, que sin embargo nos ilusiona con un mucho más atractivo futuro para nuestra dupla protagonista. Esperemos que ese futuro llegue.
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