Ok, supongo que un “meh” no puede ser toda la reseña, así que me explayaré un poco. ¿Qué ocurre aquí? Yotak (el malo de turno) va a matar a Drax, llega Angela -quien es del cuerpo policial de Thors por alguna razón- y lo detiene, los Nova Corps se lo llevan, Angela pelea con Gamora, llega una tipa X -¿Nebula?–. Y eso.
La parte interesante es que Gamora, gracias a sus nuevos poderes cósmicos, percibe que la realidad no es como debería serlo, que todo es una ilusión creada por Doom. La parte pésima es que no hay más explicación que eso. Cuando Angela la interroga para que le de un mínimo de explicaciones o pistas para entender a lo que se refiere, Gamora simplemente dice “no puedo, no lo sé”. Decepción total. Dan Abnett en Korvac Saga está explotando la misma idea, que antes había algo más, “antes solían haber estrellas”, pero de una forma mucho más atractiva, inteligente y bien desarrollada. Bendis en cambio se tira a flojo y asume que, como ya todos sabemos que este mundo no es permanente, puede insinuar que alguno de sus personajes detecta la verdad sin razón aparente y sólo con eso ya hizo su trabajo. No, Bendis, necesitas desarrollar esa idea, darle una vuelta, explicar por qué ocurre, qué consecuencias tiene más allá de “ups, blasfemia”.
Mike Deodato como siempre bien, aunque sus figuras hipermusculadas tienden a volverse difíciles de seguir, y ese coloreado tan apagado tampoco ayuda en ello. Ya chao.
Me duele decirlo, pero Dan Abnett me está decepcionando.
Aún no es nada terrible, pero ya en el segundo número siento que la historia ha avanzado poquísimo, recién superamos la inevitable etapa de cada team-up de “los buenos se pelean por un malentendido para luego aliarse y enfrentar al verdadero malo”. El problema es que como son 3 equipos, en estos dos números tuvimos básicamente lo mismo, primero un Guardians 2000 vs. Guardians 3000 y esta vez un Guardians 2000 & 3000 vs Guardians 1000. Entenderán que se vuelve un tanto repetitivo, y si bien de fondo la amenaza comienza a definirse de a poco a través de los diálogos, ya es hora de que ocurran más cosas.
A pesar de eso soy optimista. Me gusta Abnett, me gustan los personajes y me gusta como Abnett escribe a los personajes, así que tendría que hacerlo demasiado mal para que tengamos un desastre entre manos. Además, los Guardians of the Galaxy del año 1.000 se perfilan como una intrigante adición a la mitología Guardian. Ya ocurridas las presentaciones y malentenidos de rigor, el próximo número debería despegar con todo. Cruzo los dedos.
Donde sí destaca este número es en la historia de complemento, esta vez de la mano de Robbie Thompson y Jim Cheung. Protagonizada por Drax y Rocket, el guionista aprovecha la historia para mostrarnos un poco más sobre los Space Knights, el gran misterio de su nueva serie homónima Venom: Space Knight. En el arte Cheung se luce como siempre, con un pálido e interesante coloreado por parte de Matthew Wilson. Es lo que realmente le agrega interés a un número bastante blando.
Tanto Marvel no me permitía reseñar Material, pero le tenía muchas ganas. Hoy me saco el empacho. Ales Kot vuelve con una nueva serie para obligarnos a pensar más allá de la viñeta.
Cuatro personas en conflicto con distintos aspectos de la vida moderna son el foco de esta historia, donde poco a poco Kot nos muestra parte de sus vidas y cómo se ven afectadas por la materialidad del mundo actual. Un profesor del MIT, desencantado por el ambiente universitario y la falta de verdadero progreso y desafíos intelectuales; una actriz en decadencia, absorta en las drogas y carente de ambición; un adolescente afroamericano víctima de un sistema inherentemente discriminador, que comienza a interesarse por los movimientos políticos activistas; un ex preso de Guantánamo vuelve por fin a su vida en familia, sólo para descubrir que los traumas de su estancia le impiden llevar una vida normal y lo han vuelto una persona frustrada y temerosa.
Material presenta una historia densa y un tanto impermeable, intercalando 2 páginas para cada historia en una rígida estructura de 9 viñetas por página. Es el mismo ejercicio que hicieran Moore y Gibbons en Watchmen, con la misma intención: dejar las florituras visuales en segundo plano y enfocarse en la narrativa de la historia misma; por supuesto, no es que intente comparar ambas obras, ni los autores lo hacen ni falta les hace. A decir verdad, el dibujo de Will Tempest es bastante feísta y tal vez poco inspirado, con un trazo algo sucio; curiosamente, funciona en favor de la historia de forma bastante efectiva. Aunque en las primeras páginas cuesta tomarle el pulso, a medida que la historia progresa se hace patente el buen equilibrio entre el arte y la historia, con decisiones de encuadre o color que suman a lo que Kot quiere contar. Para cada par de páginas dedicadas a un personaje en particular, Tempest emplea una paleta limitada y distintiva, ayudando a llevar las 4 historias con facilidad.
Como dije, es una historia muy cerebral y densa. En ocasiones anteriores ya he mencionado que Kot disfruta desafiando al lector. En The Surface sus métodos son diferentes, utilizando una premisa mucho más sci-fi, y con metáforas más explícitas en relación a la narrativa. En Material parece abordar los temas de forma menos obvia, pero al mismo tiempo mucho más directa, a través de la vida de distintas personas. Cuando quise leerlo, la verdad tuve que empezar unas 3 veces, porque no lograba engancharme y no pasaba más allá de las primeras 4 páginas… pero cuando finalmente lo hice no pude parar. Puede que Ales Kot se de un porrazo, peque de ambicioso o pretencioso y tras prometer tanto desinfle de mala manera, pero prefiero que tome el riesgo y nos presente estos desafíos a que se quede en una zona segura. Guionistas así son los que valen la pena.
The Surface #003
La realidad se desdibuja en The Surface, desde nuestro mundo hacia la viñeta intercalándose con realidades virtuales dentro de la misma narrativa hasta decantar en una suerte de huida de la Matrix, donde los protagonistas finalmente se encuentran con un inesperado (¿o no tanto?) interlocutor. El juego de metaficción que emplea Ales Kot se hace cada vez más fuerte, a medida que progresan los números, en cada vuelta de página, en cada nuevo artículo incluido que complementa esta realidad construida sobre la ficción. ¿O era al revés?
Si al principio su estilo me resultaba un tanto descolocante, hoy Langdon Foss me tiene completamente convencido. Su imaginario visual es un complemento esencial para que esta historia funcione, dándonos ciertos elementos a los que aferrarnos para poder navegar la intrincada y contradictoria historia de Kot.
Tal parece que en este tercer número llegamos a un punto clave, que ojalá nos de algo más de respuestas en la próxima entrega. Porque de ambición no se quedan cortos, pero lo que más necesitamos es algo de claridad en esta niebla de metaficción y mentiras sobre falsedades.
Ninjak #002–003
En cada entrega vamos conociendo un poco más de Colin King. A diferencia de su participación en Unity, donde la mayor parte del tiempo vemos su lado más frío en los trabajos de campo, en su propia cabecera tenemos la oportunidad de conocer más a fondo al máximo súper espía del Universo Valiant. Un poco de su metodología, de su lógica tras cada difícil decisión y las consecuencias que éstas tienen en él… aderezado con unos cuantos flashbacks, podemos ahondar en la mente de un personaje que de primeras parecía impenetrable; pero además tenemos esas historias de complemento, “The Lost Files”, excelentemente retratadas por Butch Guice, donde vemos parte de sus años formativos como espía, y los errores que cometió en ese entonces. Colin no siempre fue el espía perfecto, y este camino formativo sería tan definitorio como su difícil infancia. Sin duda, la labor de Matt Kindt ha sido excelente en este sentido, construir un personaje con profundidad y matices, sobrepasando los clichés que originan su identidad.
En cuanto al presente, continúa la misión de Ninjak para infiltrarse en f, la organización que desarrolla cualquier tipo de armamento para el mercado negro, siempre y cuando puedas pagarlo. Cuando pensaba que tenía todo bajo control, se topa con Roku una vez más en su camino, dificultando la situación al límite. Ninjak es un agente más que preparado, lo que le permite retomar cierto control de la situación… pero Roku tampoco es una novata. Toda la acción es preciosamente retratada por Clay Mann, quien me recuerda mucho a Olivier Coipel… y eso siempre es algo bueno.
Hoy mismo sale Ninjak #4, y por la portada parece que Roku tomará el protagonismo, o al menos eso espero.
Bloodshot Reborn #002–003
En serio, ¿por qué no están leyendo Bloodshot Reborn? A cargo está Jeff Lemire, destacado guionista en el mercado actual, y Mico Suayan es un talentoso artista con una atención en el detalle que roza el ridículo. Cada número eleva las apuestas a las que Ray Garrison, el nombre de civil que ha adoptado nuestro querido ex-Bloodshot, debe afrontar para solucionar un problema que resulta demasiado ligado a él para simplemente alejarse. Con su sanidad mental en juego, Ray tendrá que perseguir a esta serie de Bloodshots que aparecen a través del país y realizan masacres en público, a pesar de sus temores de que su antigua identidad mecánica se apodere una vez más de él. Pero en su camino no está solo; además de las alucinaciones que lenta pero constantemente se apoderan de su realidad, Ray es perseguido por una agente especial, que puede causarle más problemas de los que podría esperar.
Si algo caracteriza a Lemire es su preocupación por las relaciones interpersonales, y aunque Ray está físicamente solo, su mente está más concurrido de lo que le gustaría. Toda la premisa de los nanobots, el soldado indestructible y las alucinaciones de Ray tienen un cable a tierra en la impecable caracterización que el guionista otorga a cada personaje, cada identidad que inunda las páginas. Esto, sumado a la impresionante labor que hacer Suayan en los lápices, le dan una gravitas al relato que lo hace más convincente, poderoso y atrapante.
En serio, ¿por qué no lo están leyendo?
Ivar, Timewalker #005–006
En Valiant siempre me pasa esto. Me cuesta adaptarme a los cambios de arco argumental cuando pasan de un artista a otro… muchas veces son estilos muy diferentes, a veces dudas de la calidad del artista nuevo cuando ya te habías acostumbrado al anterior… A la larga, por suerte, siempre termino aclimatándome de buena manera, y logro disfrutar las bondades de cada artista que pasa por las distintas cabeceras de la editorial. Ahora es el turno de Francis Portela, y cumple la cuota de forma más que correcta… mi queja al parecer siempre será Andrew Dalhouse, aunque debo reconocer que poco a poco estoy aprendiendo a aceptar su trabajo, además que su paleta de colores es tan característica que otorga cierta identidad a todo lo que toca. Algo de mérito tendrá, supongo.
Debo decir que Ivar, Timewalker no ha sido tan hilarante como Archer & Armstrong; a pesar de ello Van Lente es carta segura para al menos pasar un buen rato, y en este segundo arco responde a lo que esperamos de él. Además, compensa con ideas tan alocadas como ingeniosas y un entretenido tratamiento a la relación de los hermanos Anni-Padda; aprovechar las habilidades de Ivar para tomar un Gilad y un Aram de distintas épocas también es una idea de agradecer, pues vemos sus interacciones a través de otra luz.
La serie sigue entreteniendo, ojalá continúe así y Van Lente suba las apuestas.
Dead Drop #002
Damn… Difícil hablar de Dead Drop. Como un comic en sí mismo, Dead Drop resulta una miniserie sumamente entretenida, con una premisa suficientemente intrigante para mantener el suspenso y un arte energético con escenas de persecución adrenalínicas. En este sentido, cualquiera ajeno al Universo Valiant puede disfrutarla, pues necesita un mínimo de conocimientos sobre los personajes involucrados — que son entregados en el comic mismo — y el disfrute es directo.
Pero como un comic inserto en el Universo Valiant, falla estrepitosamente.
Ya lo mencioné en la reseña del #1, X-O Manowar era desaprovechado en favor de la emoción en la persecución misma, ignorando sus habilidades innatas que, de seguro, le hubieran permitido atrapar el virus de inmediato. Pero ok, obviando esto en favor de poder tener 3 números más de historia, llegamos al #2… y el problema es el mismo. Hay ciertas cosas gratuitas, como que Archer ande en boxers durante toda la historia porque… bueno, se explica en el mismo número, pero aunque añade cierta comicidad no deja de sentirse innecesario, además de lo exagerado de su personalidad y el desaprovechamiento, de nuevo, de sus verdaderas habilidades.
Como dije, no todo es malo. El aparente misterio que oculta Neville Alcott puede ofrecer más oportunidades a Ales Kot para sorprender, mientras que el arte de Adam Gorham continúa siendo distintivo y dinámico. Al parecer no les gusta a todos, pero yo lo apruebo, si es que eso sirve de algo.
Vamos, Kot, que ya te tiré hartas flores más arriba.
Imperium #005
Creo que Imperium es mi serie regular favorita en estos momentos. Lo que Joshua Dysart está haciendo con Toyo Harada y su colección de monstruos es fascinante y sumamente inteligente. Partiendo de la base de los diversos estereotipos para villanos, los analiza, profundiza en ellos y resulta en personajes con profundidad y peso. Número a número, a medida que progresan los eventos, vamos conociendo más a fondo a un personaje en particular; esta vez le toca a Morris Kozol, director de Project Rising Spirit y el principal opositor de Harada. Pero a pesar de su posición, Kozol no es más que un humano normal, atrapado en una encrucijada contra el ser más poderoso del planeta.
Una de las decisiones que más he disfrutado es que a pesar que Harada es la figura central, quien mueve los hilos y es el motor de todos los eventos, salvo el primer número Harada siempre está tras bambalinas, y somos testigos de su actual e influencia a través de los demás personajes. Esto en retorno nos brinda un protagonista mucho más rico y tridimensional, que escapa de la clasificación facilista de villano en un mundo en blanco y negro.
Como mencionaba más arriba, los cambios de artista suelen descolocarme un poco (por lo distintos en su trabajo). Por suerte Scot Eaton es eficiente, y su trazo limpio se ganó rápidamente mi favor a pesar que la primera impresión fuera negativa.
En definitiva, Imperium suma y sigue, con una salud envidiable y una calidad garantizada.
Unity #019
Nuevo arco. Aunque la figura de War-Monger tiene su encanto innegable, y su historia posee suficiente atractivo, me quedé con gusto a poco en cuanto a la escasa participación de Unity en sí mismo. A cambio tenemos un equipo proto-Unity, siguiendo la idea del #0 pasado. Divertida iteración, pero como dije esperaba más de the real deal.
El arco anterior estuvo muy bueno, Matt Kindt supo sacarle el jugo a cada uno de los integrantes y la relación que se ha formado entre ellos; por lo mismo se me hizo un tanto contraproducente centrarnos en la nueva villana de forma exclusiva. Al menos debo reconocer que el arte de José Luis es muy bonito, y contrasta bien con el look moderno de Jefte Palo. Por ahora me mantengo expectante.
X-O Manowar #037
Cierre final del arco “Dead Hand”. Me deja con sentimientos encontrados… por un lado, “Dead Hand” profundizó mucho en la mitología tras Shanhara y las demás armaduras, continuando de forma natural los sucesos de “Armor Hunters”; por otro, el cierre se me hizo un tanto predecible y falto de épica. Es que ¿todas las armaduras se juntan y solo pelean un poquito?
Aún así, Robert Venditti ha hecho un trabajo impecable en forjar a Aric como el campeón de la Tierra, dispuesto a defender a su pueblo sea como sea. Un digno rey. Diego Bernard además hace una excelente labor, con ideas alocadas para algunas armaduras (mientras en otras se le acaban un poco las ideas… ¿como 3 armaduras-esferas?); de trazo limpio y figuras dinámicas y expresivas, cumple con su parte de la tarea.
Tras la adrenalínica entrega anterior, el Presidente Confederado Chamberlain evalúa su intento fallido a través de una reflexión sobre su infancia. A través de esta breve escena de apertura podemos dar un vistazo más allá de lo que Hickman y Dragotta nos han mostrado hasta ahora; un mundo con historia, cambios, consecuencias, en constante mutación y de un rico bagaje que sustenta la historia actual. Es innegable, en lo que a construcción de mundos se trata, Jonathan Hickman actualmente no tiene competencia.
El número continúa con John Freeman, príncipe del Reino de New Orleans. Sus breves apariciones anteriores ya lo perfilaban como un personaje de fuertes convicciones, del que debíamos esperar cosas importantes. Pues bien, las promesas se convierten en realidad cuando John conspira a espaldas de su padre, el Rey. Su trato con The Union y su pasado con Wolf apuntan a importantes movimientos en el ajedrez político que Hickman viene desarrollando todo este tiempo. Nick Dragotta hace un buen trabajo en los rostros, transmitiendo las emociones y reacciones del momento, especialmente en el flashback de John y Wolf, donde los colores Frank Martin nos envuelven en la calidez del momento.
Con una entrega más tranquila, la historia de East of West continúa expandiéndose número a número. Considerando el estado del mundo construido por Hickman y Dragotta, parece que tendremos varios años más de serie. ¿Yo? Feliz.
Acompañado de la talentosa Nicola Scott, el siempre bienvenido Rucka nos trae su nueva serie con, cómo no, una protagonista femenina. El planteamiento mismo de Black Magick es intrigante, jugando con nuestras espectativas y pisoteándolas en el suelo.
Curiosamente, el principal misterio es la misma protagonista, Rowan Black. Detective en el Departamento de Policía de Portsmouth, sin duda la intriga girará en torno a su vida secreta, quién es realmente y cuáles son sus intenciones. Desde las primeras páginas nos dejan en claro que esta no es una típica historia de sectas, y confío en que así se mantenga.
El arte de Scott es impresionante. Las ilustraciones en blanco y negro trabajadas con tinta en aguada logran crear una atmósfera de misterio y desasosiego, coronando todo el conjunto con un cuidadísimo trabajo de personajes. Cada uno se ve diferente, se ve real. Rowan es sexy, con un cuerpo atlético y cuidado, pero incluso en ropa interior Scott tiene el buen gusto de retratarla con clase, ahorrándose poses y ángulos baratos para mostrar sus atributos físicos; en cambio, tenemos un excelente estudio de su personalidad, a través de sus miradas y reacciones, particularmente sus ojos, oscuros y llenos de misterio.
Coronando el trabajo de Scott está Chiara Arena, quien hace un trabajo de coloreado muy acotado, limitándose a destacar a través del color ciertos elementos según sea necesario, casi imperceptibles hasta la explosión de color hacia el final del número. De esta forma, el impacto visual resulta el doble de efectivo, tanto por la sorpresa de la escena misma como por lo rompedor a nivel visual y cromático. Soberbio.
Apenas sabemos de Rowan, pero gracias al trabajo de Scott podemos intuir ciertos elementos de su personalidad. Por supuesto no se puede ignorar el trabajo de Rucka en esto, otorgando siempre el lado mundano que hacen a sus personajes mucho más reales e interesantes.
Ya está dicho todo. Black Magick #001 es un excelente cómic. Espero con ansias el segundo número.
Book of Death #004
Curioso. Si siguen las reseñas de Valiant, sabrán que soy un fanático total de la editorial. Tras leer el cierre de Book of Death quedé con sentimientos encontrados… Esperé varios días a que aparecieran reseñas en otros sitios, para sopesar la reacción general de la crítica especializada y los fans, y la mayoría concuerda en otorgarle un resultado final sumamente positivo. Yo no soy tan optimista.
Creo que para todo el desarrollo que tuvo, su conclusión deja bastante que desear. Por un lado el arte bajó bastante su nivel, considerando lo gratamente sorprendido que me dejó en el primer número. Por otro, el enfrentamiento final fue muy decepcionante, más que nada por lo “fácil” que se resolvió todo al final.
Si se compara a The Valiant, que preparaba el terreno para Bloodshot Reborn, el desempeño de Book of Death — que pavimenta el camino para Wrath of the Eternal Warrior — no logra el mismo nivel de interés por los personajes involucrados, ni los aprovecha como debe. Claro, Gilad Anni-Padda es un personaje interesante, pero no creo que esta miniserie haya cambiado de forma significativa la opinión que alguien ya tuviera de él de antemano — excepto, claro, si no lo conocieran de nada — .
En general, creo que estoy decepcionado porque esperaba mucho. Tuvo un gran inicio, un buen desarrollo, y con un final así me sentí casi traicionado. No es desastroso, solo esperaba más.
Venditti, you know better.
Book Of Death: The Fall of X-O Manowar #001
Hell yeah you do!
Todos los one-shots de “The Fall of…” han sido una excelente lectura, y X-O Manowar no es la excepción. Robert Venditti mantiene su excelente racha con el personaje.
Seré muy breve, para no arruinar sorpresas a quienes aún no lo lean: es una lectura bastante entretenida, con un buen arte, personajes muy bien explorados y aprovechados en el poco espacio que se tiene, y que te deja con ganas de leer más sobre ellos. Las tiene todas.
Si bien la serie central me deja un tanto tibio, debo agradecer que se hayan podido realizar estos números, porque cada one-shot fue mejor que el anterior. De verdad, no hay pérdida.
Ninjak #009
Con Ninjak #009 damos cierre al arco “The Shadow Wars”. Muchas cosas pasan en esta entrega, como conocer la verdad tras los padres de Colin King, el… ¿destino final? del Bleeding Monk, la naturaleza actual de la relación entre Colin y Neville Alcott… Sin duda un número cargado de revelaciones.
Aún así, la pelea central se siente algo desaprovechada, como ha ocurrido realmente en los últimos números de la serie. El tener que presentar a uno de los Shadow Seven y luego neutralizarlo, todo en un mismo número, ha limitado el espacio disponible para esto, pero a la vez ha forzado a Matt Kindt a ser creativo y directo, lo cual se agradece.
Clay Mann se sintió un tanto descuidado, sin lograr alcanzar el excelente nivel de sus primeros números; aún así hace un buen trabajo, como siempre con un buen manejo de la cámara aprovechando ángulos interesantes para mantener el relato dinámico, aún cuando solo hay diálogos. Por su parte, Juan José RyP hace un gran trabajo, particularmente en ese close-up al Bleeding Monk, logrando entregar ese impacto visual que la escena requería.
En general fue un número bastante equilibrado, no destaca de forma particular pero mantiene el muy buen nivel que la serie ha tenido hasta entonces. Ahora se viene “Operation: Deadside”, y el hype is over 9.000!
See you on the other side.
Rick and Morty #007
A toda máquina y sin titubear, comenzamos un nuevo arco argumental.
Zac Gorman comienza de buena manera esta historia, tomando uno de los aspectos más intrigantes de la serie, los multiversos, y construyendo una intriga alrededor de éste. Tras un siniestro inicio, vemos una escena que parece normal pero de inmediato se siente extraña, mal: Rick y Morty son demasiado amables el uno con el otro. Con este divertido juego de familiaridad y diferencias la aventura rápidamente da un siniestro giro — como ya es usual en esta serie — y desde ahí no para.
CJ Cannon y Marc Ellerby hacen un buen trabajo emulando el estilo de la serie. Me pregunto cómo sería si pusieran artistas que utilicen un estilo gráfico distinto, probablemente daría para experimentos intrigantes… pero hasta que esto ocurra, Cannon es la mejor opción, que sumando a los colores de Ryan Hill capturan a la perfección el espíritu de la serie original.
Excelente número, aprovechando todo el potencial que el multiverso de Rick and Morty tiene para ofrecernos. Me pregunto cuántos números durará este arco.
Tercera entrega de Island, la brillante revista de antología perpetrada por Emma Ríos y Brandon Graham. Con seis historias y más de 7 autores, la versatilidad y frescura de la revista sigue siendo la clave para el éxito de este proyecto, que ya apunta maneras. Hay mucho material para revisar, así que los invito a echar una mirada, y si aún no están seguros de leerla, a ver si logro convencerlos.
Con paso firme, Island va camino a convertirse en un referente moderno para la industria. Una tercera entrega de un excelente nivel, cada vez ofreciendo mayor variedad de registros, estilos y temáticas a tocar, con un abanico de autores tan dispares como frescos. Considerando el escenario actual en las editoriales, tanto independientes como las dos grandes, un escaparate así es tan necesario como bienvenido.
Lamentablemente, según las solicitations tendremos una cuarta entrega en octubre y luego habrá que esperar hasta diciembre para el quinto número. En parte es entendible, cada número tiene alrededor de 100 páginas, equivalentes a unos 3 ó 4 números regulares, y coordinar el esfuerzo de varios artistas en proyectos individuales debe ser mucho trabajo, pero al mismo tiempo es el objetivo que se impuso la misma publicación. Espero que sean ajustes necesarios, pagando la novatada para que a futuro funcionen mucho mejor y no vuelvan a ocurrir ese tipo de retrasos. Dark Horse Presents es el referente a superar, yo sé que pueden.
Arte por José Domingo
Ahora bien, pasando directamente al contenido… Island #003 abre con un breve relato de 6 páginas, sin título (aunque podría llamarse simplemente “Island”), ilustrado por José Domingo. El historietista español se luce con una estética única, muy colorida y expresiva. La historia es muy ligera y directa, pero el nivel de detalle visual enriquece muchísimo el resultado final.
Tras esto vienen los clásicos créditos, ilustrados por Brandon Graham, con más bromas de Dios reclamando por las fechas de entrega. Tras esto, entramos al grueso de la revista.
“Ancestor” (1 de 4)
Guionista: Matt Sheean, Malachi Ward Dibujante: Matt Sheean, Malachi Ward
“Ancestor” es una historia ambientada en un futuro cercano, donde la realidad aumentada es parte de la vida diaria, con (me imagino, aunque no se especifica hasta ahora) implantes neuronales que permiten revisar de forma constante la información sobre todo lo que se observa, desde personas y su trasfondo hasta los datos históricos de una escultura, monitorear el estado de tu organismo, además de permitirnos ejecutar aplicaciones como liberadores de estrés o ceder de forma temporal parte de las funciones motoras para que, a través de ti, la app prepare un cóctel pre-programado.
Nuestro protagonista es Peter Chardin, quien debe luchar a ratos con una ansiedad, la cual puede llegar a ser abrumadora. Luego de conocer a Anne Northrup, ambos se dirigen junto a sus amigos Ben Matheson y Jim a una fiesta privada en la mansión de Patrick Whiteside, un emprendedor moderno estilo Steve Jobs. Al llegar a la mansión notan que se desconectan por completo de la red, lo cual para algunos es inquietante, y para otros liberador. En este contexto, una fiesta medio aristocrática desconectados de la red usual, se desarrolla el resto de la historia.
Arte por Matt Sheean y Malachi Ward
La propuesta de Matt Sheean y Malachi Ward (de quienes no se aclaran los créditos, pero según mi exhaustiva investigación en Google ambos escriben, Matt dibuja y colorea, Malachi entinta y rotula… ¿o era al revés? Su trabajo colaborativo es tal que ambos hacen el papel del otro) es bastante interesante, explorando un tópico que viene de hace varios años, pero que no es hasta hoy que realmente se vuelve relevante, con invenciones como Google Glass transformados en una realidad. Además, lo hacen desde un punto de vista personal, ya que seguimos de cerca lo que le ocurre a Peter, en lugar de tomar una vista más global de la sociedad en que se encuentran, permitiéndonos una inmersión mucho más efectiva en esta realidad.
El arte es muy limpio, con un coloreado simple, casi zonal, y un sombreado suave de pocos niveles, otorgando un acabado de fácil lectura pero no por ello falto de detalle. El estilo de dibujo me recuerda un tanto a Langdon Foss de The Surface, con figuras menos deformes. A ratos es carente de fondos, mientras en otras viñetas los fondos son clave para establecer el entorno de los personajes. El resultado es un tanto mixto, pero que en términos globales funciona.
La historia me enganchó bastante, el tono de ciencia ficción cercana viendo un posible futuro cercano y las implicancias que este podría acarrear se hacen interesantes; además, el título de la historia, “Ancestor”, me intriga por sus implicancias en un posible futuro versus pasado. Lamentablemente habrá que esperar hasta Island #005 en diciembre para continuar con ella 😱
“Queue”
Guionista: Dilraj Mann Dibujante: Dilraj Mann
Una fresca historia centrada en la juventud de hoy, con su cultura girando en torno a la moda, las fiestas y los movimientos under, con muchas drogas y alcohol de por medio. Dilraj Mann canaliza su Daniel Clowes interior en una estética sumamente limpia, apenas utilizando colores planos para realzar el ambiente: amarillo para fiestas en casa, rojo para el interior de un club, mezclando los blancos y negros con un solo color.
Es una historia que gira en torno a un personaje, Delilah, quien terminó hace poco con su ex-novia Nadia y se ha desatado en las fiestas y el desenfreno nocturno para evadirse de su triste realidad, involucrando a sus amigos Trudy y Lucas, y a un chico que apenas conoce. La narración usa un recurso que personalmente encontré genial, y de donde la historia saca su nombre: en la fila para entrar al club Deviation, vamos avanzando de un personaje a otro a medida que progresamos en la fila, dedicando 4 páginas en cada uno, conociendo parte de su historia y relación con Delilah.
Arte por Dilraj Mann
Uno de los detalles que me agradaron es que sus personajes se salen de los estereotipos de perfección que vemos usualmente en los cómics; son personas fuera de lo usual, las mujeres son chubby, los hombres no son hombres blancos delgados y altos… Aunque es una licencia artística, los labios de todos son bastante extraños… a veces funciona, a veces no.
Aunque no hay moraleja ni enseñanzas baratas, la historia explora temas como la distancia entre las parejas, el alejamiento que pueden significar las diferencias de personalidad, el ser absorbente con las personas, y las consecuencias de una separación mal llevada.
“Straylight: 1 — The River” (1 of 3)
Guionista: Amy Clare Dibujante: Amy Clare
La siguente historia es “Straylight”, de una primeriza Amy Clare, y se nota bastante. Su arte es precioso, me recuerda mucho a los estudios de animación japonés Gainax o Trigger, o al artista nacional Andrés Blanco, con escenas muy coloridas, predominando los rosados y pastel, y un trazo muy delicado… pero debo reconocerlo, su narrativa es bastante confusa, con viñetas poco claras, diálogos no muy informativos y una historia que progresa como si ya conociéramos los detalles de antemano.
Arte por Amy Clare
A pesar de ello es una historia interesante, ambientada en un 2002 medio futurista, donde se atisba un gobierno muy controlador y una sociedad que busca evadirse de esto a través de las apuestas y peleas clandestinas. Cadence Johnson, nuestra protagonista, lleva una vida un tanto amarga, en un trabajo que no la llena por completo en el Ruïne Street Pub.
Como dije, el arte es precioso, y lo que termina de convencerte en esta historia. Si se afina más en los detalles y la historia toma un rumbo más claro puede resultar una entretenida narrativa. Estaré atento a las próximas entregas y a sus futuros trabajos.
“Sea Witch”
Guionista: Tessa Black Dibujante: Tessa Black
Arte por Tessa Black
Tessa Black debuta en el mundo del cómic con esta breve historia de 6 páginas, donde no hay diálogos y el arte se limita a una mezcla de limpios trazos negros sobre blanco con detalles celestes. Es una interesante historia de horror, mucho más sensorial que narrativa, con un inquietante enfoque en la tripofobia.
Si son tripófobos, les recomiendo abstenerse.
“Don’t Talk So Much”
Guionista: Kate Craig Dibujante: Kate Craig
La última historia es sobre un accidente en una excursión de montañismo. Uno de los protagonistas sufre una caída y tiene una grave herida en el costado, lo que lo deja inmovilizado con tal de evitar empeorar la situación. La situación podría resultar un tanto claustrofóbica, pero el enfoque que le imprime Kate Craig es uno de exploración personal e interpersonal. La pareja de amigos debe lidiar con su complicada situación de la mejor manera, y a través de ella explorar su relación.
Arte por Kate Craig
El arte de Craig es uno bastante simple, con un coloreado muy vivo, que me recuerda un tanto a David Lanham. El rotulado de los diálogos no utiliza globos, con lo que a ratos me hacía confundir quién decía qué, o pasaba a omitir un diálogo porque pasaba desapercibido entre el arte. Más allá de eso no tengo mayores críticas, con la historia… tal vez con su final.
No se preocupen, que no hay spoilers obvios. El final es algo ambiguo, o tal vez sea solo cosa mía. La historia general es bastante optimista, pero el final no es para nada concluyente, lo que puede hacer que uno se pregunte si al final fue un final positivo y feliz o no.
“Using Your Words: Negotiating Your Next Comics Collaboration”
La revista termina con un breve artículo escrito por Katie Lane, abogada que ha trabajado con autores, editores independientes y freelancers, donde entrega algunos tips para negociar términos de colaboración. El diseño es de Addison Duke.
Siendo sinceros, no hice la reseña de este número en su momento porque no sabía qué decir al respecto. 8House #001: Arclight presentó el conflicto del arco “Arclight”, donde Kinga, señora de la casa de sangre, había perdido su cuerpo al ser intercambiada su mente con la de un extraño ser. El número nos insertaba en el mundo en que Kinga y Arclight existen, uno donde la magia de sangre es cotidiana y extrañas criaturas habitan los páramos que rodean los reinos del hombre. Pero el número dos avanzaba la trama de forma tan natural y calmada, que poco nuevo se podía decir al respecto.
Por primera vez vemos al cuerpo de Kinga, es decir, al alien que le arrebató su cuerpo, viviendo su vida y liderando a su gente; hay algo más de magia de sangre, vemos más de Arclight en acción, pero poco más. El arte de Marian Churchland es, por supuesto, hermoso, y realmente te vende este extraño mundo con sus peculiaridades como algo cotidiano y natural, pero el guion de Brandon Graham es un tanto lento. “Arclight” queda hasta aquí por ahora hasta nuevo aviso, ya que desde el tercer número comienza un nuevo arco argumental, “Kiem”.
8HOUSE #003
“KIEM Part I”
Si en “Arclight” veíamos un mundo mágico, con una clara influencia medieval en su estética, “Kiem” nos lleva en la dirección opuesta, con una ambientación postapocalíptica, en un mundo estéril donde la tecnología ha sido la herramienta de expansión y conquista, pero también de pérdida de humanidad.
Las primeras páginas de 8House #003: Kiem son preciosas, con Xurxo Penalta luciéndose en un estilo de escuela europea, que fácilmente recuerda a Moebius. Se nota que Brandon Graham tiene un buen ojo para elegir artistas, y Xurxo destaca sobre todo en los trabajados escenarios por sobre la precisión en el retrato de sus personajes. No quiero hablarles de la trama, pues la historia de Kiem, su trabajo y el mundo en el que vive valen totalmente la pena descubrirlos por su propia cuenta, así que me limitaré a recomendarles su lectura.
Aún así, es difícil saber bien dónde estamos parados, teniendo en mente que 8House es un universo compartido. Las diferencias entre “Arclight” y “Kiem” son a primera vista muchísimas, así que será interesante ver cómo ambos mundos se encuentran.
The Dying & The Dead #003
Clases de historia con Hirohito, Hitler y Mussolini.
Como pocas veces, Jonathan Hickman nos entrega una extensa explicación de -parte de- el trasfondo de su historia, mucho más temprano de lo usual. Los Baduri, inmortales de piel y cabelleras blancas -al menos como los ha retratado hasta ahora Ryan Bodenheim– que han dominado y guiado a la humanidad, doblegados en el pasado bajo el poder de Bah al’ Sharur en una guerra civil y perdiendo su dominio absoluto sobre los humanos. La historia es fascinante, explica parte del extraño mundo en que está ambientado el cómic, y sobre todo, que sea a través de Hirohito, Hitler y Mussolini que aprendemos esto le da un encanto y diversión particulares.
No sabría decir si Hickman o Bodenheim es quien destaca por sobre el otro, lo cual siempre es bueno. Tanto arte como guion funcionan perfectamente en tándem y el resultado final es fresco, fluido y claro. El clarísimo y preciso trazo de Bodenheim mezclado con la restringida pero expresiva y efectiva paleta de Michael Garland conforman una poderosa herramienta narrativa, elegante y sobria.
Al final del cómic, Hickman se disculpa por la enorme demora desde el último número, sobre todo por la enorme extensión que tuvo el primer número, y promete que durante el 2016 la regularidad volverá a ser mensual. Hasta entonces.
Material #004
Las historias parecen tomar cierto rumbo, se sienten menos aleatorias y más enfocadas en elementos clave. El vistazo mensual a estas vidas cotidianas es tan intrigante como siempre. Me cuesta decir algo distinto, pues aunque la historia progresa lo hace lentamente y sin cambios profundos.
La temática que ha tomado la serie y la que dirige estas cuatro vidas es la aceptación de la vida misma y el tomar el control de ésta, a no estar a la deriva y decidir qué hacer con ella. Ya no son personajes sobrellevadas por los hechos, ahora son personas que, afectadas por el mundo actual, deciden hacer un cambio en sus vidas. Sin duda una interesante evolución, me pregunto hacia dónde nos llevarán ahora Ales Kot.
Imperium #008
Intenso. Harada vs. Divinity, el encuentro final. Joshua Dysart supo aprovechar de forma inteligente y lógica a Divinity, incorporando su presencia en el Universo Valiant a las ambiciones de Toyo Harada y desarrolló un enfrentamiento entre estos dos poderosos seres con ingenio y coherencia. Todo un artesano de los cómics. Acompañando en los lápices sigue Scot Eaton, con su acercamiento tradicional y limpio, dando el equilibrio necesario para aterrizar este alucinante duelo de poderes.
Lo que más me gustó fue la conclusión de esta batalla, que a simple vista parece algo aburrida pues finalmente no ocurre realmente nada, con saltos temporales de por medio, pero que cambian el paradigma al que se enfrentaba Harada y redimensiona su posición en el gran tapiz Valiant. Incluso necesitaron -o nos regalaron, depende como lo vean- algunas páginas extra para abarcar todo con propiedad. Además, la última página nos da una interesante sorpresa que prepara el terreno para el próximo arco; me pregunto si enlazará de alguna manera con los sucesos en marcha en las páginas de X-O Manowar.
Como siempre me saco el sombrero ante Dysart, discretamente y con pie firme, ha creado un fascinante thriller político en un universo supe heroico, repleto de acción e intriga. Háganse esa.
X-O Manowar #040
El ambiente se corta con cuchillo en las tierras de Aric y su gente, tras la inesperada llegada de una colonia Vine y la apresurada reacción de G.A.T.E. ante presencia extraterrestre. Es claro que es o no va a terminar bien, por mucho que se esfuerce nuestro protagonista.
Por ahora, lo más interesante es lo que ocurre tras bambalinas, con los Vine nativos de la Tierra. Había mencionado en reseñas anteriores que me gustaría ver esa trama explotada, pues tras “Enter Ninjak” no se había vuelto a tocar este tema, y en este arco Robert Venditti encontró la excusa perfecta para retomarlo. En cuanto al arte, me está gustando lo que está haciendo Rafa Sandoval en la editorial, espero que continúe aquí.
La historia se vuelve cada vez más tensa, lo único que nos queda es esperar la inevitable explosión que significará cuando la tregua hostil cese.
No estoy seguro de qué es lo que esperaba de Thors, pero lo que finalmente nos encontramos en sus páginas no dejará indiferente a nadie. Una historia de procedimientos policiales con Thors como protagonistas, no se ve todos los días.
Nuestro protagonista es Thorlief, el “Ultimate Thor”. La historia comienza cuando Thorlief y su compañero Beta Ray Thor investigan el quinto de una serie de asesinatos, de los cuales parece no haber pista alguna. El caso es definitivo como un Allthing, lo que implica que o lo resuelven pronto o perderán sus martillos.
La parte divertida es sin duda ver las distintas versiones de Thors que pueblan el Corps. Jason Aaron se las arregla para divertir y sorprender en partes iguales, desde algunas versiones ya esperadas como una Ororo hasta un Groot, pasando por viejos conocidos como Throg, Frog of Thunder, en un divertido papel. Todos estos personajes llenan el papel de algún cliché tradicional de los procedimientos policiales, desde el novato en su primer caso real, o el colega insoportable y pesado, hasta el bar exclusivo para el cuerpo policial, con divertidos cameos y referencias a lo largo de todas las viñetas.
Y hablando de viñetas, el trabajo de Chris Sprouse es precioso, como era de esperar de un artista de su talla. Con habilidad otorga una apariencia distintiva a cada Thor que aparece, mientras consigue cierta homogeneidad que permite identificarlos como parte de una misma institución. Las expresiones faciales son otro acierto, reflejando con claridad personalidades y emociones con soltura. Las tintas de Karl Story son precisas, y los colores de Marte García elegantes y sobrios, definiendo la atmósfera del relato.
En definitiva, Thors es una lectura muy entretenida, con un misterio que promete aprovechar todo el trabajo que ha hecho Aaron en la franquicia, y no ser un mero arranque vacacional por el evento de turno.
Squadron Sinister #001
Squadron Sinister nos presenta una historia de intriga con Hyperion, barón de Utopolis, como figura central. Su Squadron Sinister es básicamente un grupo de villanos en el poder, una suerte de Crime Syndicate que rige con mano de hierro su territorio, e incluso va anexando otros al eliminar a sus defensores de forma despiadada. El toque final lo pone un pequeño grupo de personajes, al parecer versiones del clásico New Universe, que presentan una aparente fuerza rebelde que busca oponerse a Hyperion de forma clandestina. Disfruté bastante del ritmo que Marc Guggenheim utiliza, es constante y dinámico, entrega harta información sin sentirse saturado ni atropellado.
Mientras, el veterano Carlos Pacheco hace un muy buen trabajo en los lápices; ya no es el genio que alguna vez brilló junto a las tintas de Jesús Merino, pero el trabajo que Mariano Taibo hace sobre sus lápices tienen fuerza y oficio (me da escalofríos recordar cuando lo entintó Klaus Janson). Es un artista más que efectivo, y los colores de Frank Martin terminan de dar el broche final para que el look DeCero tome un giro “siniestro”.
Entretenida historia, esperaré con ganas.
Bucky Barnes: The Winter Soldier #009
¿Esta serie piensa terminar o no? Es que…
Aver, disfruto mucho el trabajo de Ales Kot, mis reseñas en MR Indies dejan patente ello; pero aquí se siente todo demasiado alargado. Sumémosle a eso el confuso arte de Marco Rudy, que sí, es bastante bueno, con unas acualeras hermosas y de ensueño, pero a veces muy confusas… El resultado no es del todo positivo. ¿Para dónde va la micro al final? Se siente que una historia simple es alargada y complejizada de forma un tanto artificial.
Punto positivo: Loki. Por alguna razón, Loki siempre es una adición positiva, y esta versión anciana tiene su encanto particular. Su juego de intriga es lo que complicó toda la situación hasta ahora, y ya llega el momento de resolver el asunto de forma definitiva… el próximo número.
Sigue la no muy atractiva historia centrada en War-Monger, una belicosa inmortal propensa a causar el caos por donde pase. Como en números anteriores, la villana de turno se enfrenta a uno de nuestros héroes, esta vez Gilad, mientras continúa relatando enfrentamientos a grupos pasados, los cuales tienen su cota de interés -como ese Bloodshot con pseudo afro-. A pesar de ello el arco sigue sin convencerme, pues aunque el trasfondo de War-Monger es intrigante, su personalidad es totalmente desagradable, y siendo ella quien relata casi todo el comic… pues se hace una lectura un tanto pesada. Piensen en esa persona que les desagrada, e imaginen tener que escucharla hablar para poder enterarse de algo; eso es esta historia para mí. Mal ahí Kindt.
En fin, el próximo número parece ser el final (yay!) y se viene un enfrentamiento con todo. Esperemos que al menos la acción valga la pena.
X-O Manowar #039
¡CSM! Todo pasando en X-O Manowar.
Comienza el arco “Exodus”, el cual continúa la línea argumental que se viene desarrollando desde la primera entrega. Tras “Planet Death” y“Armor Hunters”, el pueblo Vine, despojado de un planeta en el que habitar, llega a la Tierra siguiendo a su dios Shanhara y al “elegido” -nuestro amigo Aric– en búsqueda de una tierra a la que llamar hogar. Pero tras lo ocurrido con los Armor Hunters la Tierra no se muestra muy tranquila ante la presencia de una gigantesca nave colonial extraterrestre. Mucho menos los visigodos liberados de su esclavitud.
Pero Aric sabe lo que han sufrido los Vine, y siendo amigo del sacerdote, promete ayudarlos en su situación. Pero como dice la Ley de Murphy, si algo puede salir mal, saldrá mal. La situación se sale rápidamente de control y nos dejan en un inminente enfrentamiento entre humanos y vines, con Aric en el medio de todo.
Admiro que Robert Venditti confíe en su instinto y ritmo narrativo, planteando siempre interrogantes en base a su propia narrativa, siguiendo un desarrollo natural a través de estos más de 39 números. El siguiente paso lógico era explorar qué ocurría con los Vine, tras haber perdido su planeta, y Venditti lleva la situación al límite desde la primera entrega. Este arco promete muchísimo, y gracias al arte de Rafa Sandoval, con un trazo audaz y fino, ofreciendo una estética muy elegante gracias a unas figuras firmes pero con ciertos detalles que le otorgan más naturalidad, “Exodus” se postula de inmediato como uno de los mejores arcos de X-O Manowar.
Rick y Morty se toman un respiro en este número (y tras ese intenso final de temporada, yo también necesitaba ese respiro) para dar paso a Ball Fondlers, la parodia de A-Team con el nombre más hilarante que podían haber pensado. Por lo mismo preferí usar la portada variante del cómic, mucho más apropiada que la portada regular.
El número sigue todas las guías estilísticas de las películas de acción de los noventa, con nuestros héroes norteamericanos Benjamin, Fulgora, Loggins y Attila Starwar, viajando a la jungla de un país dictatorial sudamericano para rescatar a un senador estadounidense de los guerrilleros rebeldes. El humor que usa Zac Gorman en este número puede resultar un tanto diferente a lo habitual de la serie, pero funciona bien para los Ball Fondlers, sintiéndose aún ese espíritu semi-improvisador en la historia, con ideas tan tiradas de las mechas como el villano Normalhead Regulararms, el senador gringo generando una suerte de Síndrome de Estocolmo con el ratón que se comió parte de su cara mientras estuvo encarcelado, o el giro final de la historia, que conecta con el espíritu de los episodios “Rixty Minutes” e “Interdimensional Cable 2: Tempting Fate”.
El arte de Andrew MacLean, a quien vimos debutar hace poco su serie Head Lopper, dándole un look mucho más crudo al cómic que calza de excelente manera con los Ball Fondlers. MacLean tiene una estética similar a Mike Mignola, pero más cruda, menos refinada si quieren… imaginen a Mignola ilustrando una historia de acción noventera; tentador ¿no?
Como dije, divertido número que nos da un respiro de lo que fue el final de temporada (aunque salió antes, sí… but still). Necesario y bienvenido.
Book of Death: The Fall of Harbinger #001
Intenso es quedarse corto con este número. Conocemos el destino final de Peter Stanchek, Toyo Harada y el resto de Renegades, en un psicodélico viaje ilustrado por Kano, poniéndose en sintonía con lo hecho por Raúl Allén en Bloodshot Reborn #005. El mundo que nos presenta Joshua Dysart es un futuro ambicioso, forjado con la visión y voluntad de Harada y Peter; me llama la atención la poca influencia en el futuro inmediato que tiene el resto de héroes en comparación a este par, la sombra de Harada se hará notar en cada rincón del Universo Valiant.
Este número tiene varios momentos emotivos, particularmente el destino final de Faith, y de paso la sorpresa que fue conocer el nombre de su futuro esposo (!!!). Lo interesante es que, aún sabiendo muchos sucesos del futuro, más que coartar mi interés por “ya saber el final”, me despierta curiosidad y ansias por saber cómo llegarán a esto, cómo es que los sucesos del presente se desarrollarán para llevarnos a los pocos momentos que logramos vislumbrar. El legado de Sunlight on Snow, los seguidores de Divinity… ¡Agh, ya quiero leerlo!
Gran número, una vez más Valiant entregándonos un excelente complemento a Book of Death. Así da gusto.
Bee and Puppycat #009
Más ligero de lo normal el número, con una sola historia que… la verdad, no entendí mucho si tenía una suerte de moraleja final.
Bee pierde su bufanda favorita y Puppycat, para que no sufra pensando tanto en ello, la lleva a un Time-Job, donde deberán limpiar un molino de viento para una señora que tiene una tienda de objetos perdidos. Recogiendo las cosas perdidas Bee piensa que hay objetos que merecen ser devueltos a sus dueños, inspirada por un vestido de novia a medio terminar, así que separan la basura de lo rescatable y deciden llevar estos objetos a Temp Bot para que asignen gente y se los devuelva.
Al final su bufanda estaba atascada fuera de su ventana, y se le vuela a la cara cuando sale a caminar. Ah, y Bee… ¿se roba una letra del letrero de la tienda de la señora? ¿Y le deja en su lugar un parche de ojo que se encontró?
De verdad, no sé si no entendí algo o la historia simplemente fue algo floja… Como sea, el arte es simpático, aunque lo que más me gustó fue la portada de Rose Besch. Igual, no debería esperar demasiado, estos cómics son para un público más infantil, con historias simples y ligeras. Supongo que no soy el público, hasta aquí llego entonces.
Hasta pronto, Bee and Puppycat. Esperaré nuevos episodios.