Como lectores del cómic, y más concretamente, nosotros desde Cuarto Mundo como divulgadores e investigadores entusiastas del mercado, solemos toparnos con un problema bastante habitual en el mundo editorial, que es el de comprobar fechas. En el mercado de las revistas en general y de los cómics en particular, suele haber información contrastante, difiriendo la fecha de portada con la fecha de salida al mercado.
Cabe preguntarse, ¿por qué ocurre esta discrepancia?
La semana pasada recibimos la atractiva noticia de que Unlimited Cómics reeditaría Watchmen, la celebrada obra de Alan Moore y Dave Gibbons, en una edición de doce grapas, formato en el que originalmente había sido concebida. La idea sonaba emocionante para lectores y coleccionistas, no por nada ECC Cómics en España, así como la misma DC Comics en EE.UU., ya habían hecho lo propio hace poco tiempo. Pero pese a todo lo prometedor que podía parecer, muchos aún guardábamos cautela.
Poco tardamos en comprobar que esta sería otra decepción más que añadir a la lista.
Amanda McKee comienza su investigación para conocer el origen de Rex-O y detener los ataques a los psiots abandonados. Mientras, nosotros conocemos un poco más de Nikki Finch y Owen Cho, y nos encontramos con Avichal Malakar, otro de los psiots abandonados en The Willow, cuando Rex-O realiza otro de sus ataques. Finalmente, conocemos un poco más sobre The Scavenger, la enigmática figura que se encuentra detrás de los ataques.
Mientras el detective Theodore Dumas y el profesor Dr. Tyler Gaddis se acercan al centro del misterio, nosotros continuamos aprendiendo a través de sus conversaciones sobre el mundo ocultista de las finanzas. Dumas oficia como nuestro punto de vista, haciendo las preguntas que nosotros mismos tenemos sobre este secreto y violento reino. Así, mientras nos enteramos sobre las teorías del profesor, llegamos junto a la dupla frente al salón de la Reserva Federal, donde supuestamente el dios Mammon yace durmiente. ¿Podremos darle un vistazo a la bestia?
Tras un tiempo no despreciable de ¡¡20 meses!! de espera, por fin llega a nosotros la cuarta entrega de The Dying & The Dead. Y como pasó tanto tiempo y se deben haber olvidado de lo que ocurrió en los números anteriores, permítanme referirlos a las reseñas de los números #001, #002 y #003.
De Gerry Duggan había escuchado buenos comentarios. Que era muy buen guionista, que su labor con Deadpool era divertida y refrescante, incluso que su etapa en Uncanny Avengers resultaba superior a la de su antecesor Rick Remender, uno de mis guionistas favoritos. Mi acercamiento personal con su trabajo era limitado, con su relativamente larga estadía guionizando Nova dos relanzamientos atrás y la genial miniserie “Infinity Gauntlet” junto a Dustin Weaver en el marco de “Secret Wars”. Todo esto sumado al hecho de que trabajaría de cerca con el dinámico Aaron Kuder y que... bueno, que no es Brian Michael Bendis, me llenaba de esperanzas por el futuro de mis queridos Guardians.
Esta semana damos un salto al pasado, en los tiempos del primer arco cuando vimos a Marik luchar como gladiador en la ciudad pirata de Poluma. Aquí conocemos a Io, uno de sus compañeros, con un intrigante pasado que se toma el protagonismo del número al darnos unas cuantas sorpresas que, como promete Rick Remender, tendrán importantes repercusiones en el devenir de este arco y seguramente de los eventos a largo plazo.
Para quienes no la conozcan, América Chávez debuta el año 2011 en la serie Vengeance de Joe Casey y Nick Dragota. Proviene de una dimensión fuera del tiempo llamada Utopian Parallel, donde sus dos mamás (yes) se sacrificaron para salvarla a ella y a su hogar, expulsándola al multiverso conocido. Con superfuerza, vuelo y la habilidad de crear portales hacia otras dimensiones, la latina lesbiana favorita de Marvel (?) ha formado parte de diversos equipos superheroicos en su corta existencia, llegando a liderar actualmente el equipo de pesos pesados The Ultimates.
El nudo emocional alcanza su clímax en las páginas de esta penúltima entrega, donde como es habitual Jeff Lemire se da un gusto con grandes momentos íntimos entre los protagonistas.