East of West ha sido ambiciosa desde su inicio. Llena de ambigüedades y misterios, debe ser una de las series menos accesibles en el mercado… y aún así, logra capturar a todo aquel que la lea. Jonathan Hickman y Nick Dragotta lanzan ideas sobre el papel como si el mundo se fuera a acabar — nunca mejor dicho — reinventando un Estados Unidos distópico dividido en 7 naciones y reinos bajo el armisticio propiciado por El Mensaje, un conjunto de relatos apócrifos describiendo el camino que nos llevará al Apocalipsis, encabezado por los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
Hablando de los Jinetes, la serie comienza con la resurrección de 3 — Guerra, Conquista y Hambruna — y su decepción al descubrir que han sido abandonados por el 4º… Muerte. Pero no son los únicos: también nos encontramos con los Elegidos, líderes y personas de poder que creen en El Mensaje y buscan ayudar a los Jinetes a traer el fin de los tiempos. Personajes fascinantes por donde los haya.
Es entre los Jinetes y los Elegidos que se desarrolla la historia, a medio camino entre el western y el ciberpunk con toques tarantinescos. Un relato coral donde Hickman maneja con soltura la enorme cantidad de jugadores y tramas número a número. Tras el último número — septiembre, uff… — la dupla se toma una pausa para contemplar lo que ha conseguido hasta ahora y, cual Dios en el séptimo día, ven que es bueno y se regocijan.
East of West: The World #001 parte con una breve historia de 6 páginas, continuando lo visto el número anterior y revelando un poco más sobre Conquista; es un relato corto y divertido. El resto del número es un resumen de la situación actual en las 7 naciones y reinos, con mapas, estadísticas políticas, económicas y militares, así como una línea de tiempo de sucesos relevantes en la historia. Todo muy hickmaniano, donde la dupla hace gala del enorme entramado que han creado para sustentar su historia.
Es un mundo rico en detalles, altamente complejo, que destila un potencial para tenernos entretenidos mínimo unos 60 números — que es el plan de Hickman — . Los invito a sumergirse al Este del Oeste. No se arrepentirán.
Continuando con mi tortura mensual, ocurrió lo que temía: no hay más que peleas y pseudo-drama para alargar la resolución un número más. Por suerte, dicha resolución vendrá el otro mes. Por desgracia, ha sido bastante decepcionante; esta es de esas veces que lamento haber tenido razón, me hubiera encantado que el tan laureado como vilipendiado Brian Michael Bendis me hiciera callar con una buena historia y armara algo no sólo coherente, sino que sorprendiera y fuera bien narrado. En cambio nos entrega peleas sin sentido con amenazas obvias a la vez que sin emoción, porque sabemos que no tendrán un verdadero impacto al estar narradas en el pasado. Los diálogos de Gamora sólo sirven de excusa para seguir con la historia, porque ni son coherentes con el personaje, ni son coherentes… por sí mismas, ¿qué rayos pretendía?
El lado positivo está en el arte de Ed McGuinness. Lo he visto en mejor forma, pero no se puede negar que el hombre sabe lo que hace. Sus golpes tienen peso, sientes la intensidad del combate, sus personajes son expresivos y llenos de vida. Ver a Richard Rider, el verdadero Nova, es una delicia, y hasta saber si podremos volver a verlo o no hay que disfrutar su presencia. Su Thanos es imponente y poderoso, al igual que su Drax. Tal vez el peor retratado sea Star-Lord, quien a pesar de mostrar su traje clásico de Guardian en todo su esplendor, que sea rubio con peinado zorrón me sigue molestando, y esa barba le queda rarísima en un dibujo tan limpio como el de McGuinnes. Además no todo es perfecto, ya que esta vez sus lápices son entintados por 4 personas diferentes, incluyendo él mismo, lo que da cierta inconsistencia general, pero nada grave.
New Avengers #026 es un número intenso. La misteriosa Black Swan tiene un momento bastante revelador con Tony Stark, donde se destila que su situación no es tan blanco y negro (no pun intended) como aparenta. Valeria Richards tiene una conversación con su “tío” Victor Von Doom, donde básicamente le dice lo mismo que a su padre en la nota que le envió en Avengers #037. Por su parte, Doom, junto a Mad Thinker y un ¿cautivo? ¿contenido? Molecule Man, tienen sus propios planes… aún por revelar. A su vez, Proxima Midnight y Corvus Glaive, dos de la “Cull Obsidian” de Thanos, nos develan algo de información sobre el titán loco, quien parece notar un cambio en las Incursiones, casi imperceptible pero relevante.
Mientras todo esto ocurría, las dos espías favoritas del Universo Marvel, Natasha Romanov a.k.a. Black Widow y Jessica Drew a.k.a. Spider-Woman, se infiltran en Necropolis — el antiguo reino de los muertos de T’Challa ubicado en Wakanda, cedida por el resto del mundo a la Cábala de Namor — a rescatar a Stark… Quién iba a pensar lo lejos que iba a caer este hombre.
Nunca me agradó Iron Man, así que la deconstrucción/destrucción que está haciendo Hickman con el personaje no me molesta en absoluto. Incluso, ha vuelto al arrogante enlatado mucho más interesante para mí… Dicho esto, puedo entender si a algún fan del latas se siente ofendido o pasado a llevar por el rumbo que ha tomado el personaje. Advertidos quedan.
Kev Walker como siempre entrega un trabajo solvente, que a gusto personal me fascina. Los colores del habitual Frank Martin calzan perfectos, tal vez porque esta vez es ayudado por Dono Sánchez Almara; además, pareciera que Martin se adapta mejor a New Avengers que a Avengers.
Ansioso estoy por saber qué traman Doom y Thanos. ¡Qué grandes personajes!
“The Red Supremacy: Chapter 1 — We Will All Be Dead Tomorrow”
Avengers & X-Men: AXIS (2014) #001
Desde que leí Uncanny X-Force y Fear Agent, el portlandés Rick Remender se convirtió en uno de mis guionistas en activo favoritos, y serie a serie no me ha decepcionado. Uncanny Avengers ha sido una adrenalínica historia, con mucha acción, sangre y muertes — características marca de la casa — , todo esto respaldado siempre con un excelente desarrollo de tramas, algunas heredadas de su anterior serie mutante, y una soberbia interacción de personajes. En sus guiones conseguía, a veces mejor, a veces peor, un equilibrio entre acción y trama.
Y entonces llega “AXIS”.
En comparación a las reseñas que leí en otros lugares no me pareció la bazofia que muchos decían, pero sí presenta varios problemas. A mi juicio, el principal problema sin embargo es que, considerándolo una secuela directa de todo lo que nos ha narrado en Uncanny Avengers, se sale demasiado de la línea trazada hasta entonces. Pasamos de un protagonismo total de la Unity Squad a enfocarnos en Iron Man porque sí. Ah, y en Magneto. Porque a algún editor, o tal vez al mismo guionista, se les ocurrió que Tony Stark debía ser el causante de la debacle que ocurre en estas páginas, y aprovechar que Erik Lehnsherr fue víctima de los nazis para ponerlo frente a Red Onslaught. Lo de Stark no me parece una trama descabellada, en parte se fundamenta con lo que se ha visto del personaje, además está el factor de la manipulación subconsciente; pero que pasemos de una cosa (Unity Squad) a otra (Iron Man) sin desarrollo previo, de la nada, me saca de la historia y me impide entrar en el juego. En definitiva, se siente gratuito.
Aún así tiene puntos interesantes… La muerte de cierto joven mutante me descolocó un poco, pero considerando que fue el mismo Remender quien lo creó, confío —cruzo los dedos— que no será lo último que veamos de él. Adam Kubert también se vuelve una decepción, después de verlo mejorar en sus aportes a lo que fue “Infinity” se había ganado mi confianza, pero aquí destiñe bastante, más aún si el portadista es el pulcro Jim Cheung. Por lo demás, no nos queda más que esperar y ver el desarrollo a futuro.
El tiempo se acaba, y los Avengers han cambiado por completo. Jonathan Hickman nos lleva 8 meses adelante y se toma su tiempo — en un número con páginas extra — para mostrarnos algunos de los cambios que han sufrido los héroes más poderosos del planeta. Tramas que quedaron en “Infinity” son retomadas; relaciones inicialmente insinuadas son llevadas un paso más allá — que no se diga que Hickman no se preocupa del desarrollo de personajes — ; algunas consecuencias de “Original Sin” y otros cambios venideros en el próximo evento “AXIS” se hacen sentir fuertemente. S.H.I.E.L.D. ha tomado el poder, los Illuminati son buscados incansablemente y hay nuevos integrantes sorpresa en las filas de la agencia de espionaje favorita del Universo Marvel. Sin duda se vienen más revelaciones, falta saber el paradero de otros personajes, hay planes en marcha que deben ser aclarados y en general muchas interrogantes que necesitan respuesta, por lo que se vienen entregas cargadas de acción y revelaciones — o eso espero — . Hickman pisa el acelerador y Avengers recupera el interés perdido en los últimos números.
Intrigante. Seis reinos: The Green, reino de las plantas; The Red, reino de los animales; The Black o The Rot, reino de la podredumbre; The Grey, reino fungi; The Divided, reino de las bacterias; y The Metal, reino de los computadores. Una guerra entre dioses y humanos. Una tregua, con los seis reinos atrapados en prisiones creadas por Spectre.
Con todos estos elementos nos emociona Charles Soule en tan solo 20 páginas. Es de esos números en que se te escapa el lado más ñoño, ese que disfrutaba con cada nuevo Corps que aparecía en la etapa de Geoff Johns en Green Lantern, que se entusiasmaba con cada nuevo Ranger que aparecía en los Power Rangers clásicos. Pero además de eso — de explotar nuestro gusto por la expansión de un universo — , los nuevos reinos tienen sentido y aportan nuevas capas a la historia de Soule nos quiere contar. A pesar de ser una historia ambientada 5 años en el futuro, tenemos un enlace con la trama actual a través del reino Metal; así, el guionista sabe sacarle provecho a una imposición editorial. Como siempre, el arte de Jesús Saíz se luce, manteniendo el excelente nivel que ha tenido siempre esta serie.
Los Avengers se volvieron locos. También los X-Men.
Eso pareciera al menos, al leer las páginas de Avengers & X-Men: AXIS #004. Ororo en la Escuela Jean Grey da un discurso de unión entre mutantes, aliándose a Cyclops y con Genesis-como-Apocalypse como el símbolo de lo que parece será la nueva agresiva política de los mutantes, “la supervivencia del más apto”. Un agresivo Samuel Wilson confronta a S.H.I.E.L.D., a Jarvis (!), incluso a Hulk — desatando de paso a Kluh, “el Hulk de Hulk”… y sí, Kluh es Hulk al revés — . Todos están enojados, mientras Carnage juega a ser superhéroe y dejarle mensajitos a Spider-Man.
Al principio pensé que el nuevo Captain America simplemente estaba siendo un cretino con no-soy-Nick Fury, pero luego se hizo evidente que su agresividad no podía ser algo normal. Red Onslaught fue capturado, pero las secuelas de su ataque psíquico no dejan de hacerse notar en héroes y villanos. De hecho, a estas alturas utilizar esas definiciones a veces resulta hipócrita. ¿Cuántas veces se ha cruzado esa línea? ¿Cuán borrosa, incluso, puede estar dicha línea hoy en día?
Creo fuertemente que “AXIS” puede dar para un profundo estudio de lo que significa ser héroe, de lo que define a un villano; en definitiva, lo que define al universo superheroico. Ya se han hecho ejercicios similares antes, desde el Hyperion y su Squadron Sinister /Supreme de la propia Marvel hasta los Irredeemable / Incorruptible de Mark Waid en BOOM! Studios. También tenemos a los mismos Avengers, quienes desde el principio acogieron a reformados villanos como Quicksilver o Scarlet Witch, e incluso hoy tenemos en las filas superheroicas a Loki y Magneto, dos de los villanos más icónicos de la editorial. “AXIS”, entonces, se vuelve un ejercicio importante que permite analizar ambos conceptos, la naturaleza del heroísmo y lo que diferencia a un villano de un héroe al margen de la ley.
Creo que Rick Remender es un autor capaz de llevar este estudio y darnos un buen resultado… pero lamentablemente, parece que los tiros no van por ese lado. Tal parece que esta historia no será más que otro “Avengers vs. X-Men”. No será más que otro “Forever Evil”. No será más que otra historia donde los héroes sean los malos, y los villanos tengan que salvarnos. Será una historia mejor o peor escrita, pero al final del día… será una historia más. Ojalá me equivoque, pero lo dudo.
SPOILERS.Oh My Kirby! Todas las hipérboles que se me puedan ocurrir van aquí. New Avengers #029 es un número recargadísimo de respuestas y sorpresas. Pero vamos por orden.
El cómic abre con los Illuminati encontrando vacía la prisión donde estaba Tony Stark. Aunque las portadas futuras nos avisan que se viene un enfrentamiento “final” entre Captain America y Iron Man, aún no sabemos qué es lo que hará Tony en el intertanto; que esté “suelto” después que Black Widow y Spider-Woman lo abandonaran en prisión nos llena de incertidumbre. “One was Life, and one was Death.”
Luego, en una conversación entre T’Challa y Reed se nos confirma que Shuri —hermana de T’Challa— murió a manos de la Cabal. Finalmente llegamos al plato de fondo: revelaciones mil. Reed y T’Challa comienzan a relatarle al resto de Avengers sus descubrimientos; en cada una de las incursiones se han alzado extraños domos, apenas detectables —¿pistas de Battleworld?—. Más alarmante aún, tras todas las incursiones evitadas —por los Illuminati y la Cabal—, supuestamente salvando todos esos universos, sin razón aparente el multiverso se vio drásticamente reducido a apenas 22 universos restantes. Esta repentina muerte súbita del multiverso pareciera echar por tierra la idea que los universos podían ser salvados al evitar la colisión de ambas Tierras, tornando muchas de las decisiones morales tomadas con esto en mente un falso dilema del tranvía, según muchos fans acusan… En mi opinión, el drástico cambio responde a la anunciada desde un principio muerte temprana de todo.
Pero no todo es tan terrible… más o menos. Nuestros protagonistas tienen una ventaja única: se saltarán todas las incursiones restantes, salvo la última. Y a que no adivinan con qué universo será… Ultimate. Todo esto nos demuestra que el tiempo no se está acabando, ya simplemente no les queda. A pesar de tener la “ventaja” de sufrir la última incursión, aún no tienen forma alguna de detener el inevitable final.
Mientras… Doctor Doom es llevado por Molecule Man al vacío del multiverso, infinito espacio blanco donde una vez existió un universo ahora muerto. Owen Reece parece apuntar al origen de los problemas que el multiverso está sufriendo con sus siempre crípticos diálogos. Doom construye lo que parece un Bridge y “abre la puerta” al pasado. ¿Será el origen de Rabum Alal? ¿Tal vez sea el universo que Doom creó en los últimos números de los Fantastic Four de Hickman?
Bueno y entonces ¿qué han estado haciendo los Illuminati estos últimos 8 meses, además de mantenerse en fuga? En un par de páginas nos revelan bastante: probaron crear un nuevo planeta en una estrella lejana para evacuar la Tierra, pero la estrella murió abruptamente y perdieron el cubo cósmico que utilizaron; pidieron ayuda a Galactus para contactar a los Celestials, pero tras ser escuchados los seres cósmicos no hicieron más que desaparecer; cuando el Captain Britain Corps se vio involucrado terminó con el Corps aniquilado, con Jamie Braddock como único sobreviviente; finalmente, cuando Reed intentó que su hijo Franklin interviniera en el asunto… no terminó muy bien para el pequeño, quien siente que decepcionó a su acongojado padre. Estos paneles deberían satisfacer a la mayoría de los críticos que se preguntaban qué rayos han hecho aparte de destruir planetas. Por otro lado, la seguidilla de desastres e infortunios que han rodeado a los Illuminati parecen responder no sólo a la muerte del universo, sino que a una posible intervención superior, donde cada jugada es contrarrestada. Como bien dice Reed, “Mientras ustedes han estado jugando al héroe, nosotros hemos jugado a ser Dios. Nuestros costos fueron mucho más altos.”
Cuando el escenario presentado no podía ser peor, se atisba un rayo de esperanza: Hank Pym a regresado. Desde “Infinity” se nos ha insinuado que Tony y Reed contactaron a alguien para que los ayudara con las incursiones, y desde que comenzó “Time Runs Out” sabemos que Pym es parte de los Illuminati, pero no habíamos visto qué papel desempeñaba en el grupo. La portada de este número nos da una pista, pero aquí tenemos finalmente la revelación. Pym fue enviado a explorar el multiverso en busca del origen de la causa, Rabum Alal. En contra, logró hacer contacto con los otros jugadores clave del “juego de mundos”, los Ivory Kings: Pym contactó a los Beyonders.
Con tamaña bomba nos deja Jonathan Hickman. Por otro lado, mi estimado Kev Walker vuelve a los lápices, aunque se ve… diferente. Probablemente sea porque Scott Hanna entinta parte de sus páginas, que les da un aspecto más detallista y avejentado a los rostros de muchos personajes. Aún así, cumple como en ocasiones anteriores con lo que uno puede esperar de él, que dependerá del gusto personal si es satisfactorio o no. ¿Yo? Feliz.
Creo que es uno de los números que más bombazos ha dejado caer a los lectores, logrando que el final se sienta cada vez más cerca. TIME RUNS OUT.
Steve Rogers está agotado. Al comienzo de su etapa, Rick Remender envió al buen capitán a la Dimenzión Z del villano Arnim Zola, donde no sólo estuvo atrapado por 12 años — meros segundos en nuestra realidad; estuvo más años ahí que en el mundo actual desde su descongelamiento… tiempo Marvel — , sino que rescató a un bebé de los brazos de Zola y lo crió como a su hijo, Ian, para luego verlo asesinado por su amada Sharon Carter en un intento por rescatarlo y finalmente perder a la misma Carter, quedando atrapada en la Dimensión Z.
Durante su pelea contra Nuke, se filtraron fotografías que debilitaron su imagen pública ante el pueblo que prometió proteger. Peor aún, su enfrentamiento ante el Iron Nail, una suerte de Red Skull chino, lo dejó sin el suero del super-soldado y drenó su juventud, dejándolo débil y agotado; asimismo, esta batalla le demostró que S.H.I.E.L.D. tiene más secretos guardados de los que pensaba, secretos que pueden volverse una amenaza a nivel global y perdiendo confianza en la organización. Derrotado tanto física como mental, moral y hasta sentimentalmente, Steve Rogers está agotado. Uno de los pocos pilares que le quedan para apoyarse es Sam Wilson, The Falcon, su fiel compañero de batallas y amigo.
A su regreso de Dimensión Z, Sam se muestra como el gran apoyo de Steve, sintiéndose incluso más desconectado a nuestro mundo de lo que se sintió cuando fue descongelado. Así, Rick Remender ha ido construyendo, poco a poco, una situación donde Steve Rogers ya no puede ni quiere estar bajo el manto del Captain America, a la vez que preparaba a Sam Wilson para tomar el cargo. Pero Rogers no quedará en segundo plano, ni se retira por completo: su nueva ocupación será de jefe de operaciones, poniendo en uso sus años de experiencia en el frente de batalla como la nueva mente tras las batallas del Captain America y los Avengers. Y eso no es todo: en los últimos números volvió un Ian adulto, Sharon Carter en realidad sobrevivió y fue rescatada, y Jet volvió junto a su padre Zola al sentirse traicionada por quienes creyó sus aliados. Evolución de personajes en pos de una progresión de tramas, se agradece montones.
Carlos Pacheco cierra su participación — al menos por ahora — en la cabecera de forma digna, aunque no hay duda que ha tenido mejores horas. A su vez, Stuart Immonen nos da un breve adelanto de lo que se viene para la nueva serie, con unos lápices tan brillantes como nos tiene acostumbrados: el tipo es un monstruo de los cómics.
Si bien este número de cierre fue más tranquilo y hasta algo prescindible, en términos globales esta ha sido una muy buena etapa. Ahora toca esperar un mes.
La miniserie Divinity II finaliza con una pelea de ideologías. Lealtad y servidumbre contra el libre albedrío. El arte se mantuvo al nivel habitual de Trevor Hairsine: si les gusta lo disfrutarán, y si no lo pasan pues mejor busquen otra lectura. Matt Kindt prepara el terreno para lo que vendrá en la tercera parte de esta trilogía de miniseries, centrándose en las figuras de Abram Adams y Myshka, revisando lo que definió a cada uno en su infancia y la idea de moldear la historia a voluntad con sus poderes divinos.
Lo negativo es que la miniserie queda en un enorme “continuará”, pues claramente la historia seguirá desarrollándose en la ya anunciada Divinity III: Stalinverse, a debutar a fines de año. Pese a que tiene un marcado inicio, desarrollo y desenlace, el cómic no logra sostenerse por sí solo como unidad aislada; incluso, depende de la miniserie de Divinity original, lo cual puede parecer una obviedad pero — pese a mi fanático por la continuidad — le termina jugando en contra de cara a lectores nuevos que quisieran probar la editorial por primera vez.
Fue una lectura entretenida, lamentablemente demasiado ligada a las otras dos miniseries — previa y futura — para disfrutarla por sí misma.