Luego que la exploración astral de Starhawk saliera… no del todo bien, las cosas se ponen intensas cuando Michael Korvac debe utilizar sus poderes, los cuales se había comprometido ante God Doom a no utilizar. Un nuevo brote de la “demencia” surge en el lugar menos esperado, tras lo cual el caos se desata. Dan Abnett sabe sacar provecho de la cantidad de páginas que tiene a disposición, disparando dosis rápidas de información contenida en unos pocos diálogos, mientras continúa avanzando la historia sin tiempos muertos. Por su parte, Otto Schmidt le pone bueno en las escenas de acción, con golpes intensos y que se hacen sentir.
Con solo un número restante, el inevitable enfrentamiento final se nos viene encima.
El capítulo más débil hasta ahora. Comienza de extraña manera, metiéndonos directo a la acción; siempre nos presentan parte de la situación de esta manera, antes de pasar al opening, pero ahora sentí que me había perdido de algo antes. En fin, rápidamente nos contextualizamos luego que una cabeza gigante llegue a la Tierra exigiendo “show me what you got”. Su presencia provoca cambios climáticos, lo que muchos interpretan como intervención divina, con toda la explotación humorística que esto trae consigo: esta es la sub-trama que llevan Summer, Beth y Jerry.
Por su parte, Rick y Morty van al pentágono a advertir al presidente lo ocurrido: esta cabeza gigante busca un nuevo hit musical interpretado en vivo, pero justo un terremoto sacude los Premios Grammy, acabando con todo el talento del planeta. Excepto por Ice-T. Desde aquí nuestros protagonistas deberán hacer lo posible en un reality show de talentos intergaláctico por la sobrevivencia de la Tierra.
Como dije al principio, me pareció el capítulo más débil hasta la fecha, no solo de la segunda temporada, sino que de la serie completa. Por supuesto que tiene momentos divertidos, como la revelación del verdadero origen de Ice-T o el desarrollo que tiene el Principal Vagina (no relation), pero creo que incluso las buenas bromas se quedan cortas en comparación al historial que ha tenido la serie. Lo que sí tuvo de positivo fue el leve trasfondo que mostraron con la intervención de Bird Person, vimos un par de fotos del pasado de Rick Sánchez. ¿Ese bebé era Morty?
En fin, la verdad me voy algo decepcionado del episodio… y mientras más pienso en él menos gracia le encuentro, así que mejor me retiro. Peace out.
¡Qué gran cierre! Si lograron esquivar el spoiler de la verdadera identidad de la nueva Thor (que se filtró justo el día antes de que se publicara… mala clase, arruinando la historia) de seguro se llevaron una grata sorpresa. Y como quisiera hablar libremente sobre esta revelación, si aún no se enteran partieron a leerlo. Avisados quedan.
Tras todo lo que habíamos visto hasta el número anterior, todo parecía apuntar a que la mujer bajo el casco sería la agente de S.H.I.E.L.D. Roz Solomon. A fin de cuentas, ella huía de la isla flotante de Roxxon tras el enfrentamiento de Thor con Dario Agger, la vimos ir hacia la Luna y encontrar a Mjölnir… En definitiva, Jason Aaron había logrado apuntar todas sus pistas (y nuestra atención) hacia ella, para finalmente sorprendernos en las últimas páginas. Pero retomemos la historia.
La última vez nos quedamos con Thor luchando contra un Destroyer controlado por Cul Borson, cuando llegaba la caballería a ayudarla, compuesta por prácticamente todas las superheroínas y guerreras que podrían haber sido la nueva Thor. De esta forma tenemos un momento realmente épico, hermosamente ilustrado por Russell Dauterman, a la vez que descartamos a todas las aparentes candidatas. La emocionante batalla se prolonga hasta que Freyja desafía cara a cara al Destroyer y a su esposo Odin, quien finalmente desiste de su agresión…
En la etapa de Matt Fraction en The Mighty Thor, tras el (horrible) evento de “Fear Itself” cuando debutó Cul Borson, hermano de Odin, el All-Father se retiró temporalmente y la triada de Freyja, Gaea e Idunn se representaban la All-Mother en su ausencia. Desde entonces, Freyja ha sostenido su título de All-Mother y ha tenido constantes encontrones con su marido, siempre testarudo, impulsivo y vengativo. Que ahora esté respaldando a la nueva Thor y se oponga a los designios de Odin aumenta la tensión en Asgardia, aumenta la atención puesta en Thor y, en definitiva, nos da mucho más juego para disfrutar como lectores.
Retomando el cause de los hechos tras la batalla, justo cuando Odinson está dispuesto a revelar qué fue lo que le susurró Nick Fury en el oído durante “Original Sin” y lo volvió indigno con tal de que Thor admita que es Roz Solomon, la agente aparece e interrumpe la escena, para sorpresa de Odinson y el lector (¡en serio!). Aunque admito que me molesta que aún no se nos revele qué cresta le dijo Fury, finalmente se nos muestra que la identidad secreta de Thor no es nada más ni nada menos que… Jane Foster.
Sí, Jane Foster, quien estaba siendo cuidada en Asgardia por un cáncer de mamas. Esto añade toda una nueva capa de significado e importancia a su papel como heroína. Ya no es solo alguien tomando el poder del Mjölnir y saliendo a luchar, sino que es alguien que, literalmente, pone en riesgo su vida cada vez que se transforma en Thor. Y no es porque piense que, como su vida puede estar cerca de acabar, da lo mismo correr el riesgo… al contrario, ella no quiere morir, pero está dispuesta a realizar el sacrificio porque cree que alguien debe ser Thor, que debe existir un Thor que defienda a la Tierra. Y si ese alguien debe ser ella, aunque le termine costando la vida, que así sea.
Pero esto aún no termina. La serie por ahora termina para dar paso a Thors, el cuerpo de policías que patrullan Battleworld en “Secret Wars”, pero la historia de Jane Foster y Odinson apenas comienza. Estos últimos años Marvel ha hecho un trabajo admirable y realmente gratificante en potenciar personajes femeninos. Aún hay mucho camino por recorrer, pero gracias a series como esta, entre tantas otras, vamos por el camino correcto. Gracias Aaron. Te vemos del otro lado.
Guardians 3000 #008
El enfrentamiento entre Michael Korvac y Geena Drake llega a un final… bastante intrigante. Entre paradojas, líneas divergentes y choque entre distintas versiones temporales el embrollo poco a poco se aclara. Korvac parecía haber intentado estabilizar el colapso provocado por las Incursiones, pero la intervención de los Guardians interrumpió su proceso y perdió el control de éste. Algo bueno: por fin descubrimos la importancia de Geena Drake. Al parecer, al igual que Molecule Man, Geena es única en todas las líneas alternativas, una constante universal sobre la cual Korvac intentó alinear el resto de realidades para crear un universo estable y perfecto. A su imagen y semejanza, obvio.
Pero claro, llega “Secret Wars” y la historia queda hasta aquí. En los últimos números pudimos disfrutar de un muy pulcro arte gracias a Nico León, intercalando distintos looks para los personajes entre viñetas y reflejar los saltos temporales. Con 8 breves pero emocionantes números, llenos de acción, paradojas temporales y muchos cameos cósmicos, Guardians 3000 llega a su fin. Pero no se desanimen, fieles lectores (¿cuántos somos?), que Dan Abnett vuelve con la encarnación original/futura (?) de los Guardians of the Galaxy en The Korvac Saga, ambientada en el Battleworld de “Secret Wars” (con clara inspiración en la historia original).
Angela: Asgard’s Assassin #006
Otra serie que termina. Esta vez, no estoy tan conforme como con las anteriores. Me agrada el enfoque que Kieron Gillen imprimió en Angela, una suerte de mercenaria espacial regida por un código de honor inculcado en Heven. “Nada por nada, todo tiene un precio”. Uno de los grandes problemas es que casi toda su historia, comportamiento y motivaciones los conocemos no a través de ella, sino que de Sera. Entiendo que la idea es darle una mirada como si estuviéramos presenciando la mitología misma, de hecho alabé el enfoque en los primeros números, pero a la larga se hace algo repetitivo y pierde sentido, pues nos priva de conocer de forma más personal a Angela. Gillen sigue apoyado de Marguerite Bennett en los relatos del pasado o estructurados como leyendas, acompañado del onírico arte de Stephanie Hans reemplazando al gran Phil Jiménez en la narración principal.
Los cabos sueltos de la historia se cierran con un bonito moño, con Angela limpiando el fuego de Surtur de su pequeña hermana Laussa Odinsdottir (por tanto dejándola libre de su influencia), reavivando los calderos de Heven con este fuego (salvando así el Tenth Realm y pagando su deuda con Heven mismo), devolviendo su hija a Odin y Freyja (pagando así la pérdida de su antigua hija con el retorno de la nueva) y haciendo las paces con Odinson. Todo termina muy bien… salvo porque Sera no es quien creíamos y Angela siempre lo supo (en parte); se trata de Malekith, quien le revela el destino final de los ángeles (y su verdadera amiga) tras los acontecimientos que desencadenaron en el exilio de Heven. Con esta nueva revelación Angela decide ir directo a Hel… En otra ocasión.
Como dije, otra serie que termina con “Secret Wars”. De Angela veremos más en Guardians of Knowhere (de Bendis y Deodato… auguro un desaprovechamiento de oportunidades épico) y en 1602: Witch Hunter Angela de los mismos Gillen, Bennet y Hans. ¿Dónde veremos el viaje de Angela a Hel? Espero que tras “Secret Wars”, pero como aún no sabemos nada de lo que nos encontraremos al final del túnel… Hasta entonces.
Legendary Star-Lord #012
Tras el “gran” evento de “The Black Vortex”, es hora de ver las consecuencias de todo lo ocurrido en las vidas de Peter Quill y Kitty Pryde, así como la nueva dirección que tomará su relación, ¿cierto? Pues no. Sam Humphries se centra en cambio en la Captain Victoria, la media hermana de Peter, quien va a una de las colecciones privadas de The Collector en busca de su padre atrapado en ámbar. Rápidamente la infiltración secreta se va al carajo al estar The Collector mismo esperándolos. Paco Medina crea un entretenido retrato de Taneleer Tivan, mezcla de su “antiguo” look clásico en los cómics y su interpretación en la gran pantalla por Benicio Del Toro. En general Medina hace un gran trabajo, como nos tenía acostumbrados hasta ahora, el problema es el guion.
Aunque Humphries intenta darle relevancia a Victoria, por lo breve y lo poco que realmente sabemos de ella se siente un relleno innecesario. Lo único realmente relevante es el final, con la semilla para una nueva Supreme Intelligence siendo robada por la escuadra de Victoria mientras Tivan era distraído de una forma un tanto bochornosa. Lo único que me interesó de todo el crossover anterior y me dejan así. En fin.
Ah, y si se lo preguntan, el arte de Andrea Sorrentino se utiliza solo en la primera página para una especie de recapitulación de lo ocurrido en “The Black Vortex”. No se ilusionen.
Uncanny Avengers #004
Ay, Acuña. ¡Qué grande!
Ok, ¿se acuerdan de la gran revelación de “AXIS”, donde (spoilers) nos enterábamos que Scarlet Witch y Quicksilver en realidad no eran hijos de Magneto? En este viaje a la Counter-Earth del High Evolutionary , los gemelos Pietro y Wanda Maximoff se encontraban con Luminous, supuesta hermana de los Maximoff con los poderes de ambos pero aumentados. Aquí finalmente sabemos, por la boca del High Evolutionary, que los gemelos fueron experimentos suyos, robados de sus padres siendo unos bebés y devueltos cuando vio el fracaso que serían, haciéndolos pasar por unos mutantes más.
Entonces… ¿qué carajos pasó aquí?
Los Maximoff pasaron de ser mutantes hijos de Erik Lehnsherr a experimentos fallidos de Herbert Wyndham. ¿Ok…?
Siguiendo con la historia, tenemos un poco más de profundidad con la mayoría de los Avengers presentes, quienes poco a poco logran reagruparse. Creo que el que puede dar más juego es The Vision, quien junto a la nueva Eve podrían hacer una nueva power couple, sumar un nuevo personaje a la fila de los chicos buenos, o encontrarnos con una nueva villana a la altura del poderoso Vengador. Confío en que Rick Remender no nos decepcionará como lo hizo en “AXIS”, regresar a una narración más contenida le ha hecho muy bien.
Por ahora Uncanny Avengers sobrevive la primera oleada de “Secret Wars”, ¿seguirá así?
Bucky Barnes: The Winter Soldier #008
Vuelve el genial Marco Rudy a hacer interiores completos. Extrañamente, lo hace en un número con muy poco contenido. Ales Kot alarga la narración en una suerte de introspección entre el Bucky Barnes del presente y el del futuro alterno, dándole también algunas páginas a Daisy Johnson para relajarse tras tanto caos. La princesa Ventolin sigue siendo el centro de interés para Bucky, lo que logra, esta vez sí, que el cliffhanger sea tan inesperado como emocionante. ¿Qué ocurrirá luego? ¿Cómo cerrará este macro-arco? ¿Tendrá consecuencias importantes?
Tal parece que Nova continúa sin cambios significativos tras Secret Wars. Debo reconocer que no leí el volumen anterior completo, solo los primeros números, por lo que conozco solo lo más básico de la historia de Sam Alexander. Más allá de mi amor infinito por Richard Rider y lo doloroso que fue el verlo reemplazado en la editorial, entiendo que esta es una serie que apunta al público más infantil, y su considerable éxito en la televisión junto a Spider-Man lo atestigua, por lo que seré justo al momento de evaluar sus aventuras.
Dicho esto, este primer número me resulta bastante mediocre, la verdad. Sean Ryan es el nuevo guionista, un joven editor convertido en escritor, y creo que Gerry Duggan había hecho un mejor trabajo en el volumen anterior. El cómic en sí no tiene grandes problemas que resulten obvios — salvo tal vez los diálogos de los pequeñuelos, que no me resultaron muy auténticos — pero sí falla en generar un verdadero interés a través del número mismo. Lo único interesante ocurre en tres páginas, todas centradas en el padre de Sam y que construyen un “misterio” sumamente obvio en su naturaleza.
El arte de Cory Smith sufre del mismo problema que Ryan. No tiene ningún problema evidente, con algunas viñetas bastante buenas, pero tampoco logra destacar. También me molestó un tanto el trabajo de David Curiel, coloreando a Sam de un amarillo que le da un aspecto un tanto enfermizo. Eso sí, debo elogiar la buena labor de Smith al momento de retratar a los niños, quienes realmente parecen niños, incluso cuando Sam está con su traje. Muchas veces ocurre que al ponerse su atuendo de superhéroe adoptan un cuerpo casi de adulto joven, perdiéndose su edad por culpa de la limitada habilidad del artista al momento de retratar al personaje según su edad.
Veremos qué pasa en el segundo número… y trataré de ponerme al día con el volumen anterior, para no perderme potenciales detalles importantes. Compromiso de reseñador (?).
Drax #001
Aprovechando esta oleada de lanzamientos, Marvel no pierde la oportunidad de darle su propia serie a otro de sus nuevos personajes populares: Drax. Co-protagonista del bombazo en taquilla que significó la película Guardians of the Galaxy, resulta bastante obvio su llegada, y de hecho sorprende que se hayan demorado tanto. El primer número tiene un humor agradable, casual, con diálogos interesantes, situaciones relativamente divertidas de leer… Pero no me engancha. No del todo, al menos.
Scott Hepburn le otorga a Drax una expresividad muy buena, visualmente divertida… pero ¿es Drax? ¿Debería un personaje como él ser así? Usualmente Drax es un tipo serio, de carácter duro… pero aquí, a pesar de no caer en una actitud cómica, sí se ve más enojón y explosivo.
Recuerdo un antiguo número de Silver Surfer guionizado por Jim Starlin — previo a The Infinity Gauntlet — donde el Surfer debía deshacerse de Drax, ya que este lo seguía a todas partes para que lo llevara ante Thanos. A través de las curiosas situaciones, el timing de cada viñeta e inteligentes diálogos recibíamos un número sumamente divertido y disfrutable. Otro ejemplo más reciente es la miniserie de Drax previa a Annihilation guionizada por Keith Giffen, un veterano del humor en viñetas; aquí Drax conocía a Cammi, una chica que haría explotar cualquier detector de sarcasmo, y aunque el arte era sumamente oscuro y “serio”, era a través de los ácidos diálogos de Giffen que el humor llegaba al lector.
No con muecas, sino que con los diálogos.
Me imagino que CM Punk da la idea general de lo que debe ocurrir y sugiere algunos chistes aquí y allá, mientras Cullen Bunn hace el trabajo fino con los diálogos y la planificación de cada escena. Lamentablemente, creo que fallan en crear una historia, diálogos y un estilo de cómic que le venga a Drax. No digo que no pueda ser una serie con humor, sino que el estilo de humor al que apuntan no es el adecuado. Ese es mi principal problema con este cómic.
Aún es pronto para juzgarlo como se debe, pero aunque aprecio el esfuerzo de Hepburn, reconozco su valía y creo que hace un gran trabajo, es el guion el que no está a la altura y hace que su esfuerzo sea un tanto en vano. Su estilo se siente como un cómic de Rocket Raccoon y Groot, no como un cómic de Drax.
Espero que el segundo número me guste más, al menos tendremos a Terrax como personaje “invitado”, será entretenido ver eso.
Tras los sucesos de Secret Wars #4, nuestro Peter Quill de toda la vida (sí, claro…) se pierde en los dominios de Battleworld para acabar en The Quiet Room trabajando como cantante rockabilly. Paralelamente vemos a una versión de Gambit negociar con una versión de Kitty Pryde por una supuesta anomalía y…
La verdad, me aburrió bastante el número. No tiene ningún atractivo, al menos para mí. Es muy alejado del Star-Lord de Abnett y Lanning que alguna vez disfruté, con cierta influencia de su versión cinematográfica pero llevado a un estilo Bendisiano bastante desagradable y cliché, y ni hablar de su relación con Kitty. Como positivo, el arte de Alti Firmansyah es agradable y limpio, aunque tampoco destaca demasiado.
Lo siento, queridos lectores, pero esta vez el desinterés es más grande.
Cuando ya estamos en plenas “Secret Wars” nos adentramos de lleno a Battleworld en esta primera semana de tie-ins. Uno de los tie-ins que destacan, siquiera por su diversidad, es Secret Wars: Battleworld. Teniendo un nombre bastante descriptivo, será una miniserie de 4 entregas que explorará los diversos rincones del planeta de parches.
Con equipos creativos rotando cada número, en este primer número nos encontramos con un relato de un The Punisher poseído por el espíritu de un Doctor Strange enfrentándose a una diabólica versión de los recordados New Fantastic Four de Walter Simonson, además de una alocada historia con los distintos M.O.D.O.K. de Battleworld como protagonistas.
Entonces, ¿qué tal fue esta primera entrega y acercamiento al mundo de “Secret Wars”? Los invito a revisar.
“Soldier Supreme”
Guionista: Joshua Williamson Dibujante: Mike Henderson
Me gustan los conceptos: The Punisher poseído por el espíritu de un Stephen Strange que se niega a abandonar el mundo terrenal, otorgándole armas mágicas; contra The Infernal Four, una versión demoniaca de los ya clásicos New Fantastic Four de la etapa de Walter Simonson en los FF. Kudos para Joshua Williamson por estas entretenidas ideas.
Ahora bien, la ejecución es entretenida, pero el arte de Mike Henderson, aunque muy correcto y efectivo, no me atrae mayormente, por lo que al final perdí un poco el interés. De todas formas es una muestra más de lo diverso que es Battleworld, con posibilidades que dan para todo.
“M.O.D.O.K. Madness”
Guionista: Ed Brisson Dibujante: Scott Hepburn
Si algo caracteriza a M.O.D.O.K. es la locura que lo rodea. Una de las tantas genialidades salidas de la mente del rey Jack Kirby, cuando mejor ha sabido funcionar es en situaciones irrisorias, algo que Ed Brisson sabe capturar muy bien. El ego de M.O.D.O.K. le lleva a la conclusión de que nadie es lo suficientemente competente para ayudarlo a conquistar el mundo… nadie salvo él mismo. Así que crea un portal que trae a todas las versiones de M.O.D.O.K. que habitan en Battleworld, y como es de esperarse, la guerra de egos, malentendidos y diversión están aseguradas.
Aunque la historia es muy divertida, creo que lo que realmente disfruté es el arte de Scott Hepburn, muy limpio, muy dinámico, y con los colores de Matt Milla queda un conjunto impecable. Con un arte genial y un guion muy divertido, “M.O.D.O.K. Madness” nos garantiza un rato divertido. Ojalá se vengan más historias así.
A-Force #001
Desde Marvel NOW! se produjo un cambio palpable en la editorial, con un esfuerzo consciente por potenciar a los personajes femeninos, de otras razas, las propuestas diferentes, impulsar ideas menos usuales… y pucha que se agradece, el diverso y refrescante panorama editorial actual se debe a esto. Claro, han habido errores, algunos desaciertos, pero si no te arriesgas no cruzas el río y creo que Marvel ya está por llegar a la otra orilla.
A-Force es un hito importante en este camino no solo a la inclusión, sino que a la equidad de género, algo que debería ser la norma y no la excepción. El día que a nadie le espante que haya un equipo solo de mujeres será el día que todo el trabajo esté hecho. Cuando la “discriminación positiva” es necesaria hay que entender el por qué y ver el contexto no solo en términos fríos de hombres vs. mujeres, heterosexuales vs LGBT, blancos vs. cualquier otra raza. No debe tratarse de una competencia, sino que de una equiparación de condiciones, de protagonismo, de exposición, de oportunidades.
Esto va a dar para mucha discusión, de seguro hablaremos largo y tendido sobre estos temas, pero por ahora… disfrutemos este pequeño gran triunfo.
Master of Kung-Fu #001
Lo mejor que hace Haden Blackman en las páginas de Master of Kung-Fu es la construcción de mundo. Abriendo con unas páginas que narran la creación de K’un L’un versión Battleworld con un estilo de mitología oriental, brillantemente ilustradas por Dalibor Talajić, nos encontramos de frente con un fascinante mundo donde las artes marciales son el motor de una sociedad dividida en escuelas. Sacándole jugo a la rivalidad entre los dos mayores practicantes de artes marciales del Universo Marvel, Shang-Chi y Danny Rand (Iron Fist), el mundo oriental de Blackman está poblado por personajes de todos los rincones de la editorial, desde la franquicia mutante hasta el bajo mundo de Hell’s Kitchen.
La reinvención de los personajes en una contraparte oriental y la identificación de cada uno es un divertido juego para el lector mientras se sumerge en la historia, que extrañamente se siente algo corta. Pero esto es algo bueno, ya que queremos saber más de Shang-Chi y su mundo, queremos más escenas de acción de Talajić. Tal vez la confusión o desorientación con tantos cambios en un ambiente poco familiar le puede jugar en contra, por lo que dependerá del interés real de parte del lector para poder disfrutar a cabalidad del número. Pero quienes lo logren se verán recompensados agradablemente.
Avengers World #021
No se puede negar la diversión e interés que suscita Avengers World. Más allá de ser una serie “de relleno” aprovechando conceptos de Avengers y New Avengers, Frank J. Barbiere ha sabido sacarle provecho en estos últimos números correspondientes a “Before Time Runs Out”, donde hemos visto distintas aristas de el gran conflicto ocurrido durante esos 8 meses que nos perdimos.
Junto a Marco Checchetto han entregado escenas tan emocionantes como las que vemos aquí, con Thanos enfrentándose a Namor en una batalla tal vez desigual, pero no por ello carente de interés. Justamente en este último es en quien se centra Barbiere, profundizando en la culpa que carga Namor por desatar The Cabal en el multiverso. Entiende que es una mierda lo que ocurre, sabe que no puede hacer nada al respecto, pero acepta esta cruz porque también comprende que es un mal tan horrible como necesario ante la adversidad de un escenario imposible.
Guardians of the Galaxy #027
Valerio Schiti, por favor huye a un comic mejor, no mereces estar aquí.
Brian Michael Bendis lo hace de nuevo, se pasó 27 números contando prácticamente nada. Nos mamamos 2 crossovers, donde lo más relevante NO SE SIENTE EN ABSOLUTO en esta serie. Gamora, Groot y Kitty Pryde se transformaron en seres cósmicos superiores gracias a “The Black Vortex”, ¿y creen que Bendis se preocupa aunque sea un poco en lo que significa para ellos como personas tridimensionales? ¿Cómo estos cambios las afectan de forma personal, en su psique, su forma de ver el universo?
Bendis, tan famoso por su supuesto buen tratamiento de personajes y personalidades, no hace nada de lo que debería. En cambio nos mete tramas bastante aburridas que, sí, podrían ser interesantes, pero errando en el enfoque que debería seguir. Ni siquiera en el arco donde descubrían el planeta de origen del simbionte de Venom es un buen recuerdo: quien más debía protagonizar no está presente por la mitad de la historia, y tras “purificar” al simbionte… casi no lo vemos. Tras una estupenda etapa con Rick Remender, donde se profundizó en un personaje hasta entonces sumamente unidimensional, el pobre Flash Thompson vuelve a la irrelevancia en un equipo que no lo toma en cuenta. Ni hablemos de Angela o Captain Marvel, que salvo un par de bromas por aquí y por allá no tuvieron siquiera interacciones definitorias con personajes más allá de un compañerismo sintético por la obviedad de estar en un mismo equipo.
Volviendo a este número final, aquí se resuelve… bueno, nada. De verdad nada. ¿Peter Quill será presidente de Spartax? No lo sabemos, aquí no se resuelve. ¿Qué pasa con Gamora ahora que es, ee… más… cósmica (?) que antes? No lo sabemos, se va al final del número… y no, no es por su profundo cambio exterior e interior por el Black Vortex, sino porque se siente mal por ser la hija de Thanos. Podría seguir así por otras 200 palabras más, pero creo que se entiende la idea.
La etapa de Bendis en Guardians of the Galaxy ha sido profundamente decepcionante, porque ha tenido todas las facilidades para hacer algo grande: una serie que se vende sola gracias al tremendo éxito de su película en el MCU, los mejores artistas que posee la editorial, toda la libertad creativa que se desee, verdaderamente todo el universo Marvel… Y no hizo nada con ello. Se dedicó por más de 27 números a crear conflictos vacíos, tramas sin peso real e historias sin un fin duradero.
Todo ha sido expositivo y genérico, ESA es la palabra que realmente define mi irritación con esta serie, todo es horriblemente genérico, sin identidad. Después de la brillante etapa de Abnett y Lanning donde redefinieron a cada uno de los personajes que tocaron, refrescaron el rincón cósmico con ideas tan creativas como efectivas, enfrentando a los protagonistas a amenazas cada vez más grandes, haciéndoles ganarse su título de guardianes de la galaxia; no de la Tierra, no de Spartax, de la galaxia. Una serie con una potentísima personalidad cautivadora, convertida en “los Avengers del espacio”. Ugh…
Llegamos a Secret Wars, ahora viene Guardians of Knowhere con Mike Deodato a los lápices, donde Bendis nos promete arruinar más personajes cósmicos. Ahora irá por los clásicos… Starlin nos libre.
Cuando inició esta historia, sabíamos que la humanidad debió refugiarse en las profundidades de los océanos para escapar de la cada vez más peligrosa radiación de nuestro Sol en el futuro lejano. Pero cuando la sociedad en el océano comienza a hacerse insostenible y las reservas de oxígeno alcanzan niveles preocupantes, el regreso de una sonda destinada en encontrar un nuevo planeta habitable a la Tierra se transforma en la misión personal de Stel Caine, quien armada con una esperanza a toda prueba se embarca en una odisea para recuperar la sonda y salvar a la raza humana.
Ahora que hemos llegado por fin a la superficie, tras un largo viaje, lo que toca es explorarla. Rick Remender y Greg Tocchini crean un mundo afectado por la intensa radiación solar, con paisajes cargados de naranjo y amarillo. Pero si algo han demostrado los más recientes descubrimientos de la ciencia es que la vida prospera en los ambientes más hostiles imaginables, y esta no es la excepción: vemos coloridos hongos que parecen alimentarse de la radiación, vegetación que resiste al duro ambiente, aves que aún perduran e insectos que se han adaptado a esta cruda superficie terrestre. Pero para sobrevivir en un lugar así hay que ser duro, y Stel lo aprenderá a la mala. La inventiva visual de Tocchini es muy entretenida, pero me gustaría poder ver más; supongo que no me queda otra que esperar a más entregas futuras.
A&A: The Adventures of Archer & Armstrong #004
Se cierra el arco “Archer & Armstrong are in the Bag!” con la cuarta entrega de la nueva serie de la pareja dispareja de Archer y Armstrong.
Para ponernos en contexto: Cuando Armstrong se entera que su viejo amigo Frank ha fallecido, se mete dentro de su morral mágico sin fondo para encontrar una antigua botella de whisky escocés para regalarle a la viuda y vieja amiga Murial como gesto de respeto, pero al dejar el morral abierto se desatan una serie de sucesos que terminan con liberar a Bacchus, un antiguo dios de la fiesta que odia a Armstrong por haberlo dejado encerrado en el morral por cientos de años — bastante comprensible, por lo demás — . Con la ayuda de Archer, su hermanastra Mary-María y sus Sisters of Perpetual Darkness se enfrenta a Bacchus antes de que destruya el mundo en una borrachera mundial.
La historia que construyen Rafer Roberts y David Lafuente tiene varios puntos positivos que espero puedan explotar con suficiente sabiduría a futuro. La idea de que el morral de Armstronges básicamente un bolsillo infinito no es nueva, pero hasta ahora no se había explorado — al menos en este nuevo Universo Valiant — y me gusta que lo utilizaran como excusa para su primera historia, pues al interior del morral nos muestran todo un ecosistema de personajes, criaturas y misterios por descubrir que esconden un enorme potencial para innumerables historias alocadas y divertidas. Cruzo los dedos para que no desaprovechen la oportunidad.
La conclusión mantiene el nivel de los números anteriores, con diálogos divertidos, una historia muy ligera y una entretenida interacción entre los personajes. El guion no es muy profundo, más interesado en la comedia que en ahondar en otros temas, pero sí presenta — como dije más arriba — varias ideas interesantes que espero otorguen más peso a los números futuros. Me gusta también que Mary-María haya tenido más protagonismo, es un personaje muy entretenido que presenta varias oportunidades para el humor y la acción, por lo que no me molestaría tenerla como un secundario regular en historias posteriores.
El arte de David Lafuente es uno bastante particular. Es muy expresivo y enérgico, sabe utilizar el humor a su favor, además toma unas decisiones narrativas bastante interesantes que enriquecen la página… pero sus figuras son sumamente cuadradas, y no hablo de que sean estáticas, sino que la composición geométrica de los personajes y objetos en la viñeta tiende a lo “poligonal”; basta ver la portada para que entiendan a lo que me refiero. Esta característica puede echar para atrás a varios lectores, por lo que hay que entender que se trata de una decisión estilística tan válida como cualquier otra, y que luego de acostumbrarse a su estilo uno puede ver la riqueza visual de Lafuente.
Wrath of the Eternal Warrior #008
Robert Venditti ha estado haciendo un excelente trabajo en Wrath of the Eternal Warrior, y en el actual arco, “Labyrinth”, ha llevado las apuestas a tope. Tras regresar de la otra vida, Gilad se ve atrapado en el laberinto del hombre conocido simplemente como Sovereign, quien está obsesionado por descubrir el secreto de la inmortalidad de Gilad.
Sovereign es un personaje bastante interesante. En la versión noventera de Eternal Warrior, este villano era conocido como The Immortal Enemy, quien tenía la capacidad de renacer una y otra vez en distintos cuerpos, tanto masculinos como femeninos, conservando todos los conocimientos de sus vidas anteriores, con la peculiaridad de tener siempre un ojo verde y otro café. En esta nueva versión del Universo Valiant, el nombre The Immortal Enemy fue utilizado para el villano de la miniserie/evento The Valiant, de manos de Jeff Lemire. Así, Robert Venditti nos da su propia interpretación del otrora Immortal Enemy en este Sovereign, un meticuloso manipulador de quien conocimos en “Prelude to Labyrinth” en los números #005 y #006, además de su importante conexión con el pasado de Gilad y el destino de su difunto hijo mayor, Kalam.
Bueno, todo esto es para decir que la historia se ha puesto increíble. Si algo caracteriza a Gilad es su perseverancia, y lo demuestra con creces en esta historia, donde está dispuesto a morir una y otra vez con tal vez encontrar una salida de este complejo laberinto que Sovereign ha creado para estudiarlo. Interesantemente, vemos que en realidad no logra aprender nada sobre las habilidades de resurrección de Gilad, lo que apunta a un funcionamiento más enigmático — tal vez mágico — que uno a nivel meramente bioquímico. Más aún, el Guerrero Eterno logra inclinar la balanza a su favor por un mero accidente gracias al uso de las artes oscuras. El guion está trabajado de forma inteligente y el cliffhanger, muy simple, pero brillantemente ejecutado por Raúl Allén, nos deja con un hype de puta madre que no me deja tranquilo, ¡quiero leer más!
En el apartado artístico… Me gusta dar el crédito que corresponde a cada miembro del equipo creativo, pero el cómic es bastante ambiguo respecto a quién hace exactamente qué, así que simplemente diré que el trabajo de Raúl Allén, Patricia Martín y David Astruga en los dibujos es impresionante, y el coloreado de todos ellos (?) más el de Borja Pindado es tan efectista como atractivo. He disfrutado el arte de Allén desde la primera vez que me lo encontré, y con el equipo que tiene a su lado esa sensación de satisfacción — y su excelente calidad — se ha mantenido en cada número.
“Godworld” llega a su fin, con Grant McKay por fin dándose cuenta de las reales repercusiones que su invención está teniendo en las dimensiones en su modelo de cebolla: si alguien llega a una dimensión de antimateria, ésta podría tener un efecto dominó filtrándose por las perforaciones hechas por la máquina hacia todas las demás dimensiones, básicamente eliminando todo en existencia.
Tras esto, se dispone a lidiar con uno de los cabos sueltos y saldar una deuda pendiente: Rebecca. Aquí está el grueso del número, como siempre cargado a la emoción y el desarrollo de los personajes. En una dimensión alterna, Rebecca intenta ocultarse y llevar una nueva vida, pero los pecados de su pasado vienen a alcanzarla.
Creo que no hay nada nuevo que pueda decir del trabajo de Matto Scalera y Moreno Dinisio. El apartado artístico está más que probado y es una apuesta segura. El artista italiano juega con posiciones de cámara para mantener el interés visual mientras los personajes no están más que conversando, otorgándole energía constante a la lectura del cómic, mientras que el colorista se ha compenetrado estupendamente con Scalera desde que entró a reemplazar a Dean White. Tal vez, lo más destacable es que logran hacer de escenas mundanas una narrativa interesante, ya que hay poca ciencia ficción con la que jugar en esta entrega.
El peso emocional sobre los hombros de Grant McKay comienza a alivianarse, no porque se olvide de él o deje de importarle, sino porque comprende que la única forma de remediarlo es tomar el toro por las astas. A través de estos 21 números, hemos visto a Grant pasar de un egoísta idealista a un hombre más centrado intentando hacer lo correcto. Es un entretenido camino que seguir como lectores, y Rick Remender ha condensado los guiones para dejarnos con sorpresas en cada página.
La serie entra en un pequeño descanso para que Scalera pueda avanzar, así que se nos vienen un par de meses sin Black Science, pero aún tenemos las demás series de Remender para aplacar la espera.
El enfoque de Ta-Nehisi Coates se basa en explorar aspectos que no habían sido tocados hasta ahora. Preguntas como “¿por qué un país tan tecnológicamente avanzado como Wakanda se apega a un sistema tan anticuado como la monarquía?” y “¿cómo reacciona la población ante esta disyuntiva?” se incluyen con naturalidad en la narrativa de esta serie. Hay un planteamiento estudiado de fondo, que pretende ir más allá del mero espectáculo superheroico en búsqueda de una reflexión más profunda de lo que cada componente de la mitología de Black Panther significan en el mundo de hoy.
Un ejemplo de esto es el debate político que T’Challa tiene en Taifa Ngao, el “Escudo de la Nación”, con sus consejeros sobre cómo lidiar con el problema de los rebeldes ascendiendo al poder en la nación vecina Niganda. Nuestro protagonista busca enfrentarse a Zunzi por su cuenta debido a su experiencia con manipuladores de la mente — enfrentamiento retratado de gran manera por Brian Stelfreeze — , pero ¿es la decisión correcta? ¿Es el deber del rey enfrentar con sus propias manos a los enemigos de su nación? ¿Y qué ocurre con su fuerza militar, desplazada como inferior cuando una de sus misiones es proteger a su rey?
Por otro lado, ¿qué pasa cuando los subordinados de la corona no están de acuerdo con las decisiones del rey? La pareja de Aneka y Ayo, ex Dora Miraje portando actualmente las armaduras de Midnight Angels, toman la justicia por su cuenta enfrentándose al hombre opresor y liberando a las mujeres prisioneras. Su disconformidad y objetivos quedan más claros cuando las mujeres liberadas escriben con fuego “no more man”.
Entran otros actores en el complejo escenario sociopolítico que se entreteje en Wakanda, mientras T’Challa se mantiene en búsqueda de un camino correcto para lidiar con los problemas de su nación, a la vez que intenta salvar a su hermana Shuri, condenada a una muerte en vida aparentemente por el toque de Thane.
Un excelente número que continúa la buena labor vista en el debut de la dupla Coates y Stelfreeze. ¡Quiero más!
Ahora quiero que Raúl Allén ilustre todos los comics que leo. O que al menos los coloree. Este hombre tiene un estilo visual sumamente agradable, leer este número fue tan divertido como placentero y tranquilizante.
Como nos lo venían anunciando hace rato, Bloodsquirt se toma el número. Jeff Lemire aprovecha esta entrega como una pausa necesaria para ordenar el estado mental de Ray, todo un caos desde que Kay McHenry removió los nanites de su cuerpo. La analogía del compañero alucinatorio en momentos de desequilibrio mental es bastante común, aquí no hay sorpresa; lo bueno es la forma en que Lemire aborda el tema, más allá del humor o el grafismo de Allén, los temas de fondo que toca sobre el personaje. Ray ha estado meses perdido en sí mismo, atemorizado de lo que alguna vez fue y paralizado en el punto que se encuentra.
Al final hay catarsis para Ray y un punto y seguido en nuestra aventura junto a Magic. Calidad asegurada, señores.
Imperium #007
¡Maravilla! Como vengo diciendo desde su debut, Imperium ha sido lo mejor que ha hecho Joshua Dysart en la editorial, no solo por la calidad de sus guiones sino que por lo arriesgado de su propuesta, que si bien no es completamente rompedora sí es una pocas veces vista. Los protagonistas no son antihéroes, villanos redimidos ni tienen un lado sensible con el que conectemos: son derechamente villanos, tipos malos intentando alcanzar sus metas. Lo más cercano a alguien bondadoso es Toyo Harada, quien busca mejorar el mundo para todos… pero en el proceso hará literalmente todo lo que sea necesario.
La estructura de este número te atrapa poco a poco. Utilizando una suerte de analepsis, acompañamos a Harada a medida que va dándose cuenta de lo que ha ocurrido tras su enfrentamiento con Divinity. Poco a poco y de forma consciente, Harada da distintos saltos temporales hacia atrás, hasta que llega al “comienzo” de su misión. Puede que suene ambiguo, y es que realmente lo es; el poder de Divinity es tal que puede alterar el espacio-tiempo, lo que lo vuelve un ser extremadamente difícil de enfrentar. Pero incluso él tiene sus límites, los cuales irá conociendo lentamente Harada en su extraño viaje, retratado adecuadamente por Scot Eaton. Hay un panel que me pareció especialmente maestro, en que Harada confronta a un Divinity gigantesco con el cosmos de fondo, donde Eaton captura la tensión y energía de la escena de forma excelente.
Realmente emocionante, ahora se viene lo bueno. Recomendación de la semana.