Y así sin más, termina esta miniserie que nunca supimos que era miniserie (práctica habitual hoy en día), estuvo plagada de retrasos (debutando en 2015 con un solo número, otros 4 durante el 2016 y recién este último el 2017) y que nos deja con gusto a poco. Pareciera que la especialidad de Warren Ellis es hacer un arco por aquí y por allá en Marvel, recibir su jugoso cheque y seguir con sus proyectos independientes.
Respecto a la historia, explora la filosofía de Karnak que versa que hay una falla en todo y nada realmente importa. Uno de los inhumanos más intrigantes, esta miniserie funciona como carta de presentación para todos los nuevos lectores que puedan llegar gracias a Agents of S.H.I.E.L.D. o la política de “Inhumanos sobre Mutantes” que ha impulsado la editorial. Recomendada, pero como dije, con gusto a poco. Cruzo los dedos porque Charles Soule use de mejor forma a Karnak ahora que por fin quedó “desocupado”.
El año pasado vimos la excelente miniserie Divinity de Matt Kindt y Trevor Hairsine, narrando la historia del cosmonauta Abram Adams, su transformación en un ser con poderes casi divinos y su llegada a la Tierra. Pero Adams, en la misión que lo convirtió en la entidad denominada simplemente como Divinity, dejó atrás a dos compañeros cosmonautas. Divinity II viene a explorar el destino de estos dos cosmonautas, partiendo desde esta premisa con el mismo equipo creativo de la miniserie original, incluyendo entintador, colorista, rotulista y hasta portadista y editores.
Esta primera entrega es un número de origen. Esta vez conocemos a Valentina “Myshka” Volkov, una huérfana vagabunda adoptada por el doctor que encabezaría el proyecto para enviar a los cosmonautas rusos a lo profundo del universo. A diferencia de Abram, Valentina está 100% comprometida con la misión y con El Estado, lo que la impulsa a buscar la forma de regresar a casa por cualquier medio, decidiendo exponerse a “Lo Desconocido” tal como lo hizo Abram para recibir sus mismos poderes y lograr así encontrar una manera de volver. Gracias a la transformación de Valentina podemos entender un poco más el proceso que ambos cosmonautas sufren, aunque aún quedan muchas incógnitas, siendo la principal ¿qué es “Lo Desconocido”?
En el apartado artístico está el expresivo Trevor Hairsine, siguiendo con su buen trabajo hecho en la primera miniserie, manejando los tiempos narrativos a través del uso de distintos tamaños de viñeta. Las fuertes sombras del pasado en las tintas de Ryan Winn contrastan con los brillantes tonos púrpuras de “Lo Desconocido” en los colores de David Baron, consiguiendo un resultado final bastante efectivo.
Al igual que en la miniserie original, Kindt construye la narración en base a contrastes entre el pasado y el presente, contraponiendo la difícil infancia de Valentina y las oportunidades que tuvo gracias al Dr. Volkov con su posterior misión espacial y transformación cósmica. Es de prever que la miniserie se vuelva luego una yuxtaposición entre Valentina y Abram, mujer y hombre, comunismo y… ¿capitalismo? — no es que Abram represente el capitalismo, por eso mi curiosidad — , lo que será un interesante ejercicio que espero Kindt sepa llevar a buen puerto. Como mínimo, con el cliffhanger de este número con Valentina ofreciendo su ayuda a Vladimir Putin, ya nos deja con altas expectativas.
El enfrentamiento final entre Luther Strode y Cain, ese que nos han estado prometiendo desde el final de la primera miniserie, por fin ha llegado. Curiosamente, es menos sangriento de lo que esperaba — de eso se encargó el número anterior — pero no por eso menos espectacular. Lo interesante es que la vertiginosa pelea es la comparsa para el trasfondo de esta historia: Luther Strode, creyendo necesitar ser mejor por fuera, se convirtió en esta máquina de matar que lo llevó por un camino sangriento y oscuro, solo para darse cuenta que el verdadero cambio debía ser interior, momento en el que comienza su camino de redención. El mensaje final de Justin Jordanes que, para volver al mundo un lugar mejor, uno debe ser mejor. Podemos ser mejores, y con nuestro ejemplo influiremos en nuestras personas alrededor nuestro.
Sí, curioso mensaje para una historia llena de músculos, peleas a muerte y galones de sangre. Pero todo esto fue accesorio para la evolución de Luther, pasando de un flacuchento víctima de bullying en el colegio a esta imparable máquina de matar, para finalmente cambiar desde su corazón. El final de Cain tiene su cuota de justicia poética, a pesar de que realmente esperaba eso no lo hubiera matado y se volviera a levantar.
Debo decir, aunque la historia tiene una cuota de intriga y mitología que la hacen entretenida, lo que realmente me enganchó a la Saga de Luther Strode es el impresionante trabajo de Tradd Moore. Su estilo visual, su trazo pulcro y orgánico, su dinamismo y energía, su excelente narrativa visual, todos estos elementos se unen para entregarnos un trabajo único y visualmente disfrutable. Estoy convencido que la asombrosa labor de Moore es capaz de soportar hasta el guion más mediocre y hacer de él una experiencia increíble. ¿Qué onda con este apellido que engendra a tantos genios en el mundo del cómic?
Un final satisfactorio para una entretenida saga, a la altura de lo que había entregado hasta la fecha. Ahora, ¿con qué nos deleitará Tradd Moore?
Tokyo Ghost #007
Cuando Mr. Flak se prepara para irse con un selecto grupo y abandonar New Los Angeles, Debbie, apodada como Tokyo Ghost, deja caer su ataque al barco tematizado en “El Espíritu de Tokio”. Pero mientras el Constable Led Dent intenta darle caza tras haber sido ciegamente convencido que Debbie fue quien acabó con todos en Tokyo, ella se infiltra en la habitación de Flak. A pesar de sus objetivos justicieros, sus acciones podrían ser su perdición cuando el hacker Davey Traumaentre en escena.
El excelente trabajo de Sean Murphy junto a los colores de Matt Hollingsworth han sido una constante en esta serie, entregándonos visuales ingeniosas de este futuro distópico, cargado de picardía al retratar a una humanidad sumida en sus propios vicios y perversiones. Sus excelentes tintas nos mantienen en las sombras de una sociedad falta de sensibilidad, donde las luces y colores de la tecnología no son más que adornos para una empañada cáscara sin vida. El trazo fino y meticuloso nos entrega un hermoso y desesperanzador retrato de un indeseable futuro.
Acompañando a Murphy, los guiones de Rick Remender están cargados de sorpresas y giros en cada vuelta de página. Su habitual pesimismo se ve maximizado en esta historia, con nuestros protagonistas víctimas de un mundo que se fue hace rato al carajo, intentando cambiarlo desde dentro y sufriendo en cada paso.
Cuando parece que Tokyo Ghost verá su fin en tres números más, Remender sube las apuestas en la recta final. Conociéndolo, deberíamos prepararnos para lo peor.
East of West #026
Se podría decir que no pasa mucho en este número. Tras varias entregas en que nos prometen el encuentro de The Chosen para escuchar una nueva profecía, finalmente vemos a todos llegando al punto de reunión. Y eso es todo. Pero como es habitual con Jonathan Hickman, bajo esta simpleza encontramos un trabajo de personaje tan entretenido como intrigante, pues las personalidades de los Elegidos son explosivas, siempre tramando algo y manipulando a los demás a su conveniencia. El choque de todas estas personalidades es lo que vuelve a este número tan entretenido, y es solo el comienzo. El cierre de este número así lo demuestra, cuando vemos a Bel Solomon y The Ranger llegar. Nada bueno saldrá de esto.
Por otro lado, tenemos a Death buscando a su hijo, Babylon. La cobardía de Hunter termina costándole la vida, pero sus acciones tendrán importantes repercusiones: ha enviado a cuatro de los mejores mercenarios disponibles a matar al hijo de Death.
Un número sin acción, íntimo si se quiere, que refuerza lo que ha destacado siempre en la serie: los personajes. Si a esto le sumamos un siempre excelente Nick Dragotta en los lápices, no hay dónde perderse.
Imperium #016
El fin de “Stormbreak” profundiza en la relación de Toyo Harada con Amanda McKee a.k.a. Livewire. Ya sabíamos que Harada había acogido a Amanda desde pequeña, volviéndose su protegida y favorita desde el principio, por lo que el quiebre de relaciones de parte de Livewire con Harada, la Harbinger Foundation y su sueño, siempre ha sido un tema delicado y doloroso para ambos. Más interesante aún es enterarnos que Amanda aún cree en Harada, pero que siente se ha llevado al límite al verse acorralado y realizando decisiones precipitadas. Convencida que su camino actual lo llevarán a su autodestrucción y a una potencial Tercera Guerra Mundial, su enfrentamiento final tiene una capa emocional poderosa y trágica.
Al mismo tiempo, Harada está convencido que su misión le hará un bien al mundo, arrebatándoselo de las manos de aquellos incompetentes que nos mantienen en la mediocridad. Pero para ello hará lo que sea necesario, y durante esta serie lo ha dejado más que claro. Las medidas que toma para detener a Livewire son sucias, no se detendrá ante nada ni nadie, ni siquiera ante su querida Amanda.
Por otro lado, también conocemos un poco más de Mech Major, o como le gusta llamarse a sí mismo, Sunlight on Snow. Su desarrollo interno — lo más cercano a un desarrollo “espiritual” que una máquina podría tener… because sci fi — es tan complejo e intrigante como frustrante, cuando pensamos que Harada lo tiene completamente aislado del internet y cualquier otra red que le permita interactuar con sus símiles; al igual que con LV-99, Mech Lajor es un monstruo aislado, obligado a obedecer los antojos de un megalomaniaco superpoderoso.
La cuidada labor de Joshua Dysart continúa impresionándome. Sus guiones son inteligentes, meticulosos, pero por sobre todo, impulsados por los personajes. La ambición de Harada es el motor central de toda esta historia, que se desarrolla alrededor de una colección de personajes sumamente ricos en profundidad, con sus propios conflictos internos, motivaciones y visiones de lo que esta cruzada significa para ellos y el mundo.
Lamentablemente para mí, Khavi Evans se encargó de este arco, un artista que me parece muy limitado en recursos. El uso de fotografías con filtros de Photoshop para retratar el océano, barcos y aviones demuestran una carencia importante por parte de Evans, dejando en claro que probablemente no era el artista adecuado para este tipo de encargo. A pesar de esto, hay que reconocer que el trabajo con los personajes es relativamente satisfactorio; sí, Khari Evansmantiene sus tics al dibujar bocas pequeñas y mejillas hinchadas, pero las expresiones de los personajes transmiten las emociones correctas, algo esencial en una historia tan emocional como esta.
El balance final por suerte es positivo. Ignorando las falencias artísticas la unión de un excelente guion con unos personajes expresivos logran concretar una intrigante historia, con una cuota muy personal para los involucrados.
Bloodshot Reborn #013
¡¡PUTA MADRE LA WEA BUENA!!
Ejem…
Ninjak y Bloodshot se dirigen a Los Angeles para enfrentarse finalmente a The Man in the Tower e intentar detener el avance del goo tecnológico que se ha apoderado de la ciudad costera. Pero cuando extraños recuerdos comienzan a bombardear la fracturada mente de Ray Garrison, su lucha se volverá interna. ¿Quién es el Hombre en la Torre? ¿Y qué relación tiene con Bloodshot?
Desde el comienzo, el arco “The Analog Man” nos ha presentado un futuro distópico con varios misterios en posición, los cuales han ido in crescendo junto a la tensión de la historia. Aquí finalmente tenemos la resolución de casi todos estos misterios, develándose poco a poco a medida que uno va avanzando en cada página; los flashbacks que parecen no calzar con lo que conocemos van aumentando en intensidad, mientras el caos se va apoderando de las páginas.
El trabajo que ha hecho Lewis LaRosa en las tintas — asistido por Stefano Gaudiano — ha sido increíble, manteniendo el excelente nivel artístico que ha tenido la serie hasta ahora. El coloreado de Brian Reber sobre los grises de LaRosa es otro acierto visual, permitiéndonos navegar a través de la narración en varios niveles, realizando un contraste de colores entre los incendiarios flashbacks y la frialdad del presente.
Por otro lado, se nota que Jeff Lemire ha desarrollado su historia con sumo cuidado, plantando semillas en cada arco y conectando todo en una progresión lógica. ¡Y lo mejor de todo es el final! No diré más, porque la emoción y sorpresa de este número han sido geniales, lo disfruté como cabro chico y espero que cuando lo lean — porque si no lo hacen, no sé por qué están perdiendo su tiempo aquí 😠 ¡partieron a leer! — lo disfruten tanto como yo — y mi compañero Zombi Rodros — .
Un simulador donde vives la vida de Roy, una persona común y corriente, en el que obtienes puntaje según las decisiones que tomes. Un ser viviente en estado gaseoso que decide adoptar como nombre Fart. El segundo episodio de Rick and Morty baja las revoluciones con las que estrenó la segunda temporada, pero sigue a tope en lo que a ingenio y locura respectan.
Rick le enseña a Morty a manejar su nave espacial hecha con basura, y Jerry los acompaña porque aprender a manejar es un momento importante para su hijo. Pero Jerry es un inútil, un idiota y un miedoso sin iniciativa, en otras palabras, una molestia, así que deciden ir a dejarlo a Jerryboree Inc., una guardería interdimensional para Jerries. Les cuento esto porque… bueno, porque me encanta el humor de la serie, y porque desde aquí la aventura de nuestros protagonistas toma giros hilarantes. Simuladores, gases que hacen números musicales…
La idea de la guardería de Jerries creo que se lleva el premio en este episodio, pero Fart y todas las bromas de peos no se quedan para nada atrás. El principal problema del episodio es que se cierra mucho en dos ideas centrales, y aunque siempre dan saltos inesperados hacia los lados, la aventura principal de Rick y Morty y la secundaria de Jerry se mantienen en un curso lineal bastante predecible, aunque no por eso menos divertido.
En definitiva, fue un capítulo promedio. Hilarante, ingenioso, alocado, inesperado e insultantemente divertido. Si de algo peca es de no destacar entre la constante genialidad que es la serie misma.
Cuando Thundra pide la ayuda del Squadron Supreme, el dispar equipo de héroes realiza un viaje a la tierra de Weirdworld, donde las cosas no saldrán como esperan cuando tienen un encuentro con Arkon. Con sus integrantes dispersos, dependerá de un inesperado y olvidado héroe de la historia Marvel el poner la balanza a favor de nuestros protagonistas.
Sorprendiendo a nadie, James Robinson sigue escarbando en los anales de la extensa cronología de la Casa de las Ideas para su nueva serie fetiche. No sé ustedes, pero yo disfruto con el trabajo arqueológico que hace Robinson, porque siempre sale con alguna ocurrencia divertida y de paso aprendo sobre personajes que antes no conocía.
La serie sigue con un muy buen ritmo, manteniendo las sorpresas y la acción como una constante en cada número, aprovechando esta vez el terreno fértil que ofrece la incorporación de Weirdworld al Universo Marvel oficial. Akron, Thundra, Tyndall, Modred, la verdadera identidad de cierto personaje — well played, Robinson… well played… — y el misterioso villano de turno, además de la sorpresa que nos deja de cliffhanger, todo se informa en los cimientos clásicos de la editorial y nos lo trae de vuelta con renovadas fuerzas y frescura.
Y a propósito de sorpresas, el buen manejo de los misterios y sus revelaciones merecen una mención especial para el equipo de Leonard Kirk y Frank Martin. El uso de sombras para transmitir misterio, especialmente en las últimas páginas — kudos para Paul Neary y Marc Deering por las tintas — es característico del estilo de Kirk, creando un ambiente de de dudas e incertidumbre que envuelve a los personajes y transmitiéndolo al lector.
Feliz de que esta serie siga tan bien como hasta ahora, crucemos los dedos para que no sufra ridículas interferencias editoriales y el equipo creativo — a estas alturas, creo que es uno más que probado — pueda desarrollar la historia que nos quiere contar.
Star-Lord #004
Cuando Peter Quill recibe como misión abordar el Asterion One y robar la nave para los Ravagers, su nueva faceta como pirata espacial entra en conflicto con su naturaleza ante la obligación de traicionar a su especie en favor del botín y la venganza. ¿Será capaz de entregar a sus antiguos compañeros con tal de saciar su búsqueda de justicia ante la muerte de su madre?
Por todo lo que me han gustado los primeros 3 números, aquí las cosas no avanzan mucho más de lo visto hasta ahora. Tampoco culpo demasiado a Sam Humphries, pero este es de esos números que uno “sabe” qué es lo que tiene que ocurrir, es ese paso lógico obligatorio que algunas historias deben dar para llevarnos a la conclusión que se busca… lo único que me sorprende es que se extendiera por todo el número y se dejara la resolución para la próxima entrega. Aún así, el saber qué “tiene” que pasar ya demuestra un trabajo flojo a nivel de guion: seamos claros, es obvio que tras las dudas iniciales, Peter finalmente ayudará a los tripulantes del Asterion One, se olvidará de la venganza contra los badoon y se volverá un fugitivo carismático huyendo por la galaxia de la venganza de los Ravagers. Puede que me equivoque — y aquí estará esta reseña para enrostrármelo — pero no creo estar muy perdido.
Javier Garrón cumple como siempre. Buen arte, enérgico, muy expresivo. Eso sí, comienzo a notar — recién ahora — cierta tendencia a las caras estilo… D:
En fin, esperemos la obvia conclusión. Aunque ahora que supe que Sam Humphries firmó en exclusiva para DC y su “Rebirth” no sé qué esperar de esta serie…
“Been Caught Stealing”
Sigo pensando que hay un gran potencial en esta serie, que hasta ahora se ha visto lastrado por la cargante manía de referenciar principalmente elementos del MCU. Step up, Duggan!
All-New Guardians of the Galaxy (2017) #002
“Been Caught Stealing”
Debo admitirlo, este número mejoró las cosas. Si bien sigue sin gustarme este enfoque que arrastra Gerry Duggan de “mercenarios con buen corazón… pero aún así mercenarios”, la dinámica de equipo resulta entretenida. Y es que este es un equipo sumamente incompatible, con Drax totalmente desinteresado en la misión y en luchar, Gamora con una agenda propia, Groot en forma bebé sin mucho que aportar, siendo Quill con Rocket los más “normales” en estos momentos.
El equipo lleva a cabo la infiltración a la colección privada de The Collector, en búsqueda del encargo de Grandmaster. La sorpresa final expande el enigma del ejército de mini Groots que la misteriosa figura está cultivando. Las interacciones entre los personajes y las escenas de acción son el gran atractivo de esta entrega, particularmente por el increíble trabajo de Aaron Kuder en los lápices. Su estilo peculiar, lleno de texturas y detalles que enriquecen la lectura en cada viñeta, se ve complementado por los vibrantes colores de Ive Svorcina.
Sigo pensando que hay un gran potencial en esta serie, que hasta ahora se ha visto lastrado por la cargante manía de referenciar principalmente elementos del MCU. Step up, Duggan!
Por alguna razón la Imperial Guard del Imperio Shi’Ar se enteró que Thanos está muriendo, así que aprovechan la oportunidad e intentan capturarlo. Y eso es todo. Lemire rellena con entrevistas a distintos miembros de la Guardia dando su parecer sobre la situación del Titán Loco, más que nada para recalcar la increíble amenaza que siempre ha suponido el desviante de Titan… pero mi principal interrogante durante todo el número fue ¿qué piensa Izzy Kane, la actual Smasher, de la situación?
Por otro lado, se le ve mucho más contenido a Mike Deodato en cuanto a la diagramación, mi principal queja de su trabajo hasta ahora. Al menos aquí puede desplegar su espectacularidad en las escenas de acción mientras usa una grilla más simple, pero a ratos esos cuadros sin sentido regresan a arruinar el buen resultado.
En fin, que esta serie aún no me dice nada importante. Ojalá eso cambie.
Cuando nos acercamos al final de la serie actual con el el último arco, “Long Live the King” hasta X-O Manowar #050, este anual llega como un salvavidas para los nuevos lectores que busquen saber más de Aric Dacia antes de sus horas finales en su serie.
El número se divide en cinco partes, explorando el pasado, presente y futuro de nuestro héroe y su mundo. Es un buen resumen de lo que es el personaje, una forma fácil de entender lo esencial de Aric sin tener que leerse los más de 46 números previos.
“Prologue: The Origin of X-O Manowar”
Guion: Robert Venditti Arte: J.G. Jones
En una sola página, Robert Venditti nos resume cómo fue que Aric pasó de ser un guerrero visigodo del año 400 D.C. al héroe con armadura extraterrestre del mundo moderno.
Por ser un mero resumen de una página, a nivel de guion no tiene nada destacable, salvo la eficiencia y simpleza con la que relata su origen. Lo más interesante es el arte de J.G. Jones, impresionante como siempre, y a quien se ve poco hoy en día, me imagino por su usual lentitud. Ojalá Valiant aproveche su talento más seguido.
“Chapter One: Heritage”
Guion: Robert Venditti Arte: Pere Pérez
La infancia de Aric. Aunque salen su padre Rolf y su tío Alaric, la historia se centra en él y su madre Inga. Los visigodos fueron un pueblo nómade en constante guerra con el Imperio Romano por una tierra en la que asentarse, y el pequeño Aric se pregunta cuándo tendrá un lugar al que llamar Hogar, a lo que su madre le explica que no es un lugar físico sino que es uno quien crea su propio hogar, con sus vivencias y recuerdos. Lamentablemente la guerra siempre tiene pérdidas, y la infancia del héroe visigodo se vio plagada de ellas.
Esta breve historia ayuda a entender los sentimientos forjados en la mente de Aric contra los romanos y por su pueblo. Así, es más fácil comprender por qué ha llegado a tomar muchas de sus decisiones, en apariencia meramente impulsivas, en favor de su pueblo. Una interesante exploración a los años de formación del joven de Dacia, con unos geniales lápices de Pere Pérez, ayudados por el coloreado de David Baron contrastando los momentos felices con la gris y desoladora pérdida de lo que es tuyo.
“Chapter Two: The Prisoner”
Guion: Amy Chu Arte: Mike McKone
Esta probablemente sea la historia más interesante del anual, pues nos plantea un nuevo elemento para futuras historias que hasta ahora no conocíamos. La historia se centra en la Coronel Jamie Capshaw, comandante del Love Boat, la base móvil de la agencia G.A.T.E..
Transportando al prisionero ruso Leo Popov como favor para la CIA, ocurre un incidente que presenta a la Coronel Capshaw — Lady Colonel, como le dice Aric — con potencial información de su pasado que ella desconocía. ¿KGB? ¿Psiots? Esto da para mucho, y espero que alguna serie del plantel Valiant sepa aprovecharlo como corresponde. ¿Tal vez en la venidera Harbinger Renegades?
Amy Chu es una guionista bastante nueva, y lo poco que he podido leer de ella me ha gustado. Con un buen manejo del ritmo y diálogos que se sienten naturales, la historia fluye sin problemas, apoyado por un genial Mike McKone. Al lado de Pérez, el estilo de McKone es más duro y oscuro, con un mayor uso de sombras, pero al mismo tiempo más brillante, “moderno”, gracias al coloreado de Jeromy Cox, diferenciando de una buena manera a ambos relatos de distintas eras.
“Chapter Three: Taking a Meeting”
Guion: Jody Houser Arte: Adam Gorham
Jody Houser es la guionista de Faith, miniserie que espero todos se hayan leído porque ahora se viene su nueva serie regular. Como sea. Esta historia se centra en el Comandante Trill, y cómo se acerca a los “Vine Plantings” — Vines infiltrados en un planeta con apariencia exterior igual a la de sus habitantes, preparados para una colonización — y llega a adquirir cierto respeto hacia éstos.
Los diálogos son bastante interesantes porque te venden el cambio de opinión de Trill de una forma creíble, por razones con las que uno puede empatizar de cierta manera. Eso sí, curioso que esta historia vengamos a conocerla ahora, pues es parte de los hechos ocurridos en los arcos anteriores, “Exodus” y The Kill List, lo que me hace pensar que tal vez tenga alguna relevancia mayor para All Hail the King.
Me encontré por primera vez con arte de Adam Gorham en la decepcionante miniserie Dead Dropdel año pasado. Esta vez lo colorea Andrew Dalhouse, y debo decir que pierde varios enteros. Su estilo sigue siendo interesante, pero visualmente se siente mucho más plano y falto de vida, diferenciándose bastante a lo que logró Michael Spicer con su estilo de coloreado en la miniserie antes mencionada. Finalmente, no es que el arte de Gorham resulte malo, pero se notan los enteros que ganaba gracias al excelente trabajo de Spicer.
“Epilogue: The Torment”
Guion: Robert Venditti Arte: Roberto De La Torre
Finalmente tenemos otro resumen, esta vez de cuatro páginas, sobre parte de las profecías Vinesobre la armadura Shanhara y The Torment, enormes seres de inmenso poder que acaban de llegar a la Tierra. The Torment será la prueba definitiva de Aric como héroe de nuestro planeta, preparando el terreno para All Hail the King en el próximo número.
A Roberto De La Torre lo conocí en Shadowman cuando llegó junto a Peter Milligan… lástima que eso no durara más. Esta vez es acompañado por tal vez mi colorista favorito, Dean White, y el resultado es genial. Con un tono profético y lejano, nos advierten del peligro cósmico que se avecina, dejándonos con las expectativas altas para el final de esta excelente serie que ha sabido encabezar el Universo Valiant desde que iniciara, allá por el 2012.
Rai #014
Mientras 4001 A.D. narra el conflicto de Rai con Father, la serie titular se encarga de explorar, por fin, la historia de las distintas encarnaciones de Rai en New Japan a través de los años. Me gusta el enfoque. Y esta vez nos toca conocer al primero de todos.
La hermosa portada de David Mack no se condice con nada de lo que veremos dentro, así que en general es todo una sorpresa. A través de los lápices de un más que correcto CAFU, conocemos la historia en el año 3001 de un huérfano en un sector pobre de New Japan, elegido por Father para ser la primera representación física de su voluntad. A través de él, New Japan renace y se convierte en una nueva esperanza para su población, pero no todos están conformes y este joven Rai lo descubrirá de la peor manera.
Como Father explica, cada Rai es una representación de lo que New Japan necesita en un momento dado, y este en particular representaba esperanza y renovación. La idea de Matt Kindtes entretenida y funciona en la historia que ha creado hasta ahora; ya sabemos que nuestro protagonista hasta ahora no había sido el primero, pero siempre estuvo la duda de qué ocurrió con los anteriores, particularmente qué tan cercana era su conexión con Bloodshot.
No hay mucho más que agregar, salvo expresar mi conformidad con un número bastante interesante. Quiero leer más sobre Rais pasados, mientras la guerra por New Japan y la Tierra explota en 4001 A.D.
Acabamos de terminar Book of Death, el más reciente evento de Valiant Entertainment, pero la editorial no nos da respiro e inmediatamente llega una nueva serie, Wrath of the Eternal Warrior. Tras el sorpresivo final de Book of Death, seguimos las aventuras de Gilad, el Guerrero Eterno, en su más reciente odisea por regresar a casa desde un extraño e inhóspito lugar.
Cuando un inmortal muere.
Valiant lanza — ¡por fin! — esta nueva serie regular, consecuencia directa de lo que vimos en el evento editorial del año, Book of Death. Sin revelarles mayores detalles, la historia trata sobre Gilad Anni-Padda, el campeón de la Tierra, en el infierno.
Para los que no sigan el Universo Valiant — ¡de lo que se pierden! — tienen que saber que Gilad es mejor conocido como Eternal Warrior, un inmortal encargado de proteger a una línea de hechiceros llamados Geomancers, quienes se comunican con la Tierra y son su voz entre la humanidad. Gilad tiene un conocimiento acumulado de sus más de 6.000 años de guerras, es un maestro táctico, experto en un sinnúmero de armas y estilos de combate, se encuentra siempre en el tope de su habilidad física y puede sanar de cualquier herida. Básicamente es el guerrero perfecto. Salvo por ciertas ocasiones en que sus heridas son tan severas que el guerrero inmortal finalmente fallece, para luego volver nuevamente de entre los muertos. Pero…¿qué es lo que sucede en esos intervalos?
Robert Venditti nos trae una historia dinámica, partiendo con un ritmo calmado e intercalando acción y giros sorpresivos en cada vuelta de página. A pesar de ser la primera vez que lo escribe en solitario — habiendo ya tocado al personaje durante su evento anterior, Armor Hunters — el guionista demuestra conocer bien la historia y motivaciones del personaje, logrando sacar lo mejor del convulsionado espíritu del Eternal Warrior: un hombre nacido para la guerra, esperando eternamente los tiempos de paz en que pueda sentar cabeza.
Acostumbrados a esperar lo peor, al ver feliz a Gilad en las páginas de un cómic Valiant ya sabemos que la historia nos tomará de los testículos emocionales y los retorcerá cuando menos lo esperemos; Venditti, como buen guionista, es de esos dioses crueles con sus creaciones, y es algo que uno quiere recordar cuando lo ves viajando por el infierno. Jugando con las expectativas del lector, la serie logra sorprender en su justa medida, pues tiene giros inteligentes que hacen progresar al personaje en su caracterización.
En el arte, Raúl Allén — asistido en sus labores de dibujo, coloreado y rotulado por Patricia Martín — destaca con una recreación hermosa y nostálgica del infierno personal de Gilad. De utilizar una paleta cálida y acogedora en los momentos felices, donde la alegría y el amor de familia gobiernan las escenas, rápidamente nos traslada a un ambiente frío y desolador; el equilibrio visual, no solo en el ritmo narrativo dado por el uso de viñetas — pequeñas y rápidas en los momentos más íntimos; amplias y solitarias en las escenas de batalla — sino que también en el uso de colores, consigue un resultado final sumamente cautivador.
Si son lectores nóveles, no se preocupen, todo lo — poco — que necesiten saber para entender la historia se encontrará entre sus páginas, lo que vuelve esta nueva serie un excelente punto de entrada al Universo Valiant.
Pese a que disfruto de todos los rincones del Universo Valiant, uno de los mejor construidos y que más satisfacciones como lector me ha entregado es el de la franquicia Harbinger. El exquisito trabajo realizado por Joshua Dysart en las cabeceras Harbinger, Imperium, sumado a los crossovers y números especiales relacionados con la franquicia, forman un conflicto rico en detalles y lleno de matices morales, enfrentando el poderío implacable de un experimentado Toyo Harada a la cabeza de una corporación internacional contra un pequeño grupo de jóvenes idealistas encabezados por un mentalmente inestable Peter Stanchek.
El primer número de Harbinger Renegade recupera con gracia y oficio a los principales personajes que habíamos dejado atrás, allá por el 2014. Con Rafer Roberts al volante, nos ponemos al corriente de lo que ocurre en el mundo tras la última batalla entre Harada y Stanchek, describiendo un mundo en que la NSA batalla por mantener el control ante grupos clandestinos que intentan activar a potenciales psiots y dejan un rastro de muertes en el proceso. Con vidas de jóvenes inocentes en juego, llegó el momento de que los Renegados regresen a la acción.